Vila Formosa, cementerio más grande de Brasil y de América Latina, está ubicado en el estado de Sao Paulo, el más golpeado por el coronavirus. En el recinto se han comenzado a cavar pozos del tamaño de ataúdes para recibir a las víctimas fatales de la enfermedad, que aumentan cada vez más con el pasar de los días.
Sao Paulo, el estado más poblado y rico del país, ya ha registrado 188 muertos y 3506 casos confirmados de COVID-19. Por ello, su gobernador Joao Doria ordenó la contratación urgente de personal para realizar las excavaciones en el gran cementerio.
“Aquí enterramos unas 45 personas por día, pero en la última semana son de 12 a 15 más. Es mucho peor de lo que vemos en las noticias, esto es grave”, dijo a la AFP un sepulturero que, en un lote del Vila Formosa I, cavaba fosas en fila para ser utilizadas al día siguiente.
De acuerdo al diario Estado de Sao Paulo, las excavaciones tuvieron un aumento del 45 %. Los cementerios privados también están en la misma situación, por lo que refuerzan la protección de sus empleados y los servicios.
En las últimas 24 horas, Brasil reportó 58 nuevas muertes por el coronavirus en todo el país. El total de fallecidos por la enfermedad se eleva a 299, y los casos confirmados a 7910.
Previendo el aumento de la demanda, la alcaldía contrató una empresa para reforzar con 220 empleados temporales los 22 cementerios de la red municipal, que por lo demás se vio obligada a recortar en 60% su plantilla de 257 sepultureros por pertenecer a grupos de riesgo.
El Vila Formosa I, en la periferia de Sao Paulo, se extiende de forma interminable ante la vista. Se estima que en sus 750.000 m2 reposan los restos de 1,5 millones de personas.
La región sudeste del país, donde se encuentra el estado de Sao Paulo, concentra el 60 % de los casos.
El Gobierno de Brasil ha advertido que la cantidad de los infectados subirá notablemente en los próximos días a medida que se realice una mayor cantidad de pruebas a las personas.