Recorrer caminos que hombres y mujeres exploraron  en distintos tiempos y geografías buscando ampliar la mirada sobre nuestras vidas. Ese es el tema de conversación que el escritor y terapeuta transpersonal Eduardo Yentzen propone, para mitigar los últimos fríos del invierno santiaguino. Hablamos de su proyecto, que parte hoy martes 6 de agosto a las 19.30 en la Corporación Cultural de Las Condes (Apoquindo 6570).

 

Desde la mirada terapeutica, afirma Yentzen, nuestras crisis emergen cuando las formas de conocer, comprender e interpretar el mundo ya no calzan con la experiencia de la realidad que vivimos.

 

-Mientras percibas como correctos los modelos o paradigmas que determinan tu visión del bien y el mal –dice- mientras creas que lograrás el bien a través de tus conductas, por difíciles que sean las circunstancias que vives, no habrá conflicto entre tu ser y la experiencia  de estar en el mundo. Cada  estructura para interpretar el mundo determina  un camino. Y avanzas por él, para lograr tus metas. Cuando la interpretación que te sostiene tambalea, tú también lo haces.

 

Más allá de la contingencia que nos agobia o incentiva, hay un hecho: el racionalismo y la iglesia católica construyeron  un paradigma sustentado en el orgullo y el ego. Algo así como: “Nuestra manera de pensar, entender, habitar y organizar el mundo es superior. Este paradigma lleva a la salvación y por ello debe imponerse”. A partir del siglo XX, una tendencia del pensamiento nacido  en Oriente se propone compartir su saber, traer su visión del mundo a Occidente y por distintos caminos llegan Daitaro Suzuki desde Japón; el armenio George Gurdjieff; Jiddu Krishnamurti o Swami Vivekananda desde india quienes, junto a otros, proponen una línea de pensamiento, un modo de ver que amplió la perspectiva  y enriqueció las conversaciones posibles en nuestra forma de vivir, pensar, percibirnos y proyectar lo que hacemos.

-Si resumes los caminos que se recorren en oriente en la búsqueda del conocimiento, básicamente puedes reconocer la ruta del fakir (que trabaja sobre su cuerpo), la del monje (que trabaja en sus emociones) y la del yogui, que avanza desde su mente. En el cruce entre occidente y oriente aparece una nueva vía  para el conocimiento, que Gurdjíeff y Piotr Ouspensky denominan El cuarto camino. En síntesis, éste supone que cada individuo puede buscar la senda de su propio despertar, o apertura a formas de ver el mundo que caucen menos dolor, conflicto, contradicción entre lo que eres y lo que vives, con un método que permite trabajar sobre los temas que afectan tu bienestar sin apartarte de la sociedad en que vivimos. Esa reflexión está en la base de disciplinas como la psicología humanista y la psicología transpersonal, que surgen como  reacción a las configuraciones reduccionistas y mecanicistas del racionalismo occidental.

Aparece en la conversación Shogyan Trungpa, un budista que no eludía los placeres del licor de arroz ni se negaba un cigarrillo de vez en cuando. Exiliado de su Tibet original tras la invasión comunista en 1959, llega Inglaterra y se convierte en el primer monje budista que enseñó su filosofía en inglés. Tras un retiro en Bután colgó los hábitos y, en la década de los ’70, fundó en Estados Unidos una comunidad de meditación budista a la cual llegó el neurobiólogo chileno Francisco Varela, para quien Trungpa fue un maestro.

Tal vez  porque la meditación aporta una apertura y expansión de la mente. Practicarla redefinió su mirada respecto a la ciencia. Su maestro budista Trungpa fundó la Escuela de pensamiento  Shambala  y Varela, el discípulo, creó un centro de meditación con esa perspectiva en Santiago. Pienso que la síntesis entre la espiritualidad que él desarrolla y su búsqueda de conocimiento científico es clave en la contribución de Varela a la neurociencia.

Muchos. La psicología transpersonal nace de esta conexión entre el conocimiento occidental de cómo funciona nuestra mente y la visión oriental del cuerpo y las emociones como ejes fundantes e inseparables de la mente en la experiencia de vivir. Los cambios neurológicos que aporta la meditación son parte hoy del conocimiento construido por la neurociencia. Por su parte en la psicología, Fritz Perls; en la sicología social Erich Fromm o Friederich Schumacher, desde la economía, son parte  de una corriente de científicos, creadores, filósofos y artistas que hoy desarrollan  saberes  incorporando el nuevo paradigma al conocimiento occidental.

Propongo una conversación sobre 10 maestros espirituales del siglo XX de diferentes tradiciones. Hablaremos de personas excepcionales, que eligieron desafíos interesantes e hicieron su proceso de desarrollo espiritual. Ellas identificaron, la necesidad de vincular dos formas de conocer el mundo: la mirada científico-racionalista, con toda su potencia en el mundo de la productividad material, y la visión que enfatiza lo espiritual, con su comprensión y métodos para sanar el psiquismo humano.  Invito a conocer y  conversar, en última instancia, sobre una corriente de pensamiento que explora la posibilidad de comprender la  relación de cada individuo con el todo del que formamos parte. Y al hacerlo, contribuye a  avanzar en la búsqueda de sanación síquica, o armonía entre lo que sientes, piensas, haces y vives cotidianamente.