Durante 2016 se tramitaron en el sistema de salud un total de 5 millones 27 mil 60 licencias médicas curativas, correspondiendo el 71 por ciento a cotizantes de Fonasa y 29 por ciento a cotizantes de isapres. Con relación al año 2015, las licencias médicas de Fonasa aumentaron un 6,6 por ciento, mientras que en las isapres el incremento llegó a un 4,3 por ciento.
El estrés nos está atrapando: especialistas analizan el aumento de licencias por enfermedades mentales
Por Teresa Frías K.
El Fondo Nacional de Salud (Fonasa) dio a conocer el análisis de las Licencias Médicas Curativas y Subsidios por Incapacidad Laboral del año 2016, aumentando tanto en el sistema público como en el privado respecto al año 2015.
Según el informe, durante 2016 se tramitaron en el sistema un total de 5 millones 27 mil 60 licencias médicas curativas, correspondiendo el 71 por ciento a cotizantes de Fonasa y 29 por ciento a cotizantes de isapres. Con relación al año 2015, las licencias médicas de Fonasa aumentaron un 6,6 por ciento, mientras que en las isapres el incremento llegó a un 4,3 por ciento.
Enfermedades mentales llevan la delantera
Sin embargo, lo que más llama la atención, es con relación a las causales de licencias: los principales diagnósticos corresponden a las enfermedades mentales, osteomusculares y respiratorias, las que concentran el 59 por ciento del total.
De hecho, las enfermedades mentales en Fonasa ocupan el 24 por ciento, un alto número comparado con los otros diagnósticos. Al parecer, cada vez los trabajadores tienen más estrés o vivimos en una sociedad que nos lleva al aceleramiento constante.
Para el superintendente de Seguridad Social, Claudio Reyes, "en materia laboral, el año pasado tuvimos un saldo enorme. Pasamos del 22 al 41 por ciento de las enfermedades profesionales de carácter mental".
"Esto está significando, aunque no incidentalmente pero es parte de la razón, el aumento de días de licencia. Las licencias de carácter mental son más largas, son más recurrentes, tienden a ocurrir que una licencia siga a otra y, por lo tanto, está afectando de forma muy importante, incluso en la productividad del país", expresó.
Tenemos una vida más estresante
Frente al tema, el siquiatra Jorge Sánchez aseguró que “las personas gastan un tiempo exagerado en transporte que significa un estrés, promedio gastaran una hora o incluso una hora y media en movilizarse diariamente y si a eso le sumas las largas horas de trabajo a la incapacidad de trabajar los fines de semana porque hay que hacer miles de cosas en la casa, entonces es otra carga”.
“Las personas no logran las metas que le ponen en muchas empresas, que a veces llegan a ser exageradas en temas de producción, y a los trabajadores les llega un momento en que no lo soportan”, planteó el experto.
A ello, Sánchez agregó que “es un fenómeno relativamente mundial, no es que nos toque a nosotros no más, el desmoronamiento de la gente que es bastante explicable, entonces hay alteración del buen sueño, pensamientos tristes, faltas de energías, y momentos de angustias de nunca acabar.
Por otro lado, al comparar las tasas de uso de licencias médicas por sexo, las mujeres presentan mayores tasas que los hombres (122,7 por ciento v/s 57,2 por ciento), siendo mayor en las mujeres cotizantes de isapres que las de Fonasa (132,6 por ciento v/s 119,6 por ciento).
Con respecto a esto, el especialista planteó a Cambio21 que “en general la mujeres es más susceptible entre la edad fértil que dijéramos hasta los 45-50 años, hay tres mujeres deprimidas por cada hombre, ellas son más biológicamente susceptibles que los hombres en este aspecto, y en la vida real ellas tienen mucho más estrés, porque asumen responsabilidades de la casa, que ellos no hacen, en estar preocupadas desde si hay pan o si la ropa se lavó, y es normal”.
Por su parte, el sociólogo de la Universidad de Chile, Pablo Retamal, aseguró a nuestro medio que “vivimos en una sociedad agitada, en que tenemos que movilizarnos, soportar tacos, el Metro lleno, la micro que se demora en pasar, entonces son cosas que van sumando el estrés”.
“Quizás este número de licencias aumente con el tiempo, y es normal porque todos los años queremos más, y más y para conseguirlo muchas veces tenemos más de un trabajo o bien doblamos nuestros esfuerzos en el trabajo actual para conseguir algún bono, a eso le sumamos los quehaceres del hogar”, planteó.
Por último, Retamal puntualizó que “si bien el estrés o enfermedades mentales que nos llevan a pedir licencias es un fenómeno mundial, lo cierto es que los chilenos viven más en este estrés. Es que a la hora de la salida del trabajo nos damos cuenta que cada uno anda por su lado, nadie habla con nadie, te empujan, hay mal humor, entonces no podemos pedir que no existan licencias de este ámbito, siendo que vivimos en una sociedad que es propensa a estresarse”.