Oh I'm just counting

Piñera se ha opuesto a todos los retiros de las AFPs, pero ni sus ministros le hacen caso. Por Ricardo Rincón, abogado, exparlamentario

Que bueno no alcancé a mandar antes, esta columna a mis amigos de Cambio21, pues, igual que Uds., no conocía aún el reconocimiento que varias autoridades de Gobierno, ministro de Hacienda incluido, ministra Schmidt, el exministro y exdiputado Desbordes y la propia vocera del candidato Sichel, Katherine Martorell terminaron haciendo respecto de sus propios retiros de fondos desde sus AFP, cuestión grave por el doble estándar con que actúa impune el Gobierno, pero que me alegra sobre manera al quedar así claramente validado e imposible de seguir cuestionando aquél los retiros del 10%, abriéndose la oportunidad de pasar a un nivel superior y más preciso en el diseño e implementación de dicha política pública erróneamente cuestionada por algunos.

En efecto, todos los que hemos retirado fondos desde las AFP, incluidos los distinguidos personajes mencionados, lo hemos hecho porque necesitábamos recursos adicionales para algo y nadie, absolutamente nadie, está en posición o tiene derecho a criticar ello o a decidir sobre nuestros ahorros, aunque ellos sean para nuestra previsión futura. Ello es tan así que creo debería sincerarse quiénes más del Gobierno y del Congreso han retirado fondos.

Estos acontecimientos abren así el debate sobre la necesidad de consagrar una norma permanente de retiro que termine con estas discusiones por goteras y desgastantes. Cómo dirán nuestros lectores ? Muy simple: estableciendo por ley el derecho de retiro permanente, automático y una vez al año de aquella parte de rentabilidad sobre nuestros fondos previsionales que supere un promedio anual a definir por norma, por ejemplo, el 7% anual, alternativa que posibilitaría la disponibilidad anual de todo lo que supere esa rentabilidad promedio en función de las necesidades que cada afiliado defina.

Esta propuesta permitiría dejar de discutir proyecto a proyecto de ley los retiros del 10%, iniciativas que: 1) no dan una solución integral y difieren unas de otras, 2) no abordan correctamente ciertos temas como el derecho a retiro de los pensionados bajo Rentas Vitalicias - que ha terminado siendo un auto préstamo caro y no un retiro contra flujo que es lo único de que somos dueño en esa modalidad y que, perfectamente, podría licitarse internacionalmente -, 3) no implementan o lo hacen tarde y mal la necesaria cobertura de la morosidad por pensiones de alimentos que reduciría, drásticamente, el poco efectivo apremio de cárcel por deuda alimenticia que es de carga y costo del Estado y, por tanto, de todos nosotros, 4) carecen de un incentivo concreto al ahorro para la pensión futura al no garantizar nuestro derecho de propiedad y mantenerlo diferido aleatoriamente, según expectativa de vida claramente regresiva, obligando a que exista un nuevo proyecto una y otra vez, y 5) se acentúa legítimamente la bronca contra un sistema de acumulación de nuestro capital para disponibilidad de terceros - grupos económicos vario pintos y algunos claramente corruptos - que en nada contribuye al desarrollo justo y armónico de nuestro país.

Todo lo anteriormente dicho se ve fuertemente reforzado si analizamos cómo se gastó o mejor dicho cuáles fueron los reales destinos de los U$50.000 millones de los tres (3) retiros de fondos desde las AFP. A continuación un desglose:

1) U$21.000 millones según el Banco Central están en inversiones y ahorros: APV, cuentas 2 AFP, cuentas vistas, depósitos a plazo, fondos mutuos.

2) Otros casi U$10.000 millones fueron destinados a pagar cuentas de todo tipo, incluidos créditos hipotecarios, lo que ha generado que tengamos una de las morosidad más baja de la historia y ello beneficia, también, al sistema financiero que puede reducir sus niveles de encaje o provisiones de riesgo contra mora y, por cierto, al poder judicial que ve reducirse los litigios asociados a estas cobranzas. Amén de la paz y tranquilidad social que todo ello brinda y que los economistas opositores a los retiros son incapaces de percibir, ni siquiera en su dimensión económica.

3) Así sólo menos de U$20.000 millones han sido destinados para consumo interno, es decir, menos del 39% del total de los fondos retirados por los afiliados, incluidos en esa suma los U$706 millones que fueron utilizados para el pago de pensiones de alimentos, en más de 400 mil solicitudes, y que generan el consumo más virtuoso y potente que un país puede esperar, esto es, el que permitió atender las necesidades de manutención de miles de niños, niñas y adolescentes injustamente postergados por años.

Si consideramos, además, que el consumo está 100% afecto a IVA en Chile, lo que significa que no se salva nadie (ni el pan ni la leche), debemos concluir, por tanto, que esta política pública le ha permitido el Estado recaudar casi U$4.000 millones sólo por ese concepto, lo que equivale al 25% de todo el gasto fiscal (U$16.000 millones) en la pandemia: IFE emergencia, IFE laboral, vacunas, bonos, préstamos, transferencias directas, etc.

En otras palabras, nuestros retiros y su 39% de consumo real permitió sólo por IVA financiar, sin deuda pública, el 25% del gasto fiscal de la pandemia. Seguramente las AFP, que detentan el 25% de la acreencia fiscal, hubieran preferido poder seguir aumentando su acrecencia e influencia antes que ceder este espacio de poder tan significativo. Que pena no?

En resumen, los chilenos no se compraron plasmas, ahorraron más del 40% de los retiros, pagaron deudas por el 20% de los retiros, financiaron la caja fiscal mediante IVA por casi U$4.000 millones y sólo gastaron en consumo, incluido el de la infancia, U$16.000 millones. Nuestros compatriotas pudieron así operar a hijos que no podían operar, comprar la casa que no podían comprar (por eso el salto en los créditos hipotecarios y no en los de consumo que se estancaron), adquirir el auto al que nunca pudieron acceder, defender sus emprendimientos que habrían desaparecido o iniciar uno que difícilmente la burocracia estatal les habría posibilitado.

Gracias a todo ello, Chile no decreció todo lo que hubiera debido decrecer el año 2020, este año crecerá como pocos gracias a los retiros y aún tenemos capacidad de inversión y sostén para los próximos meses que, por cierto, el 4 retiro fortalece y que una política permanente de disponibilidad garantizada por ley de una parte de la rentabilidad sobre nuestros fondos torna virtuosa y totalmente justa.

Si servirá a lo anterior que los ministros de Piñera reconocieran su inconsecuente actitud está aún por verse, pero lo claro es que esta verdad recientemente develada potenciará fuertemente la aprobación del 4 retiro del 10% tanto en la Cámara como en Senado.