Al menos 15 allanamientos realizaron la mañana de este jueves efectivos de Carabineros en las regiones Metropolitana y de O'Higgins, en el marco de la investigación por el robo de más de $11 mil millones a la sucursal de Brinks en Rancagua, cometido el 16 de agosto pasado.
Los operativos estuvieron a cargo de funcionarios del OS9 y se efectuaron en Estación Central, Lo Espejo y San Bernardo, además de varias parcelas en la Sexta Región.
En el caso del allanamiento de San Bernardo, una mujer propietaria de un local comercial fue detenida por los efectivos de Carabineros, pero no se ha confirmado si tiene relación con el robo de los 11.400 millones de pesos.
Cabe recordar que, hasta el momento hay 28 detenidos en esa causa, incluyendo cinco excarabineros, todos en prisión preventiva, mientras que del total del botín sólo han sido recuperados 228 millones de pesos, una parte ínfima del monto sustraído.
En la tarde del 16 de agosto pasado, un grupo de al menos 20 sujetos que contó con el apoyo de una cajera y un guardia de seguridad, sustrajeron $11.465.818.468, según se desprende de una querella ingresada por los abogados de la empresa Brinks contra los detenidos en esta causa.
Tras la espectacular acción, grabada con lujo de detalles, la Fiscalía Regional de O'Higgins inició una indagatoria por los delitos de robo con violencia, apropiación de cosa mueble ajena, violencia o intimidación en las personas y asociación ilícita criminal.
En el caso del guardia Óscar Orellana y la cajera Ximena Fuentes, ambos imputados, se agrega el delito de revelación de secretos comerciales y se les acusa de tener “participación directa en los hechos”, por parte de los querellantes.
La querella entrega detalles de cómo ocurrió el robo. Se menciona que la cajera, quien se desempeñaba como “operadora de cash” de Brinks, salió a fumar al exterior de las oficinas en compañía de otras dos operadoras y la supervisora de operaciones.
Fue en ese momento cuando “descendieron de manera violenta siete individuos a rostro cubierto, uno de ellos premunido de un fusil AK-47, quien intimidó a las trabajadoras que se encontraban en el frontis del lugar”.
También se relata cómo el guardia ayudó a los delincuentes a ingresar al recinto y al lugar donde se almacenaba el dinero que luego pasaron a un segundo grupo que se estaciona por el lado exterior del muro perimetral y comienza a recibir el botín.
Un tercer grupo prestó cobertura, relata el escrito: “Mientras los otros individuos ejecutaban las funciones encomendadas en el marco del plan criminal, un tercer grupo de sujetos fue el encargado de dar cobertura a los ejecutores, efectuando disparos y maniobras distractivas”.