La empresa Ripley anunció el cierre de dos icónicas tiendas por considerarlas poco rentables. De hecho, en un comunicado señaló que se trata de sucursales que representan apenas el 1% de sus ingresos, a pesar de estar situadas en concurridos sectores.
La empresa de retail declaró que ya compartió la noticia con los empleados que se desempeñaban en los locales afectados, asegurándoles su continuidad en otras sedes. Sin embargo, la Federación de Trabajadoras y Trabajadoras de Ripley expresó lo contrario.
La decisión es similar a la que tomó Falabella a principios de año, cuando comunicó el cierre de su tienda en la calle Ricardo Lyon de Providencia. Actualmente, esas históricas instalaciones albergan un conocido mall chino, inaugurado a principios de octubre, aunque no exento de polémica.
A través de un comunicado, Ripley expuso que cerrará su local de calle Huérfanos 967, ubicada en pleno punto neurálgico de Santiago Centro. Mientras que la segunda corresponde a la emplazada en Barros Arana 839, un sector de Concepción que, comercialmente, es similar a lo que ocurre en aquel transitado lugar de la capital.
"Estamos siempre evaluando nuestras distintas áreas de gestión, con foco en la experiencia que tienen los clientes y en la rentabilidad que ellas representan, lo que nos llevó a cerrar dos tiendas", señaló la compañía.
Lo efectuado en Chile es parecido a lo que hizo Ripley en Perú: a principios de septiembre confirmó el cierre de dos sucursales, una en Lima y la otra en Piura. Tal como las tiendas en las regiones Metropolitana y del Biobío, en territorio peruano las dos representaban menores porcentajes de ventas.
La postura de los trabajadores de Ripley
Si la empresa dijo que "hemos sostenido conversaciones con los colaboradores para comunicarles que privilegiamos su continuidad de trabajo en otras tiendas", la mencionada Federación respondió que no han tenido acercamientos para debatir la reubicación de los funcionarios.
Además de las bajas ventas, el organismo sospecha que hay otros motivos por los que Ripley cerró dos tiendas en Chile: la disrupción tecnológica (la caja autoservicio, por ejemplo) y las ventas online, según expresó a radio Bío Bío la secretaria general de la Federación, Priscilla Astudillo.