Oh I'm just counting

Editorial: El golpe de la CEP a Piñera

La encuesta CEP se ha convertido en un termómetro de la evolución de la sociedad chilena -básicamente porque usa la metodología presencial-, trajo las peores noticias para el presidente Piñera: sólo tiene un 6% de apoyo ciudadano a su gestión lo que significa un record histórico en los últimos casi 60 años en la vida política del país.
 
Sólo un 6% de apoyo y un 82% de rechazo ciudadano es una muy mala noticia para un mal gobierno. Razón tienen los que señalan que un Presidente elegido por las urnas “no puede terminar por una encuesta”, pero claramente el país se pregunta cómo se gobernará el país los próximos dos años con tan baja adhesión.
 
 En agosto del 2016 cuando Bachelet marcó un 15% en la CEP hubo políticos de derecha como Piñera y Allamand que pidieron la salida de la Mandataria ¿qué estarán pensando hoy día cuando se tiene un 6% de adhesión en la misma encuesta?
 
El súper presidencialismo no tiene soluciones institucionales para estos problemas políticos, lo que se agudiza porque el mismo no es consciente de que su excesivo protagonismo acentúa el rechazo ciudadano.
 
Lo sensato debiera ser que Piñera se focalizará en las tareas de jefe de Estado, delegará en sus ministros las tareas de gobierno y empoderara a un par de Ministros para negociar los cambios sociales y políticos que la ciudadanía está demandando.
 
Sin embargo, ocurre todo lo contrario, El Presidente da cadenas nacionales presentando soluciones unilaterales que rápidamente son desechadas por insuficientes y que requieren mayor negociación política entre oposición y Ministros, pero el protagonismo presidencial obstaculiza las soluciones.
 
Un Presidente con un 6% debe darle espacio a su gabinete, retraerse a decisiones globales y asumir que él es el problema político que tiene el país.
La crisis social del 18 de octubre gatilló esta impresionante caída en el apoyo ciudadano y es demostración de un claro rechazo a “las contra-reformas” que intentó impulsar desde marzo del 2018 como “rebajarle impuestos a las grandes empresas con la reintegración tributaria”, “mantener la lógica de las AFP’s en la reforma de las pensiones fortaleciendo las cuentas individuales”, abandonar la educación y la salud pública, criminalizar la protesta social.
 
Hoy Chile es una sociedad que quiere un futuro más equitativo, donde haya seguridad social, que no se viva con miedo a la posibilidad de enfermarse y pensionarse y de manera inédita en esta encuesta la delincuencia y los robos no son prioridad -como ocurría desde el año 2000 y las nuevas prioridades son mejorar las pensiones, salud y educación.
 
O sea, en la agenda pública lo urgente son las reformas sociales, como se introduce la solidaridad en sistema de pensiones que permita mejorarlas ahora, como se resuelve el tema del financiamiento de los hospitales públicos para que existan insumos y profesionales que puedan darle una atención de calidad a los pacientes.
 
Es una sociedad que reclama reformas sociales y mejor democracia; que no quiere seguir más con los bonos por una sola vez que Piñera otorgó ahora en diciembre. La ciudadanía mayoritariamente quiere reformas sociales; así lo expresa el alto apoyo a las movilizaciones sociales (62%) y al apruebo a la nueva Constitución (67%) y cuando se le pregunta cuál es el motivo más importante del 18 de octubre responde “la alta desigualdad de ingresos”. Otro problema es la falta de liderazgos políticos.
 
De 30 políticos encuestados sólo uno tiene más evaluación positiva que negativa (Lavín), 9 tienen evaluaciones negativas entre 40% a 49% y los restantes 20 nombres evaluados –presidentes de partidos y parlamentarios de gobierno y oposición - tienen más de 50% de evaluación negativa.
 
Los que superan el 60% de opinión negativa son: Piñera con 76% de rechazo; Van Rysselberghe con 74%, Cubillos con 67% y José Antonio Kast con 66% o sea sólo figuras derechistas. Aunque esta opinión no marca preferencias políticas esto revela que ningún personaje político –sea opositor o gobiernista- tienen apoyo ciudadano significativo y por tanto, la carrera presidencial a noviembre 2021 está completamente abierta. Lo que nos dice ese listado es que probablemente los candidatos presidenciales no están ahí y podrán irrumpir en los próximos meses como alternativas de futuro. La CEP empieza a escribir una nueva historia.