El abrupto cierre de la Fundación ProCultura, envuelta en el escándalo del Caso Convenios, estaría afectando a sus trabajadores que, según denuncian, no han recibido el pago de sus finiquitos.

La ONG liderada por el psiquiatra Alberto Larraín sorprendió hace casi un mes confirmando su fin. Acusaó efectos “devastadores” en sus finanzas tras ser apuntanda por presuntas irregularidades en convenios con el Estado.

El diario La Tercera tuvo acceso a declaraciones de extrabajadores que, a 12 días de ser informados del término de sus contratos, aún no ven un peso. “Alberto Larraín está escondido (...) Esto es como una verdadera estafa”, dijeron a dicho medio.

Comentaron que hasta el último día, Alberto Larraín y Constanza Gómez les prometieron que pagarían todo lo adeudado. “Hubo llantos y palabras de agradecimiento de los trabajadores más antiguos, aunque la mayoría miramos la escena con desconfianza. Pocas semanas después se hizo realidad el peor escenario posible”, relató un trabajador.

“A algunos nos intentaron engañar haciendo firmar finiquitos en una notaría sin cheque asociado ni plazos de pago, pese a que el documento decía textual que nos hacían entrega del pago en ese momento. A quienes recibieron su finiquito online, se les decía que recibirían el pago en cinco días hábiles. Hasta la fecha, ni un solo peso”, juró.

Ante la demora y la falta de respuestas, se estarían organizando para emprender acciones legales. Temen que se haga realidad lo que algunos escucharon de manera informal: que derechamente no les pagarían por la quiebra de la fundación.

Detallaron, además, que entre los afectados hay trabajadores de hasta 10 años en la fundación y que “hoy ven sus vidas destrozadas”.

“Eso tiene muy mal a muchísimas personas. Pero ahí está Alberto Larraín, tuiteando todos los días sobre salud mental. Es una vergüenza. Hoy estamos analizando demandar a la fundación. Esta situación no puede quedar en la impunidad”, advirtieron.