Este miércoles la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley de reforma a la educación superior, iniciativa que establece -entre otras disposiciones – la gratuidad universal y las condiciones para llegar a ella.
El proyecto, además de la gratuidad, establece la acreditación obligatoria y fija las tareas y procedimientos de la Superintendencia de Educación que también fiscalizará los aspectos por los que se les entregó la acreditación a las instituciones.
La ministra de Educación, Adriana Delpiano, dijo estar satisfecha con la finalización del trámite parlamentario.
“Yo creo que Chile hoy es mejor que ayer. Contar con una ley de educación superior que da garantía que podrán estudiar en instituciones acreditadas y la calidad será lo que irá importando”, dijo.
Y agregó: “Tenemos calidad, una buena fiscalización, gratuidad y un marco regulatorio que mejore las relaciones entre las distintas instituciones de educación superior. Aquí hay intendencias, subsecretarías para velar por esto, miraremos el futuro con más posibilidades”.
En materia de financiamiento, el proyecto consagra la gratuidad por ley, ya no por glosa presupuestaria, y define un mecanismo para avanzar gradualmente en su cobertura.
El texto aprobado garantiza la cobertura actual de hasta el 60% y establece condiciones económicas venideras para poder expandirla al 100%.
No todos felices
El diputado UDI Jaime Bellolio, a pesar de votar a favor del proyecto, tuvo una mirada crítica de algunos elementos centrales del proyecto, como es la penalización del lucro.
El parlamentario considera que se trata de una “cuestión completamente de eslogan y en ninguna parte del mundo puede estar penado el lucro".
El diputado también agrego que "lo que puede estar penado es que alguien haga trampa, puede ser enriquecimiento ilícito, puede ser malversación de fondos públicos, es decir, son otras figuras, pero penalizar el lucro es simplemente un eslogan y ellos los saben", aseguró.
La diputada democratacristiana Yasna Provoste fue una de las que evidenció un malestar frente la aprobación del proyecto. “Yo personalmente no celebré el proyecto, y me gustaría saber si quienes celebraron leyeron realmente el proyecto. Esto tiene que ver con una concepción ideológica de la realidad”, comentó la diputada.
Para ella, el hecho de que la derecha política aprobara la iniciativa tiene que ver principalmente en que “este proyecto sigue manteniendo privilegios para las instituciones de educación privada. Se entiende la alegría de aquellos que consideran que la educación es un bien de mercado”, afirmó.
Para ella el que un grupo de parlamentarios festeje este proyecto se debe a que “apoyan la primacía de las universidades privadas frente a las estatales. Se evidenciaron las diferencias y las tendencias de los parlamentarios frente a este tema. Hubo complejidades, como seguir obteniendo recursos del Estado, incluso de las instituciones privadas. Es lamentable que los aranceles sigan siendo exagerados, donde muchos de ellos no reflejan calidad”, concluyó.
Por su parte, la diputada PC Karol Cariola comentó las implicancias que tendrá la aprobación de este proyecto con el gabinete que se instalará en marzo, reconociendo que se encuentran “preocupados por su vínculo empresarial y sus comentarios que evidencian sus mirada mercantil, en este caso, del ministro Varela frente a la educación”, afirmó.
Sin embargo, la aprobación del proyecto trae una obligación para con el próximo Gobierno, algo que la diputada reconoce porque “obligó al presidente Piñera a reconocer públicamente que seguirá con la gratuidad en la educación, aunque nos falta ver la letra chica que encierran sus aspiraciones. La garantía que nos entrega la ley es algo que nos asegurara que podremos resguardar la gratuidad”, aseveró.
Para el diputado DC Mario Venegas las críticas sobre el proyecto aprobado resultan ser sumamente dañinas, porque “una coalición de Gobierno no puede restarle méritos a sus propios logros. Considero que este proyecto no es perfecto, pero hay consideraciones que responden a acuerdos políticos que no se pueden soslayar”, expone.
Nadie puede negar que se trate de un logro enorme y de un avance muy importante en materia educacional. Es cierto que se pudo haber hecho mejor, con más recursos, pero el contexto puede permitir comprender el resultado de la reforma. Hacer este cambio, enorme en nuestro sistema de educación, valió la pena”, apuntó.