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Científicos descubren el origen de la metástasis y se acercan un poco más a la cura contra el cáncer

Desde hace décadas que científicos en todo el mundo intentan descifrar la cura contra el cáncer, aún sin resultados completamente exitosos. Ahora, una buena noticia se dio a conocer recientemente cuando expertos norteamericanos determinaron el origen de la metástasis, es decir, la reproducción o extensión de la enfermedad a otra parte del cuerpo.

Los especialistas pudieron determinar que las células que inician las metástasis "hackean" un mecanismo de reparación natural del cuerpo humano y lo utilizan para extender el cáncer al resto de los órganos vitales.

Con este avance científico se abre una esperanza para un posible tratamiento más efectivo, aunque los expertos advierten que aún queda mucho tiempo para eso.

El origen de la metástasis

Joan Massegué fue el oncólogo que lideró esta investigación del Instituto Sloan Kettering de Nueva York, que muestra que la metástasis no se inicia por mutaciones genéticas que habilitan a las células del tumor primario para migrar a otros órganos, como se creía hasta ahora.

En el descubrimiento  se concluye que las células iniciadoras de metástasis emplean una técnica para propagarse por todo el cuerpo, lo que la hace responsable del 90 % de las muertes por cáncer.

"Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado -el tumor- en el lugar equivocado, los órganos vitales distantes", explicó Massagué , director del instituto y quien lleva 30 años de investigación sobre la enfermedad, según informó La Vanguardia.

¿Esto significa la cura del cáncer?

Los nuevos hallazgos presentan la primera imagen detallada de cómo funciona este proceso en el nivel de células y moléculas. Un procedimiento que podría ser fundamental para combatir este mal.

Aunque la metástasis es mortal, no es algo que las células cancerosas puedan hacer fácilmente. Para propagarse, deben separarse con éxito de sus vecinas, atravesar las capas de tejido que las separan de la circulación, nadar o arrastrarse a un nuevo lugar del cuerpo a través de la sangre o el líquido linfático, salir de estos vasos, luego echar raíces y comenzar a crecer en el nueva ubicación, formando un “nuevo cáncer”.