Oh I'm just counting

Y llegó el gran e histórico día: Editorial Cambio21

Desde que existimos hemos denunciado los abusos empresariales, insistimos en que las profundas desigualdades sociales y económicas debilitan la convivencia democrática, señalamos los peligros que generaría el voto voluntario con este fenómeno nuevo que fue el abstencionismo electoral en porciones importantes del mundo popular y de las clases medias y, apoyamos en 2015 el lanzamiento del proceso constituyente de la presidenta Michelle Bachelet.

Respaldamos entusiastas las reformas sociales de Bachelet, lamentamos las divisiones políticas de los actores de la centroizquierda, llamamos la atención a la débil inversión en Innovación y en Ciencias -desde hace años- que nos convertía en una economía mono exportadora, dijimos que se requiere un nuevo sistema tributario donde paguen más impuestos las rentas del capital que los trabajadores que consumen, hemos insistido que es urgente un nuevo sistema de pensiones con solidaridad intra e intergeneracional y aplaudimos la gratuidad en la educación superior.

Denunciamos que el modelo económico generaba bajos salarios en más del 60% de la población –por ende la sobrevivencia era vía el sobreendeudamiento que agobia a miles de familias-, que más de 2,0 millones de chilenas/os reciben pensiones miserables inferiores a $200.000 mensuales, que cuando llego la revuelta social del 18de octubre no nos sorprendió –fuimos parte de esos miles que marcharon el viernes 25- pidiendo cambios políticos, sociales y económicos, apoyamos el llamado a nueva Constitución y cuando apareció este año el Covid19 no nos sorprendió la pobreza y los niveles de hacinamiento en las comunas populares.

Junto a muchas chilenas y chilenos hemos estado impulsando una agenda reformista en los últimos años que siempre bloqueó la derecha y los medios de comunicación empresariales que hegemonizaban el espacio público promoviendo sus malas ideas pro mercado. Por eso, ante este hito histórico de un plebiscito constitucional llamamos a nuestros lectores a ir a votar este domingo 25 por el Apruebo y la Convención Constitucional.

Hacer una opción política en este momento histórico es consistente con nuestra historia como medio de comunicación democrático, no somos neutrales, no somos ni chicha ni limonada, estamos jugados por una mejor democracia, más equitativa y más participativa.

Una masiva participación ciudadana, especialmente de mujeres y menores de 45 años, que supere las últimas tasas de participación electoral pueden abrir la posibilidad institucional de empezar a dibujar un nuevo modelo institucional democrático, de derechos y obligaciones ciudadanas, de innovar en organizar la economía y el sistema de protección social, o sea avanzar hacia un Chile mejor.

No tengamos miedo ir a votar, ya el 88’ pudimos derrotar a Pinochet hoy debemos dar un nuevo paso para derrotar su herencia constitucional.

En eso no dudamos: llamamos a todas y todos a votar, ir con mascarilla, respetar el distanciamiento físico en el local de votación, a votar sin marcas -que los del rechazo puedan usar para impugnar el voto- y -si se puede- cooperar como apoderado del apruebo.

El lunes 26 se inicia un nuevo ciclo político donde se requiere capacidad de escuchar y articular a este Chile diverso, a esa sociedad en que se mezclan temores y esperanzas, juventud y experiencia, conservadurismos y progresismos, pero cruzada por la idea de construir un Chile distinto al de los abusos y desigualdades.

Ya sabremos la opción ciudadana lo que debe iluminar el necesario diálogo social con los representantes ciudadanos de las distintas regiones del país, donde debiera escucharse la voz de las mujeres invisibilizadas- que el antiguo modelo las marginaba-.

Construir un nuevo pacto Institucional es reconocer que el diálogo triunfó, pero también este nuevo Chile no debe temerle a su diversidad, no sólo a las distintas posturas ideológica sino también a la convivencia de distintas comunidades con historias distintas –incluido los recientes migrantes-.

Somos diversos, debemos distribuir el poder hacia regiones y municipios, debemos construir una nueva institucionalidad donde la descentralización va aparejada con la fiscalización y la mayor transparencia y control sobre las autoridades locales; la paridad debe extenderse al sistema electoral en su conjunto como los escaños reservados en el Parlamento para los representantes de los pueblos originarios.

Habrán muchos desafíos post plebiscito pero el mayor es construir Unidad en la Diversidad, es respetarnos por nuestras diferencias y con eso construir una casa común como es tener una Nueva Constitución