Oh I'm just counting

#MeToo en Chile: desnaturalizar el acoso y denunciar la violencia

Conversamos con mujeres para saber cuáles han sido sus experiencias frente al acoso sexual y si creen que las campañas en redes sociales ayudan a combatirlo.

El mundo entero ha visto con horror cómo la violencia de género se mantiene. Se organizan campañas mediáticas, se moviliza la sociedad marchando, los gobiernos actualizan sus reglamentos pero, lamentablemente, seguimos viendo violencia.
 
Para muchos, los piropos o los comentarios que destacan la belleza física de una mujer son algo positivo, incluso para algunas mujeres. Sin embargo, actualmente se lucha con fuerza contra esta conjetura que los años han mantenido.
 
Nuestro país ha visto cómo la violencia de género se ha mantenido, dejando muertes, heridas y una impronta de indefensión que muchas mujeres sienten. A pesar de las campañas la realidad dice otra cosa.
 
#YoTambién
 
La campaña #MeToo busca que las mujeres puedan decir con libertad en redes sociales si han sido víctimas de acoso sexual, pues de esa forma se visibiliza y se empatiza con las demás afectadas.
 
Si bien es una campaña internacional, bien vale la pena preguntarse si en nuestro país existe esta libertad para poder decir #YoTambién.
 
Nuestra realidad
 
Primero, quien comentó el tema fue la socióloga y exMinistra del Sernam, Carmen Andrade.
 
“Lo que se siente en nuestro país es que hay que hacer un trabajo de concientización, que el ser académico, tener títulos universitarios, muchos estudios, no necesariamente te hace tener una visión sobre la igualdad de género”, comenta Andrade.
 
“El tema del acoso sexual está súper normalizado en todas partes. Si lo vemos, se trata de una relación de poder. Es algo muy desigual, muy asimétrico. Se necesita hacer una labor interna de concientización con talleres, coloquios, seminarios, conversaciones, pero orientados hacia lo formativo”, enseña.
 
 
La actual CORE y exparlamentaria María Antonieta Saa conversó con Cambio21 sobre las campañas en redes sociales y sobre su experiencia personal con el acoso.
 
“Estas campañas ayudan, pero no son el factor único. En nuestro país hemos tenido, desde los años 90 y un poco antes, el movimiento que pide defensa e igualdad de las mujeres. Con el Sernam se iniciaron los estudios y las leyes sobre la violencia contra las mujeres”, recuenta María Antonieta.
 
Al referirse a los plazos, tiene claro que se trata de algo de larga data, en donde la toma de conciencia se “magnifica con las redes sociales”, lo que ayuda a que los jóvenes “puedan abrir su conciencia sobre el tema”. Pero insiste: “El camino es largo”.
 
Sobre si ella en algún momento de su vida tuvo que padecer acoso o violencia, ella confesó: “Personalmente no, aunque sí he sido víctima de ataques virulentos, vía redes sociales, cuando tramitábamos el acoso sexual en el Congreso fuimos fuertemente atacadas por un periodista de un medio de Valparaíso. Pero algo más directo no”, concluye.
 
Conversamos con la conductora de televisión Valeria Ortega para saber cuál es su mirada frente a las campañas que denuncian acoso y violencia.
 
“Me parece que estas campañas han permitido desnaturalizar el acoso y la violencia de género, pero la génesis de la campaña #MeToo, la denuncia de un productor, francamente no es algo nuevo. Basta recordar algo que sucedió en el programa Rojo para ver que ha sido una realidad en nuestro país. Esto pasa con jefes abusivos y en todo orden de cosas y áreas de trabajo”, asegura.
 
“Las campañas son buenas porque hacen visible una realidad que muchos creen algo normal. Las marchas no cambian la realidad, pero sí permiten hacer de un problema algo real y que se pueda cambiar”, agregó.
 
Finalmente, al comentar si ella fue algunas vez objeto de acoso, Valeria dice que no, pero “que sabe que en la televisión pasa harto, pero nunca a mí”. Eso sí, deja algo claro: “Una vez me pasó que una situación se estaba poniendo algo oscura, y la detuve en el momento. Pero, si hay algo que me pone mal, son los piropos. No los aguanto, no me gustan y ningún piropo se agradece. Es más, el otro día leí una publicación en redes sociales que me parece demasiado atingente con el problema: “Un hombre no debería decirle nada a una mujer que a él no le gustaría que se lo dijeran en la cárcel”, me quedo con esa idea”, finaliza.