"El hombre que mató a Don Quijote", película de Terry Gilliam, quedó para siempre en las crónicas de la historia cinematográfica como un "proyecto maldito" desde el inicio de su producción, en 1998.
Una inundación destruyó el equipo de filmación cuando se inició su primer rodaje, el año 2000. Lo que sumado a una enfermedad que aquejó al entonces protagonista, Jean Rochefort, y problemas de financiamiento, derivaron en que la grabación se postergara.
Pero los problemas no terminarían ahí, el director fracasó en el intento en tres oportunidades más, hasta que 17 años después, pudo finalizar la película gracias al financiamiento de Amazon.
El esperado estreno de la cinta se anunció para el próximo 19 de mayo, cuando "El hombre que mató a Don Quijote" tendría el honor de clausurar el Festival de Cine de Cannes. Sin embargo, una vez más su debut peligra, esta vez por una demanda interpuesta por Paulo Branco, quien fue productor del filme en 2016.
Branco, quien abandonó sus funciones tras fracasar en el intento de recaudar fondos para terminar el proyecto, asegura que él tiene los derechos de la película. El productor francés está solicitando al festival que impida la proyección del filme por esta disputa.
El miércoles, el director del certamen Thierry Frémaux, anunciará sí "El hombre que mató a Don Quijote" se podrá o no mostrar en Cannes.
La accidentada cinta cuenta la historia de un anciano que está convencido de que es Don Quijote y que confunde a Toby, un ejecutivo publicitario, con su fiel escudero Sancho Panza. Ambos se embarcan en un viaje extraño, que da saltos en el tiempo, entre la actualidad y el siglo XVII. De a poco, Toby se va contagiando de este mundo ilusorio, donde se difuminan los límites de la fantasía y la realidad.