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Animador de TV José Miguel Viñuela revela difícil episodio escolar con sacerdote que le hacía tocaciones

La visita del Papa Francisco fue una gran celebración para el mundo católico chileno. También tuvo otro lado: el de las protestas de diversos ámbitos, especídifcamente por el tema de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores.
 
Este último asunto ha sido discutido esta semana ampliamente en todos los matinales. Y en esa dinámica fue que hoy, en Mucho Gusto, José Miguel Viñuela contó lo que vivió siendo un niño, en el colegio jesuita donde estudiaba. Este fue su relato completo:
 
José Miguel Viñuela: “Yo te quería comentar que en mi caso me toca conocer esto muy de cerca. Y les voy a relatar un hecho que, probablemente, hay muchos papás que se van a sentir identificados.
 
“Yo me acuerdo de haber estado en séptimo básico. Estaba en un colegio, un colegio jesuita. El colegio tenía una casa de retiro. Y esta casa tenía una piscina. A nosotros nos llevaban en cuadrillas de alumnos. Íbamos a esta piscina y, de repente, un sacerdote que estaba allá nos decía ‘¿quieren bañarse en pelota?’. Y nosotros, que éramos chicos, decíamos ‘ya, qué entrete’. Puros hombres. Yo me acuerdo perfecto haber estado bañándonos. Nos sacábamos la ropa, nos tiramos en pelota a la piscina y el cura nos acaba fotos. Algunas de estas fotos las ponía en el diario mural, las divertidas, las que se podían ver, y las otras ustedes se imaginarán dónde las tenía.
 
“Entonces, finalmente, ¿por qué quiero contar esto? No quiero relatar ni quien (fue). Da lo mismo. Yo quiero decir con esto que, en su minuto, haberme confesado con ese cura, haberme dicho ‘oiga, usted ya es un torito que tiene las bolitas grandes’ y te pegaba la tocada. En ese minuto todos decíamos ‘qué choro este cura’, porque tú te confiesas y te habla directo. Tiene un lenguaje mucho más cercano. Todos lo hablábamos en octavo básico, séptimo básico, primer medio.
 
“Pero resulta que hoy día, que tengo 43 años, y que tengo dos niños, si mi hijo llegara a contarme que se bañó en pelota en una piscina, que el cura le sacó fotos o que le tocaron los testículos mientras se estaba confesando, yo, compadre, voy a dejar la cagá al colegio.
 
“Eso es lo que quiero transmitir. Hay una generación como la mía, que han pasado 15 años, 20 años, y que hoy día tienen hijos y que algunos han manifestado esto, pero no lo han querido hacer público. Estas cosas pasaban. Es una realidad. Por eso hablábamos con este sacerdote jesuita que representa esta nueva generación que quiere limpiar esta situación.
 
“¿Qué hacían? Pescaban a estos curitas y los mandaban a no sé dónde, a otro país, y ese era la especie de castigo, entre comillas, que se les daba. Esto es una realidad. Esto la iglesia no lo puede desconocer”