El ministro vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, reaccionó a los resultados de la investigación contra el sacerdote Renato Poblete ordenada por la Compañía de Jesús, dados a conocer ayer. La indagatoria reveló la denuncia de 22 mujeres, cuatro de ellas menores de edad al momento de los hechos.
Y si bien no acreditó la existencia de encubrimiento, sí se advirtieron dos casos de religiosos que obtuvieron algún tipo de información en su momento. Uno de ellos, señaló ayer el superior provincial Cristián del Campo, recibió expresas instrucciones de parte de la víctima de no comunicar la información recibida", mientras que el otro "habría hecho llegar los antecedentes que disponía al Superior Provincial de la época", desde donde se "minimizó los hechos o no activó con la debida diligencia los resguardos".
Ante la situación, Cisternas explicó a Radio ADN que frente a la comisión de un delito existe, en primer lugar, el autor, luego los cómplices y finalmente los encubridores.
"El encubridor es aquel que en este tercer orden presta de alguna forma o grado colaboración, o sea tiene que haber una actitud positiva, actuaciones en función de ocultar a alguien sabiendo que se ha cometido un delito", precisó el magistrado.
Y agregó: "No es encubrimiento desde esta perspectiva el hecho que yo no dé noticia a las autoridades de algo que sospecho que está pasando si no tengo la obligación de denunciar".
Ya refiriéndose a las dos personas que habrían tenido algún tipo de información y si estos podrían llegar a ser considerados encubridores aseguró: "No necesariamente, de acuerdo al enfoque que estaba mencionando, porque ellos no han hecho una colaboración efectiva en función de ocultar los delitos o que estos se sigan desarrollando. Lo que han hecho, o no (han) hecho, es tramitar más arriba las denuncias o presentarlas ante la autoridad civil".
Por otra parte, el magistrado aseguró que, en base a la pautas a las se que acogen los jesuitas, los hechos sí podrían implicar responsabilidades éticas o internas.
"Hay situaciones en las que dentro de la sociedad las personas prefieren abstenerse por no meterse en problemas, porque no están obligados, por determinados temores (...) Entonces no hablaron, no hicieron algo, y eso puede traer consigo responsabilidades éticas, pero no necesariamente encubrimiento", acotó.
Este martes los jesuitas también plantearon la disposición de hacer llegar el informe al Ministerio Público, instando además a otras víctimas a denunciar sus casos. De ser así, el resultado de las eventuales indagatorias podría no ser el esperado, advirtió el ministro.
"Pudiera alguien pensar en la necesidad de que la justicia estableciera los hechos para que después sirvieran de base fundamental para una indemnización por la vía civil. Todo eso depende de la estrategia que siga la defensa o quienes los asesoren jurídicamente", partió señalando.
Para luego recordar el deceso del religioso y que los hechos en cuestión habrían ocurrido previo a la entrada en vigencia de la ley que declara la imprescriptibilidad de este tipo de delitos, cuando afectan a menores de edad. "Desde luego por el fallecimiento del padre Poblete y en segundo lugar por este problema de prescripción se ve dificultoso el camino", concluyó.