Por Equipo Cambio21
Nadie tiene muy claro quién inventó el concepto, pero lo cierto es que si usted o alguien que conozca votó por candidatos de derecha en las dos elecciones relevantes que hubo en 2017, Sebastián Piñera y José Antonio Kast (presidenciales) por un lado, y el mismo Piñera, Felipe Kast o Manuel José Ossandón (primaria) por el otro, ese alguien es un “facho pobre”.
Facho, por el rótulo que históricamente la izquierda tilda despectivamente a los seguidores de la derecha, y pobre, por… ¿habrá que explicarlo?
En fin, desde el Partido Comunista, tras la derrota del candidato Alejandro Guillier ante el líder e Chile Vamos en la segunda vuelta de diciembre, lanzaron duras críticas hacia aquellos ciudadanos “idiotas” que apoyaron al hoy mandatario electo viniendo de segmentos sociales medios y bajos.
El académico Carlos Peña, desde su habitual espacio dominical del diario El Mercurio, agarró el guante y disparó fuerte artillería hacia los “prejuicios intelectuales” que provienen de un sector de izquierda “burgués” que cree que “la gente de origen popular, cegada por su ignorancia, por sus torpes anhelos, entontecida por la publicidad o sus pobres ambiciones, no sabe lo que quiere y al momento de elegir traiciona sus propios principios”.
Ese “izquierdista burgués se frustra porque él es alguien que necesita un pueblo que se sienta abusado para poder ser él un redentor. Y por eso -cuando no fruto de la estupidez o la simple ignorancia- acuña el insulto de ‘facho pobre’”, arremetió.
“Disparo en los pies”
Para la economista y presidenta de la Corporación Ciudad y Derechos, María José Becerra, las palabras de Peña hay que tomarlas de quien vienen y de dónde son publicadas.
“Él es un columnista… ni las políticas públicas ni la política se pueden hacer vía comentarios o las fuentes de opinión que tengan los columnistas. Es como cuando los periodistas pasan a ser primeras personas y se desvanecen los roles de cada uno en la sociedad. Los políticos tienen que hacer política y los creadores de políticas públicas tienen que hacer políticas públicas y los opinólogos tienen que hacer opinología”, declaró a Cambio21.
Atendiendo al fondo del asunto, la profesional dice que no es partidaria de usar el término “facho pobre”, aunque explicó que “es temprano para sacar conclusiones porque acá va a venir todo un análisis, pero a mí me parece acertado decir que parte importante de las políticas que tuvo la Concertación y la Nueva Mayoría fueron para que la gente viviese mejor”.
“Y en ese entender, si estas personas están entrando en esa clasificación me parece una clasificación claramente adecuada y que nos pegamos un disparo en los pies. Nosotros defendemos el buen vivir para todos los ciudadanos de este país, y trabajamos por ello. Por lo tanto, sí puede ser una variable, de muchas, que hay que tomar en consideración respecto a lo que nos llevó a la derrota”, admitió.
“La misma piedra de hace 40 años”
“No comparto ni el Chilezuela, ni el crear temor innecesario. La gente no vota por sus ideales, sino que por el miedo de que le pase algo en el futuro”, nos indica de entrada Roberto Fantuzzi, empresario y presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas (Asexma).
“Calificar a las personas de facho, pobre o rico no lo comparto, cero. Te soy honesto: por eso voté en blanco. Las dos campañas (Piñera y Guillier) se pusieron en posiciones que estaban en trincheras que a mí no me gustaron. Unos decían Chilezuela, otros hacían una cadena de rezos, confundiendo lo que es la Iglesia, y otros que llamaban a meter las manos en los bolsillos. No me gustó. ¿Viste la cantidad de apoderados? Como si los chilenos fueran sinvergüenzas. Tampoco me gustó”, expresó a este medio.
El industrial reconoce a ese posible tipo de elector que, tal vez, por estatus votó por la derecha. “Sin embargo, yo escuché a algunos microempresarios que votaron por la izquierda porque tenían miedo de que iban a perder sus trabajos. Ese tipo de campañas del miedo y del temor, en vez de discutir ideas, nos va a hacer tropezar con la misma piedra de hace 40 años”, alegó.
En su opinión, “no son fachos pobres. Se generó un temor que no corresponde. Eso sí, no hay ninguna duda que muchos chilenos han salido de la pobreza y no quisieran volver abajo, como la teoría del ascensor. Y eso es temor. No es que sean fachos pobres”, concluyó.