Sorpresa generalizada generó en el mundo político y de las pequeñas y medianas empresas el nombramiento de Alfredo Moreno como el nuevo ministro de Desarrollo Social a contar del 11 de marzo, en lo que será el inicio del segundo gobierno de Sebastián Piñera.

 

Su presente inmediato como presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y hombre ligado al gran empresariado provocó que desde la Nueva Mayoría cuestionaran tal designación.

 

“No creo que la sorpresa sea positiva en sí misma”, sostuvo el abogado socialista Fernando Atria, dado que su “tonelaje” no proviene de una “carrera política o por una posición de estadista”, es porque “representa el poder económico”, factor que será puesto a prueba con la “ratificación del Convenio 169 que dice relación con el pueblo indígena”, añadió Gonzalo Duarte, secretario nacional de la DC.

 

“Qué va a hacer el representante máximo del empresariado chileno ejerciendo un rol de ministerio frente a una iniciativa como esa” o en “lo que significa la nueva relación con La Araucanía” en lo alusivo a “la lucha contra la pobreza, la integración social”, insistió.

 

Consultado por la prensa, Piñera argumentó que “nosotros queremos hacer una profunda modernización de las políticas sociales para que estén realmente al servicio de la gente y no atrapadas o capturadas en la burocracia o en objetivos laterales”.

 

“Por tanto, yo creo que el designar a una persona como Alfredo Moreno, que ya fue ministro y presidente de la Teletón y que tiene una gran experiencia en el sector público y una gran vocación de servicio público, es una designación que refleja la importancia que le vamos a dar a compatibilizar el desarrollo económico con el desarrollo social”, remató.

 

 

 

Rafael Cumsille, presidente de la Confederación del Comercio Detallista y Turismo y vicepresidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme), opta por la cautela.

 

“A pesar de que Moreno venga de la CPC, él ha sostenido reuniones con nosotros que somos de las pymes. Tiene mentalidad y forma de ser empresarial, por lo tanto creemos que puede aportar en la parte de la responsabilidad social, concepto del que muchos predican pero poco practican”, declaró a Cambio21.

 

“Todo está por verse eso sí. Hay que esperar cuál será su actitud y accionar con las pymes. No podemos opinar o enjuiciar a priori. Sin embargo, estaremos atentos. Para eso somos independientes a la hora de actuar”, aclaró.

 

 

 

Por su parte, Ricardo Halabí, otrora director de Indap y del Fosis, organismos que dependen de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Social (exMideplán) y que basan sus políticas públicas en la relación con los pequeños y medianos empresarios, apeló a las ironías para explicar el nombramiento de Moreno.

 

“Desconozco su vocación social y su rol de ciudadano más allá de que asumo de que es una buena persona y un gran ser humano. Ahora, esto en verdad me supera y creo que llega más allá de lo que fue la entrega de pendrives en febrero de 2010. A lo mejor la visita del Papa Francisco sirvió para remecer las conciencias respecto al hallazgo de soluciones luminosas para terminar con la pobreza”, señaló a este medio.

 

“Lo que de verdad desconozco es cómo él va a recibir esto. Es un cambio y una innovación total que no se ha aplicado, creo, en ningún país del mundo. Es como que el Papa designe en el Vaticano a un gran empresario para que se haga cargo de la Pastoral Social y de los Trabajadores”, sentenció.