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Camas compartidas, falta de baños y hasta 20 horas sin comer: informe del INDH revela precariedades de cárceles en Chile

El quinto estudio de Condiciones Carcelarias en Chile, del periodo 2019, elaborado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) reveló, entre otras materias, que internos de algunos recintos penitenciarios del país pasan más de 16 horas sin recibir alimentación durante el día.

El informe, al cual tuvo acceso La Tercera, da como ejemplo lo que sucede en el Centro Penitenciario de Chillán, donde los reos toman desayuno a las 9:30, almuerzan a las 12:00, cenan a las 16:00 y reciben una colación a las 17:00. Es decir, pasan 16 horas y media entre la última alimentación del día y la primera de la jornada siguiente.

Esta situación aumenta en otros recintos, como en un penal de Valparaíso donde el lapso de tiempo llega a 20 horas, mientras que en los centros de San Miguel, Puente Alto y Santiago Sur llega a 18 horas.

El estudio, con más de 300 páginas, informa sobre la situación de 44 centros de detención de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Ñuble, Biobío y La Araucanía, con entrevistas a funcionarios de Gendarmería y personas privadas de libertad.

De acuerdo a uno de los testimonios del Centro de Detención Preventiva Santiago 1, el informe indica que “la calidad de la comida que recibe en su módulo es mala debido a que le ha llegado comida con pelos, plumas y fecas. Además, según se señala, la comida llega fría y falta higiene en los alimentos”.

También hay problemas respecto al lugar donde se entrega la alimentación, ya que en algunos recintos no se entregan bandejas y cubiertos. “En ocasiones los platos los traen familiares. En el caso de los cubiertos, un grupo de internos señalan que deben comer con botellas plásticas, ya que funcionarios de Gendarmería no permite el ingreso de lozas”, informó uno de los presos del Centro de Cumplimiento Penitenciario Los Andes.

Otro de los problemas que presentan los centros penitenciarios tiene que ver con el compartimiento de camas, como es el caso del Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina II, donde los reos deben compartir cama, dormir en el suelo, ubicar colchones en espacios que no sean literas u otra situación similar. También se denunció la falta de sábanas y frazadas.

Se especificó que, de los recintos estudiados, once no cuenta con camas para cada uno de las personas privadas de libertad.

A su vez, se informó que el 45% de las 83 cárceles del país tiene una ocupación superior a su capacidad, de las cuales destacan las de Taltal (265,6%), Copiapó (220,7%), Santiago Sur o ex Penitenciaría (203,8%) y Petorca (200%).

Además, en 24 centros el servicio de agua no está asegurado durante las 24 horas del día y en 23 el acceso a servicios higiénicos no es permanente. A esto se suma, que varios baños no están en condiciones de ser utilizados ya que están tapados o en malas condiciones.

También se reportó la existencia de plagas de insectos y animales como vinchucas, ratones, chinches, pulgas, palomas, ratas y cucarachas en 11 recintos penitenciales.