Por Jackie Mercado
Se ha publicado un documento con preguntas y respuestas titulado "Sexo y COVID-19". Por suerte, y como "el bicho" no entiende de fronteras, las tres "guías" coinciden en sus líneas generales. Este decálogo resume todo lo que debes saber antes de tener relaciones sexuales en tiempos de coronavirus.
El coronavirus no se transmite principalmente por vía sexual
Según la última actualización de la información científico-técnica se ha buscado a nuestro amigo SARS-CoV-2 en semen sin que, en general, se haya encontrado. Es cierto que se ha detectado, como si buscáramos a Wally, en un pequeño número de pacientes en la fase aguda de la enfermedad. Pero esto no significa que la infección se pueda transmitir vía sexual, ya que no se ha demostrado la viabilidad del virus en semen. Además, no hay ningún caso en el que se hayan descartado otras posibilidades de transmisión. También sabemos que otros coronavirus no se propagan fácilmente a través del sexo. Por tanto, aunque no puede descartarse, la vía sexual no es una forma común de propagación del Covid-19.
Las prácticas sexuales sí pueden suponer un riesgo de transmisión del coronavirus
Que SARS-CoV-2 no se transmita fácilmente a través de fluidos sexuales puede ser una buena noticia. Pero no podemos dejar de lado que la práctica sexual, salvo habilidades anatómico-circenses extraordinarias, impide guardar la distancia de seguridad. La respiración, los besos y otros intercambios gaseoso-salivales varios también suponen, evidentemente, riesgo de transmisión del coronavirus.
Sexo con convivientes: la opción más segura
La guía afirma que tú eres tu compañero sexual más seguro eso sí, lavándose bien las manos. Más allá del onanismo, todas las guías coinciden en que la mejor opción es mantener relaciones sexuales con personas convivientes. Esto era relativamente fácil de asumir en "primero de pandemia" cuando pensamos que las medidas de distancia física iban a durar dos telediarios. Total, ¿quién no puede esperar dos semanas? Pero en escenario en el que nos encontramos, y dado que la cosa va para largo, es necesario plantear cuáles serían las opciones más seguras cuando nos abrimos a las relaciones con terceros.
Buscar una "pareja de pandemia" es una posible solución
Dado que las guías apuestan por reducir al mínimo las relaciones sexuales con personas no convivientes, si vas a "saltarte" la recomendación una posible solución es elegir a una "pareja estable" para esta época. Es decir, una persona en la que confíes y que esté adoptando en su día a día medidas de seguridad similares a las tuyas. En este punto se aconseja conversar abiertamente con la pareja elegida sobre cuál está siendo su estilo de vida, las personas a las que frecuenta, cuáles son las medidas de seguridad que adopta en su día a día. Y por supuesto, cómo se encuentra el día del encuentro. Ante la mínima duda dolor de cabeza, tos, fiebre..., abortar misión.
Dar negativo en un test de anticuerpos o en una PCR no supone una garantía al 100%
Los llamados "pasaportes serológicos" o "carnets de inmunidad" nunca han sido buena idea. Ni desde el punto de vista ético ni científico. Es importante ser cauto al usar estas pruebas para tomar decisiones sobre con quién se mantienen relaciones sexuales. Los resultados de las pruebas de anticuerpos no son una prueba definitiva de inmunidad. Con respecto a las PCR, recordemos que el protocolo de actuación ante contactos estrechos indica guardar cuarentena aunque el resultado del PCR sea negativo.
El riesgo cero no existe, ni aunque se haya pasado la enfermedad
Hoy en día aún quedan muchas incógnitas por resolver sobre inmunidad y coronavirus. No se descarta la posibilidad que una persona que ya haya pasado la enfermedad pueda reinfectarse y transmitir de nuevo el virus, aunque no presente síntomas. Por tanto, ninguna persona puede autodenominarse "covid free" y el hecho de "tener anticuerpos" no te da "barra libre" para las relaciones sexuales con terceros.
Mejor al aire libre o al menos con buena ventilación
Una de las propuestas que más ha llamado la atención dentro de las recomendaciones ha sido la de mantener relaciones sexuales al aire libre. Esto no significa que debamos tomar los parques o los balcones para nuestro esparcimiento sexual sino, más bien, hacer uso del patio de nuestra casa, así que concentrémonos en la ventilación de los espacios, antes y después de las relaciones sexuales.
Imaginación y nuevas tecnologías
El 2.0 ha llegado para invadirlo todo. Hasta el sexo. Las guías proponen considerar el "sexting", las citas virtuales o las "zoom parties sexuales" como vías alternativas de disfrute. No es lo mismo, pero menos da una piedra.
Los mejores prolegómenos: la ducha y el lavado de manos
Todas las guías coinciden en la importancia de la higiene personal, antes y después de las relaciones cosa que antes de la pandemia ya era importante. ¡Ah! Y ojo con los juguetes sexuales: son los grandes olvidados y también merecen su ración de agua y jabón.
El preservativo sigue existiendo
Ahora parece que "todo es coronavirus", pero las enfermedades de transmisión sexual como el VIH, gonorrea, sífilis o clamidia siguen al acecho. Que el uso de la mascarilla no nos distraiga del uso del preservativo siempre que sea necesario.