Por Alfredo Peña R.
El padre de Carolina Tohá fue José Tohá González se desempeñó como ministro del Interior y de Defensa durante la presidencia de Salvador Allende (1970-1973). Fue asesinado a comienzos de la dictadura militar, luego de haber sido detenido, enviado a un campo de concentración en la remota e inhóspita Isla Dawson al sur de Punta Arenas y torturado por militares de dicho régimen.
José Tohá murió el día 15 de marzo de 1974 -año en que para Evelyn Matthei, su muerte "era inevitable- en el Hospital Militar de Santiago. La versión original de la dictadura fue que Tohá se había suicidado, colgándose del cuello con su cinturón, en un clóset.
Sin embargo, tal versión fue desde un comienzo fue desestimada por la familia y médicos, menos por la dictadura y sus seguidores.
Tohá de 1.92 metros pesaba 49 kilos y no podía ejecutar los movimientos necesarios, por lo que su muerte fue ocasionada por militares. Ese mismo año el perito de la Policía de Investigaciones Alfonso Chelén, primero que observó el cadáver, indicó en su informe que la causa de la muerte de Tohá fue «muerte por estrangulamiento con participación de terceros». Este informe le costó su salida de la Policía civil.
Respuesta indignada de Tohá
La candidata presidencial del Partido Por la Democracia (PPD), Carolina Tohá, rechazó duramente los polémicos dichos de la candidata presidencial de la derecha, Evelyn Matthei y que involucró al padre de Tohá, que fue asesinado en 1974.
Carolina Tohá rechazó fuertemente los dichos de Matthei, indicando que con esto había cruzado todos los límites en cuanto a lo que se debe y no tolerar.
“El asesinato, el secuestro, la tortura, los campos de concentración nunca son necesarios. Y mucho menos inevitables”, afirmó tajante.
Carolina Tohá aseguró que las considera “de una violencia y de una brutalidad que jamás me espere, a estas alturas, tener que escuchar”.
“Nunca son inevitables, menos aún necesarias, el asesinato, la prisión política, los campos de concentración y los secuestros”, enfatizó.
Tohá reconoció estar especialmente afectada por "las fechas determinadas que ella estableció que eran inevitables". “La muerte de mi padre entró en esas fechas que ella considera inevitable”, dijo con indignación.
A su juicio, “ningún ser humano tiene autoridad y no hay humanidad en la tierra para que sea aceptable algo así, a señalar con el dedo cuando es inevitable la muerte de otro”.
“No solo es un principio que no comparto. En ninguna circunstancia, jamás voy a considerar inevitable las atrocidades que se cometieron aquí bajo el régimen de Pinochet”, remarcó.
En esto, sostuvo que “la mínima exigencia de un liderazgo es trazar límites claros sobre lo que jamás se debe tolerar. Hoy, la señora Matthei los cruzó todos”.