La senadora DC señala que “Nunca nadie del gobierno de Bachelet me dijo de frente que bajara mi candidatura”, al momento que reconoce que “No soy la misma de cuando partí la campaña”, pero que “valió la pena” levantar una opción en las pasadas elecciones presidenciales y romper la tradición de una candidatura única en el entonces oficialismo.
Descarta que la elección presidencial se perdió por la existencia de dos candidatos oficialistas: "No comparto ni ese diagnóstico ni esa conclusión. Aquí hay una situación que se da desde antes, donde el tener dos candidaturas lo que buscaba como objetivo era ampliar el arco de representación. Lo dijimos siempre en campaña: si es que la elección se polarizaba y se izquierdizaba la propuesta frente a Sebastián Piñera, lo que hacíamos era darle ventaja. Si queríamos en esto representar una mayoría, lo que se necesitaba era ampliar. Y aquí hay una historia que tiene que ver no solamente con la definición de las candidaturas, sino que viene de antes en el gobierno, con un esfuerzo sistemático por ir reduciendo la injerencia de la DC y, por el otro lado, dar un peso más de miradas de izquierda, que desequilibraban finalmente lo que representábamos todos y que, finalmente, termina en lo que llevó a la pérdida del gobierno", asegura.
Lamentó de paso que que la pasada administración haya renunciado a tener más incidencia en la elección: "Hay responsabilidades del gobierno, sin duda. La Presidenta renunció a tener más injerencia como jefa de la coalición y esa fue una opción. Yo creo que en su momento se podía haber incidido mucho más o influido mucho más para que se generaran acuerdos. Cuando tienes partidos diversos, justamente en eso está su riqueza, lo que tienes que hacer si quieres ser coalición es permitir que todos ganen, un acuerdo en el que efectivamente todos ganen y no que unos ganen a costa de otros, que fue lo que pasó", acota.
Sobre si valió la pena ir a primera vuelta, teniendo en cuenta los costos electorales en la parlamentaria, la senadora DC indicó que "Sí, valió la pena. A quienes son críticos hoy día, los invito a hacer el análisis qué hubiera pasado si nosotros nos hubiéramos omitido. Hubiéramos retrocedido aun más en la incidencia de nuestro partido, no sé con qué cartas negociaban, eso es lo primero. Aquí más bien entiendo el ir a primera vuelta a pesar del resultado -que he sido muy clara en reconocer que no era el que queríamos-, siento que eso es el inicio de un camino para la DC".
Reclamó -en entrevista con La Tercera-, a los otros ex socios de la Nueva Mayoría la falta de franqueza con la DC: "En eso faltó franqueza de los partidos, porque lo que ellos esperaban era que se bajara la candidatura presidencial para generar el acuerdo parlamentario. Ahí hubo mucha pequeñez en no entender la necesidad de levantar un discurso que fuera más moderado, porque si no ese electorado de gente que quiere cambios, pero que los quiere con gobernabilidad, con diálogo, con acuerdos, es un electorado que le dejamos a Sebastián Piñera".
Reconoce que jamás se arrepintió de haber postulado a La Moneda: "No, no, nunca. Hay situaciones donde a algunos les faltó convicción, donde creo que hubiera sido más sincero decir no queremos candidaturas y no tener que responder en lo comunicacional siempre contra este fantasma de “la van a bajar, la van a negociar”, y creo que eso finalmente fue un costo para todos. Quien pensaba que con eso se salvaba creo que se equivocó, fue un costo para todos, fue un costo para el partido también. Yo hubiera esperado ahí mayor convicción, y hay distintos motivos por los cuales uno puede interpretar que no se viera. Pero no tengo duda de que yo representé el sentir de las bases democratacristianas", afirmó.
Siente que su aporte no fue menor y que la DC sí ganó algo en esta vuelta: "A mí me alegra mucho escuchar hoy día a mucha gente hablar de ética en política. Veíamos el otro día en Icare al ministro Chadwick, al ministro de Desarrollo Social. Ahí hay un tema que nosotros instalamos, y que lo instalamos no con criterio pequeño electoral, porque uno sabía que probablemente con eso no era, no ganábamos muchos votos en el corto plazo. Pero sí que en el largo plazo se hace el camino a la reconstrucción de la confianza de los ciudadanos en la política, que pasa por la buena política y darle contenido, además, a lo que significa la ética en política".
Negó la intervención del gobierno de Bachelet para pedirle que se bajara: "A mí nunca nadie del gobierno me dijo derechamente o de frente mejor baja tu candidatura. Nadie", dijo de manera categórica.
Lamentó igualmente que se le atribuyera a ella la división de la centroizquierda: "Veo falta de autocrítica. Es muy fácil echarle la culpa a la DC o a una decisión, así como vimos la soledad en que dejaron a Alejandro Guillier después de la derrota. La autocrítica respecto de qué pasó con el PS y las decisiones que tomó su presidente, que impidió el acuerdo parlamentario o cómo se dio la bajada del Presidente Lagos, que estaba dispuesto en esta complicidad de darnos espacio en la carrera presidencial y las implicancias de eso. Puedo decir hoy día, que dije en el ámbito privado que si se baja el Presidente Lagos, no tenemos posibilidad de ir a una primaria, porque significa un cuadro donde son todos contra la DC y eso no era equilibrado, no nos permitía tener una propuesta donde todos aportáramos".
Manifiesta que faltó empuje del entonces ejecutivo en determinadas materias que pudieron haber influido en la elección: "Por ejemplo, haber avanzado en la tramitación de la reforma previsional. El gobierno debió haber sido más activo para mostrar las diferencias que teníamos con la propuesta de la derecha en periodo de campaña. Y en ese tema estábamos todos juntos, teníamos un acuerdo. No entiendo por qué se perdieron meses preciosos de tramitación legislativa y que, además, equilibraba un sistema, haciendo un sistema mixto, respondía además a los adultos mayores que necesitan hoy día aumentar sus pensiones. O en la separación del Sename en la agenda de infancia, donde también podríamos haber mostrado que en temas prioritarios para la ciudadanía estábamos comprometidos y éramos capaces de trabajar", reclamó.
Reconoce que no ha tenido un diálogo largo con Bachelet tras la alección, "No, nos hemos encontrado en un par de actividades solamente. La Presidenta optó por jugar un rol, y no solo tiene que ver con las candidaturas, sino con la relación que hubo con los partidos políticos durante el gobierno, y que probablemente hubiera sido mucho mejor que estuvieran más cercanos y más coordinados", señala.
Tiene claridad que dentro de la DC no todos remaron en el mismo sentido, durante la campaña: "Si todos hubieran trabajado con convicción en sus territorios, si la DC en esto se hubiera creído efectivamente el cuento y sus dirigentes también, hubiéramos tenido mucho mejor resultado", sincera.
"Probablemente pesó la intención de negociar y lo que significaba eso. Muchos creyeron, además, que con esto garantizaban espacios de poder. Pero hay algo que la DC tiene que mirar hacia adentro, o sea, mi experiencia no es distinta de la que vivió Claudio Orrego, de la que vivió Soledad Alvear, de la que vivió antes Andrés Zaldívar", recordó.
"Ese es uno de los temas que la DC tiene que enfrentar, de frente, tal cual. Me gustaría que hoy día diéramos señales concretas de que aquí hay una lección que aprendimos, que el partido no puede seguir fagocitando sus propios liderazgos sea quién sea". reconoce.
No descartó tampoco que en el futuro pueda volver a asumir una nueva candidatura presidencial: "Uno nunca puede descartar, decir esto no va a pasar. Pero hay una gestión que quiero defender como senadora e ir a la reelección, ese es el proyecto en lo inmediato".
Hizo un llamado a quienes dentro de la DC han puesto en duda seguir con su militancia: "Tras la derrota, por supuesto que se siente desilusión. Siempre en esto las heridas las miro de frente, pero las dejo y no me quedo con los rencores, creo que uno tiene que sacar los aprendizajes. Sembramos una semilla que hay que hacerla crecer. Pero a mí lo que más me preocupan son los más jóvenes. Que los más jóvenes que vienen con esperanza, que vienen con ganas, que son imprescindibles para el futuro de un partido, hoy día no se sientan convocados".