En general las perspectivas de crecimiento para Chile son positivas este año. El Banco Mundial anticipa una expansión del PIB de 5,5%, mientras que el FMI y el promedio del mercado, ponderado por Bloomberg, apuntan a una expansión de 6,5%. De esta manera, con la actualización de sus pronósticos publicada en la jornada de hoy, la OCDE se pone a la delantera con una estimación de 6,7%.
“Una rápida distribución de las vacunas y la mejora de las perspectivas mundiales están impulsando una fuerte recuperación”, parte señalando el reporte centrado en el país, donde prontamente también destacan que “el consumo privado será el principal motor de la recuperación, estimulado por las medidas de apoyo a los hogares”.
El informe encabezado por la economista Paula Garda asegura que “la recuperación ha ido cobrando impulso desde el tercer trimestre de 2020. Los buenos resultados del comercio al por menor se han visto favorecidos por las medidas fiscales y los retiros extraordinarios de los fondos de pensiones”. De esta manera, consideran que es “el PIB volverá a su nivel pre-crisis a principios de 2022″.
Por otra parte, aunque reconocen que la pandemia todavía no está en retirada del territorio nacional y que - por lo tanto- sigue representando un riesgo, sostienen que “los confinamientos están teniendo menos incidencia en la actividad económica que los del pasado año, puesto que hogares y empresas se han adaptado y ahora existen amplias ayudas públicas”.
En la materia, también destacan que “la campaña de vacunación de Chile avanza a buen ritmo: más del 40% de la población está completamente vacunada y alrededor del 50% ha recibido al menos una dosis. Probablemente, esto permitirá la plena reapertura de la actividad económica durante el segundo semestre del año”.
De todas maneras, el organismo distingue algunas serias dificultades, entre ellas la “elevada informalidad” en el mercado laboral. Asimismo, reconoce que dentro de las fuentes de incertidumbre se cuenta “el resultado del proceso de reescribir la constitución y las elecciones presidenciales de finales de 2021″.
Las preocupaciones que persisten
Con todo, la OCDE subraya que “un mayor del previsto estímulo fiscal podría ser necesario para apoyar el empleo y a las empresas viables, singularmente en los sectores más afectados”. Al respecto, también señalan que “es importante para evitar un incremento de la desigualdad y para reforzar la resiliencia y el crecimiento económico”.
En detalle, menciona que es preciso “reforzar los servicios públicos de empleo, las prestaciones por desempleo y el sistema de capacitación contribuiría a afrontar los retos de la digitalización y a asegurar que todos los trabajadores, en particular los más vulnerables, tengan oportunidades suficientes de encontrar empleos de calidad”.
Asimismo, consideran relevante “simplificar procedimientos regulatorios complejos y garantizar que las empresas estén más expuestas a la competencia, la innovación y las herramientas digitales contribuiría a una rápida recuperación e impulsaría la productividad”
Respecto a la tercera ronde de retiro de fondos de las AFP, la OCDE manifiesta varias preocupaciones. “Contribuirá a reducir y, en muchos casos, agotar los ahorros individuales para la jubilación, con la consiguiente mengua de unas pensiones ya de por sí bajas, y podría llegar a reducir la profundidad del mercado financiero y a deteriorar las futuras cuentas fiscales”, sostienen.
Adicionalmente, recalcan que “el impulso temporal a la demanda será menor que en las rondas anteriores, dado que más del 60% de los importes retirados con anterioridad se han dedicado al ahorro”.
Por lo anterior, consideran que si se requiere de más recursos, es mejor optar por “ampliar el actual apoyo fiscal focalizado a hogares más vulnerables”, de manera que se fomente “la demanda de forma más inclusiva”. Cabe destacar que el informe no alcanzó a incluir un análisis la más reciente propuesta del gobierno en la materia.