Foto: Pedro Araya, senador por Antofagasta
Por Alfredo Peña R.
Ya pasó la noche de los "cuchillos largos" en el PPD, al perder la Presidencia del Senado. Pero aún queda ese sabor amargo que como lo grafica el presidente de este partido, senador Jaime Quintana, "pequé de ingenuo" con lo que venía.
Los que no están enterados o en el propio Gobierno y sus parlamentarios que no saben sacar cuentas: ni con los votos de la senadora Ximena Rincón y del senador Matías Walker, ambos del partido Demócrata, el candidato del oficialismo más la DC, Pedro Araya, hubiera sido Presidente del Senado.
A saber: el candidato de la oposición senador José García Ruminot, (RN) obtuvo 27 votos. Estos eran de RN, la UDI, Evopoli, Republicano y los dos senadores ya nombrados de Demócratas, Ximena Rincón y Matías Walker.
Pedro Araya, reciente militante del PPD (fue DC y renunció) obtuvo 22 votos que eran del PS, PC, PPD, Frente Amplio, la DC y la independiente Fabiola Campillay.
En un ejercicio básico, si Rincón y Walker hubiesen votado por Araya, éste hubiese sacado 24 votos. Y García 25, restando a Rincón y Walker.
O sea José Garcia Ruminot hubiera sido igual Presidente del Senado como lo es ahora.
La trama política
En un país en que presuntos gigantes caen e, incluso, otros mueren intempestivamente, donde las instituciones están cada día más desprestigiadas, donde la inseguridad por los crímenes más atroces y nunca vistos en Chile nos despierta todos los días, donde cuando parece que nada es capaz de sorprendernos, el quiebre del acuerdo en el Senado por el no respeto de sus propios acuerdos de gobernanza nos anuncia que hay mucho más para sorprendernos, aunque parezca increíble.
Y como de lo increíble se trata, hay que reflexionar sobre la real causa de esta caída, pues si se quiere mirar sólo por encima de las aguas se podrá concluir que la división de la bancada DC, con la salida de 2 de sus senadores electos, y la conformación legal por ellos de un nuevo referente político como lo es el actual Partido Demócrata, es la que ha generado esta verdadera hecatombe política donde en vez de elegirse como Presidente del Senado al PPD Pedro Araya, se ha elegido en su lugar al RN José García Ruminot.
Sin embargo, si se ve entre las oscuras aguas que se han apoderado del Senado, la verdad es otra, pues el quiebre de la DC y el surgimiento de Demócratas no es la real razón de lo que ha acontecido, tampoco la mala relación y rivalidad entre las Senadoras Rincón y Provoste, sino todo lo contrario.
En efecto, la caída del Senado es el resultado de profundos errores del oficialismo acrecentados por la "extraña conveniencia" de un Gobierno de querer obtener tales errores, y no querer que "uno de los suyos", que se caracteriza por no ser obsecuente o sumiso, como Pedro Araya, no haya sido elegido como Presidente del Senado.
Solo un dato: la definición de Pedro Araya como candidato del oficialismo sólo se supo cuatro horas antes de la votación en la sala. El PPD se demoró dos meses en decidir quién iba a ser su candidato, por sus querellas internas. Era como decía García Márquez, "crónica de una votación pérdida".
Alguien quería que Pedro Araya no llegara al segundo cargo del Estado de Chile. Y esos "alguien" hay que mirarlos en el propio Gobierno. Dentro del mismo Gabinete del Presidente Boric. Alguien se alegró que Pedro Araya no llegara a ese importante cargo. Y no fue precisamente de la derecha: Hay que ver en el Gobierno, que miraban con recelo y suspicacia la independencia del senador Araya.
Desde la vuelta a la democracia, y de los acuerdos con la derecha que no se conocía un bochorno de estas características.
Para recordar: En 1990, se instaló el primer senado desde la vuelta a la democracia y el primer Presidente de esa Cámara fue el DC Gabriel Valdés. Tenía una "amplia minoría" de senadores porque estaban los 9 senadores designados que había dejado Pinochet y había un sistema binominal donde en las regiones se elegían dos senadores, uno de la Concertación y otro de la derecha. Pero Valdés, Patricio Aylwin, Enrique Silva Cimma, Ricardo Lagos, Andrés Zaldívar y otros negociaron con la derecha en enero de 1990 que lo mejor era tener a un senador que les diera garantías a Pinochet -que seguía de Comandante en Jefe del Ejército- y a la propia derecha. Y el elegido fue Gabriel Valdés. Y la derecha con los senadores designados, entre ellos militares en retiro, que tenían amplia mayoría, votaron alineados por el senador Gabriel Valdés, que hizo una labor extraordinaria.
De quién es la culpa
En el diario La Tercera señalan que los desencuentros entre la colectividad y el gobierno son varios. En el PPD se sienten "despreciados" por el Gobierno. Uno de los episodios más recordados es cuando la ministra Carolina Tohá -quien es militante PPD- hizo pública su desaprobación ante la posibilidad de que la extimonel Natalia Piergentili asumiera nuevamente como presidenta.
Otro fue cuando el propio Presidente Boric instó a Piergentili -en una reunión en su casa- a formar una lista única con el resto del oficialismo de cara a las elecciones de consejeros constituyentes, pese a que la colectividad había decidido competir exclusivamente con el Socialismo Democrático.
En el PPD responsabilizan particularmente a la ministra Carolina Tohá (Interior). Según dicen, por haber evidenciado que para La Moneda sería más cómodo que la carta del PPD fuera Ricardo Lagos Weber, en desmedro de Pedro Araya, que finalmente fue el candidato del partido.
El expresidente de la Cámara Raúl Soto (también exDC) afirmó que “lo ocurrido en el Senado es catastrófico en términos políticos. Acá no ganó la oposición, perdió el gobierno, que hizo todo mal. El gobierno vetó a Pedro Araya, no lo querían, y tensionó la bancada al punto de casi quebrarla”.
Y agregó: “La principal responsabilidad es del gobierno. Jaime Quintana hizo lo que pudo, con la presión del Ejecutivo, por un lado, y de la bancada y el partido, por el otro. Cada vez que se involucra el Ejecutivo en la interna del partido o de las bancadas, termina metiendo las patas (...). El gobierno actúa de forma sectaria, con torpeza e irracionalidad. Boric está pensando en su segundo periodo; Tohá, en su frágil opción presidencial”, señala en La Tercera.
En todo caso, de forma soterrada, también se han levantado críticas hacia Quintana, puesto que, si bien logró destrabar el empate que había al interior de la bancada, lo hizo pocas horas antes de la votación. Por lo mismo, entre los dirigentes pepedé han acusado que faltó liderazgo y mayor conciencia sobre las consecuencias que la demora podía conllevar.
La responsabilidad de este desaguisado político es del Gobierno que pretendiendo instalar en la testera del Senado a Lagos Weber sin lograrlo, se conformó con desfenestrar a quien no le agradaba ni le servía. Y de paso no dar la integración a la Comisión de Hacienda a la senadora Demócrata, Ximena Rincón, en venganza por su liderazgo por el rechazo en el primer plebiscito constitucional, donde el Gobierno perdió abrumadoramente.
El gobierno está jugando con fuego a estas alturas del partido: No han logrado aprobar ninguna de sus reformas emblemáticas (constitucional, tributaria, pensiones), registrando el país los peores índices económicos, de empleo, de delincuencia, crimen organizado y corrupción institucional.
Y ahora arriesga la presidencia de la Cámara de Diputados y anticipa la derrota de sus reformas y proyectos de ley más importantes.
Hoy el Gobierno no puede festejar nada. Sabe que los bloqueos no son gratos, dignos ni dan festejos ideologizados. Debe reflexionar en extremo y buscar acuerdos con la "nueva oposición" y entender que son minoría en ambas cámaras.