En una columna de opinión, publicada por CIPER el 31 de enero, sostuve que “El escenario quecorresponde proyectar es, por lo tanto, uno en que las ISAPRE deben reducir sus proyecciones de ingresos en la magnitud del sobreprecio que han venido cobrando, e incrementar sus gastos en el monto de lo sobrefacturado hasta la total restitución de dicho cobro indebido” y que ello llevaba a que las ISAPRE: “De ser empresas viables se transforman en empresas no viables o de discutible viabilidad.”

La reflexión es importante porque el gobierno prepara un proyecto de ley que, de acuerdo a informaciones entregadas por los diferentes medios de comunicación, permita cumplir el fallo de la Corte Suprema, dar mayor estabilidad al sistema evitando tanto le traspaso brusco y masivo de personas a FONASA desde las ISAPRE, así como la quiebra de estas. Al mismo tiempo ha señalado que no habrá rescate financiero con recursos públicos.

Parece ser la cuadratura del círculo.

La única forma que ello ocurra es que las ISAPRE recuperen ingresos incrementando los precios base, es decir lo que cobran a los usuarios, para tener el financiamiento necesario para continuar operando y devolver lo cobrado de más a los usuarios que se vieron afectados. Aunque parezca absurdo, ello significa que la solución es que los afiliados a las ISAPRE paguen el mayor costo que representa para ellas el fallo de la Corte Suprema, para que puedan pagarles a esos mismos
usuarios lo que les cobraron de más. ¿Se entiende?

La cuadratura del círculo consiste en que cada afiliado a una ISAPRE incremente el costo de su plan para que la ISAPRE pueda continuar funcionando (y teniendo utilidades) y pueda devolverle, con parte de esos mayores recursos, lo que se cobró de más en el pasado. Pago más para que me devuelvan parte de lo más que pagaré: sacar de un bolsillo para ponerlo en el otro.

Ahora bien, como el incremento de costos no será rentable para muchos afiliados, estos se trasladarán gradualmente a FONASA, en la medida que van sintiendo en su economía doméstica dicha alza, tal vez duplicando o triplicando el ritmo de traslados de los últimos años, asociados a la pandemia, pero sin provocar la crisis que algunos vaticinan en el sistema público.

En definitiva, actuaría la ley de la oferta y la demanda, y las ISAPRE y sus propietarios y administradores, que cobraron de más incumpliendo la normativa, no tendrían otra sanción que ver disminuido el tamaño de su negocio.

Por cierto hay otra u otras opciones que requieren disposición de muchos actores a dialogar y converger para aunar voluntades con miras a la constitución de un Estado Social y Democrático de Derecho.

Es posible una solución más sistémica ahora, como el legislar para que tengamos unseguro universal y las ISAPRE sean sólo un seguro complementario, tal como diversas ex autoridades del sector Salud han propuesto con motivo de esta crisis.

Hay opciones, el mercado es sólo una de ellas.