Por María Cristina Prudant
La tormenta que cayó sobre Santiago es muy parecida a lo que está ocurriendo con la Iglesia Católica chilena, tras la decisión del Papa Francisco de sacar a tres obispos de sus cargos. Antes de los truenos y granizos llegó la noticia desde Roma. De madrugada se supo que el Pontífice decidió que Juan Barros (Obispo de Osorno), Cristián Caro (Obispo de Puerto Montt) y Gonzalo Duarte (Obispo de Valparaíso) abandonaran sus diócesis. Es una primera decisión que pone a los católicos más alertas porque saben que vendrán muchas otras renuncias hasta que la Iglesia Chilena recupere su credibilidad y a los feligreses que perdió por cubrir a quienes cometieron abusos sexuales.
Por tanto, esta situación recién comienza y queda mucho para que termine, puesto que hay mucha tela que cortar como dice el refrán. Lo que pasará con ellos dentro de la Iglesia no se sabe, quizás asuman funciones menores de tipo administrativas o sean enviados a lugares remotos. Se espera que no pase de ser un simple movimiento de piezas como en el ajedrez.
En el caso de Juan Barros ha sido reemplazado por el obispo auxiliar de Santiago, que es un franciscano y mapuche Jorge Concha Cayuqueo y a quien le corresponderá enfrentar la crisis que causó Barros en Osorno. Lo acompañarán, Ricardo Morales Galindo y Pedro Ossandón Buljevic -que dirigirán las diócesis de Puerto Montt y Valparaíso, respectivamente.
Pero no todo termina con que dejen sus cargos en la Iglesia, ese sería un capítulo de denuncias por abusos sexuales y de encubrimiento al interior de la Iglesia que tiene que concluir. Sin embargo, la situación de uno de ellos está salpicando a otros de la jerarquía eclesiástica.
El caso Duarte
Es el caso del ex obispo de Valparaíso Gonzalo Duarte quien arrastra situaciones de abusos sexuales, las que han sido incluso denunciadas. Sin embargo, él no lo ha reconocido y ha tenido varios cómplices en este sentido. Así se desprende de las declaraciones del Padre Francisco Astaburuaga, que también estuvo con el Papa porque fue abusado y que le entregó un sinfín de información detallada y con pruebas de los abusos de muchos sacerdotes.
Según Astaburuaga, él denunció el caso que existen documentos formales que avalan el abuso contra cuatro ex seminaristas que acusan a Gonzalo Duarte. Astaburuaga le informó al cardenal Francisco Javier Errázuriz, al obispo Cristián Contreras y al actual obispo castrense y Presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva. También llevó la denuncia a la Nunciatura Apostólica cuando era nuncio Giuseppe Pinto.
Según opinó al respecto “no sé qué sucedió exactamente, pero los documentos fueron entregados en las fechas que se indican en la carta y a la autoridad que se especifica. No son de mi responsabilidad las decisiones y actuaciones de la autoridad eclesiástica a quienes se hizo llegar la información de tan delicados hechos”.
Las denuncias de ex seminaristas
Las denuncias formales las hicieron cuatro ex seminaristas, Sebastián del Río, Mauricio Pulgar y Marcelo Solo y una persona que se plegó hace dos semanas.
Las denuncias de estos dan nombres concretos de sacerdotes abusadores en particular Mauro Ojeda que fue rector del Seminario San Rafael y de los cuales Duarte guardó silencio.
También el Arzobispo emérito de Valparaíso, Jorge Medina también supo esta información y no hizo nada.
Cambio21 conversó con personeros allegados a la Iglesia sobre el futuro de la Iglesia Católica chilena. ¿Qué pasará más adelante después del terremoto que se vive?.
La ex ministra Alejandra Krauss dijo que más que impresión sobre lo que está pasando que “tengo el más profundo anhelo que el Papa tome las medidas que la Iglesia Católica, el pueblo, los laicos de la Iglesia Católica chilena aspiramos que en definitiva volver a vincularse con el pueblo de católicos de creyentes que aspiran a un cambio radical en relación a lo que ha sido todo el, silenciamiento respecto de los abusos y denuncias de abusos al interior de la Iglesia”.
En la misma línea planteó que “hay que darle tiempo al Papa para que tome las decisiones, para que logre hacer los cambios. No es fácil encontrar a quienes sustituyan la alta jerarquía de la Iglesia Católica, asi es que confío en que esto se inicia hoy día pero no se termina”.
Sobre si tiene fe de que los feligreses que abandonaron la Iglesia puedan reconciliarse con ella después de todo lo que ha pasado, La abogada y ex ministra del Trabajo señaló que “quienes tenemos fe, los laicos que nos hemos sentido interpretados por una Iglesia Católica, sin duda, si se producen los cambios, no me cabe la menor duda que volveremos. Ahora, creo que todos debemos volver a ser testigos y misioneros en Chile, no solo los sacerdotes, los laicos también”.
Errázuriz, Ezzati se escondieron
Reinaldo Sapag, es presidente de la Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez, autor del libro “Iglesia Santa y Pecadora de todos los Días,” se refirió en Cambio21 a este tema y criticó en duros términos a la jerarquía eclesiástica.
“El Papa dijo que habían medidas de corto, mediano y largo plazo. Creo que hoy ha tomado con valentía una decisión que es muy importante. El ha reconocido permanentemente, primero, que se equivocó y segundo de que es necesario una cirugía mayor en la Iglesia chilena”.
“Creo que el Papa al principio estaba engañado y aquí hay responsables con nombre y apellido; Angelo Sodano, el cardenal Errázuriz, Ezzati. Ellos le pasaron información tergiversada de la realidad de lo que estaba ocurriendo en Chile. El se dio cuenta de eso. La carta pastoral que entregó en las misas es muy hermosa y muy decidora. Además, el Papa lo tomó con valentía y coraje y no lo va a dejar hasta que haya una renovación completa en la Iglesia chilena”, manifestó.
En cuanto a cómo será la renovación de la Iglesia chilena comentó que “nadie lo puede saber. El pide que lo ilumine el Espíritu Santo en las decisiones que ha tomado con Barros fuera, Duarte y Caro también”.
Hay otros que también tienen 75 años y que el Papa no les ha pedido que se vayan todavía, pero se van a tener que ir. Pero nadie sabe las medidas que tiene preparadas el Papa. Lo único que puedo decir es que van por el camino correcto. Ha sido valiente, incluso en reconocer su propio error”.
“Entonces, hay que mirar el comportamiento de los otros. Mire a Ezzati, Errázuriz, guardar silencio, esconderse. Mire lo que tuvo que hacer Ezzati. No asistió a la Cuenta Pública del Presidente. Tuvo vergüenza. Por lo menos un poco de decencia frente a todo el mal que ha causado”.
Jaime Coiro, diácono, secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal respondió también nuestra consulta.
“Estamos viviendo un tiempo de crisis en la Iglesia. Y, como nos ha dicho claramente el papa Francisco, esta crisis halla sus raíces más profunda en un estilo de ser Iglesia que se distancia de Cristo, que es nuestra fuente y centro. Por eso que la solución a esta crisis no se agota en la salida de obispos y en el nombramiento de nuevos pastores”.
“Pasa necesariamente, como ha manifestado el Santo Padre, por reconocer que en las últimas décadas una cultura del abuso y del encubrimiento de esos graves daños, nos ha alejado de la verdadera misión evangelizadora, que consiste en anunciar y vivir los valores de Jesús, especialmente en el servicio y cuidado de los más pequeños y vulnerables”.
“Los católicos no han perdido su fe en Cristo ni sus convicciones espirituales. Lo que se ha deteriorado es la confianza en algunos de sus pastores y líderes, y ese es el desafío que ahora estamos llamados a asumir” planteó Coiro.