Oh I'm just counting

Isolde Reuque, candidata a Constituyente: Una mujer mapuche que quiere escribir la Constitución

Entrevista que aparece publicada en el Semanario Cambio21
 
Por Alfredo Peña

Isolde Reuque Paillalef, es una destacada mujer mapuche. Ha estado con tres Papas:
El Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI y el actual, Francisco I.
Es una dirigente social en La Araucanía y en más de alguna ocasión la han comparado con la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú.

Fue la segunda mujer de su pueblo en ocupar un puesto diplomático: en 2006 fue designada Agregada laboral en La Paz, Bolivia. Entre sus anécdotas cuenta que cuando se juntó con el Papa alemán Benedicto XVI, muchos se inclinaban ante él. Me saludó con las dos manos y yo sólo le dije: “Mari mari”

Conversamos con ella porque decidió ser candidata por su pueblo originario a la Convención Constitucional para que que una destacada mujer mapuche pueda escribir la nueva Constitución que nos regirá por varios años.

¿Por qué decidió ser candidata Constituyente?
Considero que la participación en este proceso histórico, en que se define el pacto político más importante que nos regulará como sociedad, no puede ser de espaldas al pueblo Mapuche como siempre ha sido. Si bien la forma en que se nos ha abierto la posibilidad de participar ha sido compleja, donde hemos debido salvar muchas complicaciones pues desde el Estado no se entiende por ejemplo como nos organizamos, cuáles son nuestras autoridades tradicionales; hemos querido plantearnos como alternativa para discutir dentro de la institucionalidad las demandas que como pueblo tenemos las y los Mapuche.

Desde mi perspectiva como mujer Mapuche, siempre he luchado de forma activa no violenta porque se reconozcan los derechos humanos de las y los Mapuche. Hoy veo con preocupación que las opciones que se plantean por parte de otros, reivindican la violencia como única forma de expresión del legítimo descontento.

¿Usted es militante de la DC?
  Sí, desde muy joven he estado comprometida con el prójimo. Pero mi compromiso no es solo de fe, sino de acción. Soy humanista y cristiana, y los derechos humanos me despiertan la inquietud de tomar acción. Además, por ser mujer Mapuche la cosmovisión de mi pueblo tiene estrecha relación del “ser  persona”, con la naturaleza, la cual es buscar día a día el equilibrio para un buen vivir = küme Mongen. Eso es lo que me mueve.

Con el Partido, mi vinculación es con la creencia de que los y las cristianas debemos implicarnos en política, para hacer bien las cosas, pues sabemos que nuestro paso en la tierra es temporal. Hoy vemos muchas manifestaciones en las que connotados dirigentes de todo el espectro político se ven envueltos en actos inmorales, de corrupción y abuso. Al respecto, el camino fácil es mirar al lado, justificar el accionar o desde la casa o redes sociales comentar y lamentarse. Eso no nos parece suficiente. Se requiere una renovación y por ello es que asumimos el desafío, desde una candidatura independiente, en la que debemos conseguir los patrocinios, y en la cual contamos con menos de un segundo de  franja y un aporte de $170.082 para un distrito a nivel nacional, así que si su pregunta es si esta candidatura es independiente, vaya que lo es.

¿Por qué no decidió  ir como candidata de su partido y no por el cupo de pueblos originarios?
Porque ningún partido ha tomado las demandas del pueblo Mapuche en serio. He participado en muchas instancias, he trabajado con gran esfuerzo y también he visto como ello se ha diluido en promesas incumplidas.
Hoy es relevante visibilizar el daño histórico que como pueblo hemos sufrido. La discriminación, el racismo. Sí, el racismo, porque hay una construcción social errada de cómo somos los y las Mapuche, cuando ven a una persona de origen Mapuche, ven a una persona pobre, de una “colorida cultura” folclórica, y muchas veces incapaz. 
Vengo trabajando desde hace 40 años, cuando todo era aún peor, y he visto como muchas y muchos han enarbolado banderas y obtenidos beneficios personales sin lograr nada concreto por el pueblo Mapuche. Es momento de hacer cambios, y de hacerlos en serio. En esta Constitución buscaremos dignificar al pueblo Mapuche y lo haremos sin violencia, con la fuerza de las ideas.

¿Usted cree que ser candidata a Constituyente independiente es más fácil que ir con un partido?
De ninguna manera. Es una tarea mucho más dura, pues no somos candidatos adinerados. Ricos en ideas y planteamientos, pero no tenemos grandes recursos económicos ni en Chile ni fuera. Tampoco servimos a intereses de grupos económicos o de agrupaciones que tienen una agenda propia. Vivimos con el fruto de nuestro trabajo, por lo que esta campaña  implicará un gran esfuerzo, de gente común, como tú y como yo, mapuche y no mapuche, ese no mapuche que sabe, que respeta, esta candidatura es sin duda un ícono de la unidad entre nosotros.

Usted está de acuerdo que hay una deuda con los pueblos originarios en nuestro país
Eso es así. La deuda histórica está ampliamente documentada. Cuando he sido invitada a exponer a otros países, me sorprende siempre la pregunta de por qué existe tanta resistencia a una verdad tan evidente. Día a día los pueblos originarios y también los Mapuche, pierden su lengua (en Chile casi una décima parte solamente habla Mapuzungun), las costumbres se olvidan, se desconoce el territorio ancestral, y que decir de la tierra con todo lo que para nosotros implica. La pérdida del conocimiento Raquizuam y Kümun (Pensamiento y saber) la pérdida del conocer y saber sobre la herbolaria la medicina Ancestral.

Violencia en la Araucanía

 ¿Qué medidas tomaría usted para detener la violencia en la Araucanía?
Se requiere ante todo voluntad política para solucionar un problema de origen político (a nivel del concepto de humanidad). El reconocimiento de los pueblos originarios como parte de la sociedad en un plano de igualdad, en que se respeten las diferencias, se valoren los usos y costumbres, es el primer paso para un diálogo entre iguales.

También se requiere desmilitarizar los territorios, e instruir a las fuerzas armadas y de orden en el respeto a los Derechos Humanos, particularmente de los pueblos originarios.

Se requiere diálogo y compromiso, esto se traduce en documentos que generen obligaciones, condiciones y plazos. Todos y todas, Mapuche y no mapuche estamos aburridos de las promesas incumplidas.

Esto importará recursos por cierto, pero la violencia es sin duda más cara: en vidas humanas, y también en oportunidades. Quienes vivimos en la Región de la Araucanía sabemos que es importante el que se pueda producir, cosechar y generar empleo. Se debe discutir la forma en la cual se produce, con respeto a la tierra, con acceso al agua, salarios justos, entre otros.

Nosotros planteamos la necesidad de una mesa de diálogo donde todas y todos estén representados y la necesidad imperiosa de un Ombudsman (para los occidentales), y  para nosotros un genpin o mejor un consejo de ancianos, como defensores del pueblo indígena. Es tiempo de tomar en serio esto antes de que se termine de ir de las manos. Insistimos en la voluntad de todos los sectores, incluido el Gobierno donde no basta un asesor muy bien pagado, que se ha hecho famoso por sus vacaciones en lugar de algún resultado.

Antes que se redacte la Constitución ¿qué medidas tomaría usted para detener la violencia en la Araucanía?
Como he dicho, mediante el diálogo. Pero este diálogo requiere de condiciones para que los diferentes actores participen de buena fe: existencia de propuestas y compromiso de financiación para las mismas. Hablar es muy barato, hacer es lo que cuesta y necesitamos que se concreten los compromisos.

1. Que las autoridades conozcan y respeten los protocolos Mapuche para trabajar conjuntamente las propuestas.

2. Que se instaure una cultura de respeto entre todos los convocados: expresiones racistas de parte de algunos agricultores no pueden ser toleradas.

3.Compromiso para el establecer un plan de medidas que permita a las familias campesinas mapuche el poder subsistir en este período especialmente complejo, en que en los últimos meses no se ha podido producir ni vender de forma suficiente para asegurar la subsistencia. Este plan requiere tanto de ayuda estatal, como de créditos flexibles. Conocemos muchos casos de familias que tienen dificultades para alimentar a su familia, y sus animales.

Estos planes de emergencia y medidas, deben ser abordados de manera conjunta con participación no solo de expertos que viajan desde Santiago y no entienden ni quieren entender lo que nosotros requerimos. No necesitamos que vengan a decirnos que se debe plantar mangos y kiwis que luego no podremos vender, o cuya producción requiere fuertes inversiones que no podremos abordar. Estamos abiertos a la innovación, pero con responsabilidad, pues es el pan en nuestra mesa lo que se arriesga.

4. Respecto de la compra de tierras, que en conjunto se establezca un plan con priorizaciones justas, transparentes y equitativas, donde no solo se privilegie a las comunidades más conflictivas, sino que puedan todas acceder a la tierra a la que las comunidades tenemos derecho.

 Compra y entrega de tierras 

¿Usted piensa que comprar tierras a los privados por parte del Estado y entregárselas al mapuche es la solución?
No es la única, pero si es parte de la solución. Es necesario que el Estado reconozca a nivel constitucional a los pueblos originarios, conformando un País Multicultural. Se requiere también un efectivo traspaso de competencias desde el nivel central a las regiones, provincias o cualquiera sea la división político administrativa que se determine. Muchos problemas han escalado por la falta de competencias de las autoridades regionales, para poder abordar las situaciones, además de que en algunos casos los servicios y las autoridades en términos personales son también efectivamente incompetentes. Ha quedado de manifiesto la ineficacia del nivel central para abordar problemas propios de la Región. Por eso se requieren autoridades que puedan decidir y ejecutar, que cuenten con presupuesto para efectivamente tomar decisiones y ponerse en acción. Por lo pronto, también se requiere contar con una entidad que se ocupe de velar por los derechos de los pueblos originarios, un defensor del pueblo, como dije un genpin o un consejo de ancianos.