Este domingo se conoció el fallecimiento del exsecretario general del Partido Socialista (PS), Carlos Altamirano, a la edad de 96 años.
La información fue difundida por militantes de su partido, tales como el ex ministro y ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
“Conmovido por la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero Carlos Altamirano, gran figura de la historia del PS y el movimiento popular chileno. Descanse en paz”. puso en su cuenta de Twitter.
Carlos Altamirano Orrego nació en Santiago, el 18 de diciembre de 1922 y fue conocido por su rol de dirigente durante la Unidad Popular. Al momento del Golpe de Estado era senador y con gran liderazgo en su partido y en la propia Unidad Popular.
Fue secretario general del Partido Socialista de Chile entre 1971 y 1979, además de diputado (1961-1965) y senador (1965-1973). De profesión abogado, en el plano académico se desempeñó como profesor de hacienda pública y derecho económico en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, su alma máter.
Amigo intimo de Salvador Allende, Altamirano es recordado por su discurso el día 9 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile(actual Estadio Víctor Jara) donde llamaba a no someterse a la fuerza de un poder ilegítimo (alusivo al futuro golpe militar acaecido dos días después) y a enfrentar una sedición con «la fuerza invencible del pueblo», refiriéndose a: tropas, clases, suboficiales y oficiales leales al Gobierno constituido.
Hay quienes desde su propio partido que le atribuyeron una irresponsabilidad política durante la Unidad Popular.
Clandestinidad y fuga
El 11 de septiembbre, Altamirano salió en todas las listas para entregarse a los militares golpistas. El político se ocultó.
Foto: Carlos Altamirano en los días del golpe
Luego de ocultarse de casa en casa durante 60 días, Altamirano consiguió mediante su hermano Guillermo la preparación de su salida. Él era un médico y psiquiatra infantil que atendía al hijo de una secretaria de la Embajada de la República Democrática Alemana (RDA).
Sin embargo este al consultarle a dicha mujer si ellos podrían darle alguna protección a Carlos, logró tener éxito luego de que ella le preguntase al embajador, quien consiguió el visto bueno del presidente Erich Honecker tras llamarlo.
Para sacar a Altamirano del país, Honecker dijo que la operación duraría entre cuatro y cinco días. Para tal efecto, ellos consiguieron un automóvil además de un agente de inteligencia que lo trasladaron desde Santiago hacia Portillo (viaje que tuvo que hacer en maleta).
En Portillo, tuvo que permanecer oculto horas en una quebrada mientras el agente hacía a los trámites para salir con destino a Argentina por el Paso de Uspallata.
Aquella determinación la tomaron Altamirano y el agente por seguridad. Una vez recogido por el agente y ya en Mendoza, luego se desplazaron a Buenos Aires.
Allí estuvo tres días en la embajada alemana para después viajar a Cuba y aparecer en La Habana el 1 de enero de 1974, donde fue recibido por Fidel Castro.
Tras de un par de semanas en la isla, emprendió viaje hacía el país germano y se radicaría definitivamente en Berlín del este, siendo allí altamente vigilado y protegido.
Sin embargo, para 1975, durante una visita que hizo Altamirano a Madrid, Pinochet habría planeado su asesinato.
De hecho el mismo Altamirano revelaría que en el Aeropuerto de Barajas tuvo un encontrón con un tipo extraño que le pegó un empujón y se le cayó un maletín, el cual a la larga sería el mismísimo Michael Townley. El norteamericano no pudo concretar el asesinato ni ahí ni las veces que incluso lo intentó en Ciudad de México y París en doble ocasión.