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COVID-19: Pacientes con hígado graso pueden desarrollar formas más graves de coronavirus, advierten especialistas

Por Antonia Paz
 
Los pacientes que padecen hígado graso no alcohólico y se contagian con el SARS-CoV-2 pueden desarrollar coronavirus (COVID-19) con mayor gravedad y presentar mayores complicaciones, según coincidieron especialistas en el tema."Se ha visto que los pacientes que padecen hígado graso tienen un mayor riesgo de complicaciones, y cuadro más severo del COVID-19"
 
Los pacientes con hígado graso no alcohólico suelen tener mayor tiempo la enfermedad, lo que significa mayor tiempo de hospitalización, "entre 14 y 17 días" y una mayor carga viral. Los especialistas explican que el hígado graso no alcohólico consiste en el depósito excesivo de grasa en el hígado que puede acabar generando inflamación, fibrosis e incluso cirrosis y derivar en cáncer.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 20 y 30 % de la población mundial sufre de hígado graso y se estima que en América Latina hasta un tercio de la población se ve afectada por este padecimiento.
Es probable que la prevalencia de esta enfermedad en la población latinoamericana esté relacionada tanto con factores genéticos como ambientales, entre ellos la dieta y el ejercicio. Aunque también el sobrepeso, la obesidad y la diabetes tipo 2, las cuales son altamente prevalentes en la región, inciden en el desarrollo de la enfermedad.
 
El hígado graso no alcohólico, está presente en 82 % de las personas que padecen obesidad y hasta en 18,5 % de quienes viven con diabetes. Los adultos tienen alguna de esas dos condiciones.
Diagnóstico tardío
Uno de los principales problemas de esta enfermedad es la falta de diagnóstico oportuno, ya que muchos de los pacientes saben que padecen hígado graso no alcohólico cuando ya se han desarrollado complicaciones. "Muchos pacientes llegan a consultar con complicaciones de cirrosis o carcinoma y en algunos casos ya ni siquiera se puede hacer diagnóstico exacto de qué causó el hígado graso".
 
La preocupación de los especialistas es la obesidad que se ha convertido en un problema de salud pública. Es por ello que cambiar hábitos alimenticios y aumentar la actividad física son piezas claves para combatir esta enfermedad que se gesta desde la edad pediátrica.
Por eso debemos estar más cercanos en el crecimiento de los niños que desde pequeños estén en curvas de crecimiento normales".
 
En la última década se ha visto una incidencia mayor de enfermedades hepáticas en niños a partir de los ocho años y aunque no se presentan en formas graves se puede ver grasa en el hígado e inflamación. "Hay que prevenir desde la infancia, comiendo frutas, verduras, evitando embutidos y realizando actividad física".