Oh I'm just counting

Un mes lleno de dudas: las desprolijidades del gobierno de "los tiempos mejores"

Los tiempos mejores ofrecidos por la candidatura de Sebastián Piñera parece que no han podido concretarse en el establecimiento de su administración.
 
Esto porque demasiados de los representantes de su Gobierno no han podido propiamente tomar posición de algunos de los cargos entregados por el presidente.
 
Antofagasta, el nuevo caso
 
La semana pasada se supo de la renuncia, después de menos de un mes de asumido, del que fuera el Gobernador de Antofagasta, Luis Garrido Ampuero.
 
La renuncia de Garrido, quien pertenece a las filas de la Unión Democrática Independiente, habría sido solicitada por el gobierno central, pero no se dieron a conocer los motivos.
 
Garrido antes de ser elegido fue electo Consejero Regional (Core), puesto al que debió renunciar para asumir como gobernador.
 
Además, cabe recordar que podría ocurrir lo mismo con la gobernadora de Cachapoal, de confirmarse denuncias sobre problemas financieros.
 
Seremis para olvidar
 
Para encontrar una situación semejante basta con recordar algunas de las situaciones que se presentaron cuando tuvo lugar la designación de todos los seremis que representarían al Gobierno central.
 
 
Sin embargo, uno de los primeros dolores de cabeza de la administración Piñera fue la falta de idoneidad de varios de los “elegidos”. Currículos inflados, con falsa experiencia laboral y con estudios no siempre comprobables, muchos de ellos con deudas bancarias y problemas judiciales. Esto hizo que la propia exigencia del cargo los obligara a no asumir o a renunciar a los días de tomar la responsabilidad.
 
La opinión pública, los analistas y cientistas políticos, sumado al trabajo de los periodistas y medios de comunicación, recalcó los errores en las designaciones y las propias falencias de aquellos que deberían ocupar el cargo político.
 
“Desprolijidad”, dijeron muchos. Otros mencionaron la falta de idoneidad en aquellos que fueron elegidos entre los partidos políticos de gobierno, dejando la imagen de la presidencia por el piso y, de paso, haciendo de “los tiempos mejores” una mala frase y una burla generalizada.
 
¿Qué pasó?
 
Conversamos con el académico de la Universidad Central y cientista político Marco Moreno para profundizar en estas situaciones.
 
“Podrían presentarse algunos retrasos en la designación en que el candidato asuma, pero esto podría esperarse solamente para muy pocos casos. Hoy lo tenemos en un número elevado de situaciones, lo que deja observar con claridad las complejidades de la actual administración para poder conformar un Gobierno”, explica el académico.
 
 
“Se han dado algunos problemas de acreditaciones donde los títulos y antecedentes para asumir no coinciden, lo que permite hablar de una tendencia que marca la actual administración con una dificultad para el proceso de instalación. Recordemos que la actual administración lleva más de un mes”, añade el cientista.
 
Consultado el experto sobre el origen de esta problemática indicó que “tiene que ver tanto con la idoneidad del candidato al cargo pero, con más fuerza, se debe al cuoteo político que busca posicionar a un representante de un partido político en un cargo ya obtenido, donde no siempre se cuenta con la persona más apropiada para ocupar el lugar”, asegura Moreno.
 
Además, el cientista hace referencia a la labor que desempeñan los medios de comunicación pues “son ellos los que muchas veces hacen público este tipo de complicaciones y develan las complejidades”, pero aclara, “no podemos estar así más de un año, sería una situación muy lamentable para el gobierno”, finalizó.
 
Para el analista y experto electoral René Jofré, la situación responde a dos casos: “Se relaciona con la idoneidad del candidato y también responde al cuoteo político, aunque es un tema que ha afectado a todos los últimos gobiernos”, aclara Jofré.
 
“Aunque, se debe reconocer, que el trabajo periodístico ha sido uno de los elementos que más ha contribuido para que este tipo de situaciones se conozcan, siendo algo muy bueno”, añade.
 
“Me queda la impresión que en los últimos años se han instalado mayores exigencias frente a las autoridades que asumen, exigencias que han hecho que los requisitos se endurezcan y, por lo tanto, hay una mayor posibilidad de que algunas autoridades que asumen caigan, a veces sin saberlo, en este tipo de problemas. En cuanto a plazos, me parece que esto debería resolverse lo antes posible para así descomprimir la situación”, concluye Jofré.
 
El cientista político Kenneth Bunker tiene una mirada algo más positiva de la situación puesto que considera que “el trabajo de nominación de posiciones de importancia, como los de primera y segunda línea, ha sido excepcional, pues nadie ha renunciado. Lo complejo es que es muy difícil controlar todas las designaciones”, desarrolla el cientista.
 
Para Bunker siempre se pueden esperar algunos imponderables “de alguien que no avisa algo y que tiene que renunciar”, lo que para él está entre lo esperable de un margen de error. Aunque tiene claro que “son cosas que complican, y mucho, pero que lo más probable es que sigan sucediendo”, aclara.
 
La responsabilidad política para Kenneth Bunker “siempre existirá, y será algo que deberá indagarse”, y con mayor razón considerando la relevancia que han tomado los medios de comunicación porque “ellos tienen un rol que desempeñar en la política de transparentar los intereses que existen en ella”, finaliza.