Por Mariana Hales
El abogado y escritor José Ignacio Cárdenas Gebauer debuta en la ficción con Bajo el yugo del califato, una novela basada en hechos reales que explora el ascenso del Estado Islámico y el impacto del extremismo en Siria. Con un enfoque documentado y una narrativa muy potente, el autor busca acercar a los lectores a una realidad muchas veces distorsionada o ignorada en Occidente.
En esta entrevista con Cambio21, reflexiona sobre la influencia de la geopolítica en el conflicto, el papel de los medios de comunicación y la necesidad de combatir la indiferencia ante el sufrimiento humano. Bajo el yugo del califato es su primera novela, con la que incursiona en la narrativa literaria, mostrando una visión apasionada y sensible de un conflicto que sigue marcando al mundo actual. Su interés por la política y la historia contemporánea lo ha llevado a escribir sobre temas complejos y profundos en su obra ensayística.
Bajo el yugo del califato es su primera incursión en la novela, después de haber publicado ensayos políticos. ¿Por qué decidió abordar la expansión del Estado Islámico desde la ficción?
No es todo ficción, buena parte de lo que se expone en la novela fueron hechos reales, sin embargo, la intención de abordarlos es porque en esta parte del mundo poco se conoce de la realidad del Medio Oriente al punto de sentirnos en una burbuja completamente separada del sufrimiento diario de civilizaciones que tienen una historia maravillosa y bastante más milenaria que la nuestra. El sufrimiento humano no puede ser indiferente por los kilómetros que nos distancien, son personas iguales a nosotros que sienten y viven lo indecible por subsistir entre conflictos religiosos y políticos. Detesto la indiferencia con la que se tratan estos temas en Occidente, razón por la que me motiva intentar, desde mi humilde posición, torcer la información que nos llega y motivar acercarme al lector(a) con una historia atractiva con pasajes históricos reales, textos coránicos, más aventura y desventuras humanas cargadas de sensibilidad.
Usted menciona que las imágenes de las decapitaciones en 2014 lo impactaron profundamente. ¿cómo cree que fue la reacción mundial ante estos hechos?
De impacto porque esas imágenes eran más propias de un mundo anterior a la diplomacia creada después de los inhumanos episodios de la segunda guerra mundial. Esa crueldad, sin procedimiento judicial de por medio, era volver a tiempos antiguos de la justicia por propia mano despreciando todo lo avanzado en materia de derechos humanos incluso en períodos de guerra. En el fondo, era tirar al tacho de la basura casi un siglo de historia y trabajo de civilidad y límites a la inhumanidad.
En el libro se narran historias de víctimas del conflicto en Siria. ¿Qué fuentes utilizó para documentarse y lograr un relato tan realista?
Lo primero fue investigar los hechos ocurridos especialmente el 2014 que fue el año de mayor auge del Estado Islámico en la zona. Para esto, fue necesario recurrir a una serie de reportajes elaborados por distintos medios de prensa tales como la BBC, The New York Times, Europa Press International y muchos otros; literatura como el libro “Estado Islámico ISIS”, del coronel Luis Alberto Villamarín Pulido, la obra “El Corán y la Ciencia” del autor libanés Ahmad Husein Sakr, entre otras bibliografías; informes internacionales en materia de derechos humanos emitidos para la zona por distintas ONGs; la Revista digital del Estado Islámico denominada Dabiq, y un sin número de entrevistas de víctimas y victimarios publicadas en distintos portales y medios de prensa. Dejo para el final el Corán, el libro sagrado del mundo musulmán compuesto de sunas y aleyas que cautivan a cualquier lector. La geografía y costumbres fue construida con ayuda de documentos historiográficos, enciclopedias, fotografías, consultas a árabes, internet y Google Earth, lo que me permitió conocer la ciudad, sus calles, distancias, arquitectura, nombres, etc. La tecnología en esto fue de gran ayuda para corroborar y confirmar la literatura investigada.
¿Cuál es su opinión sobre el islamismo radical?
Es una interpretación o corriente que no representa a la mayoría del mundo musulmán más apegado al espíritu de los textos coránicos que infunde una visión futurista del hombre (mujer) bueno(a) considerando, además, los tiempos de cuando fue escrito en los que la guerra y la imposición del más fuerte imperaban. El islamismo radical se apega literalmente al texto sin dejar espacio a la metáfora ni al contexto histórico de las experiencias sagradas de Mahoma plasmadas en el Corán, dejando de lado el sentido último de esta palabra sagrada mirada en su integridad. La radicalidad va de contramano a las sangrientas lecciones que la humanidad ha aprendido a la fuerza, en la que el fanatismo de las ideas y líderes ha dado espacio a la empatía y globalidad de los principios humanos. Lastimosamente hoy, con el renacimiento del ultranacionalismo, estamos volviendo a lo que se suponía habíamos dejado atrás, lo cual tiene poca diferencia de cualquier corriente religiosa radical.
En el libro deja claro que el extremismo islámico es solo una parte de una cultura mucho más diversa. ¿se puede evitar que la generación de una fobia al Islam en Occidente?
No hay ninguna razón para abrir espacios de fobia hacia el Islam cuando se trata de profesar una religión alejada de corrientes radicales como la del Estado Islámico. Hay una tendencia humana a buscar respuestas fáciles a problemas complejos y en esto, encontrar culpables es una solución simple ante la incomprensión e intolerancia. Mucha responsabilidad se esto le cabe a la prensa mundial y, en especial, a los editores periodísticos cuyo afán no es buscar la noticia desde todos los puntos de vistas sino solo el sensacionalismo consumista que solo daña, oculta y ensucia la noticia real y sus razones transversales. No explicar los fundamentos de lado y lado, con objetividad, da pie a los fundamentalismos sesgados más apegados a la ignorancia que a la razón y conocimiento. Nuestra actual sociedad sumergida en un capitalismo monetario sin regulación donde lo importante es solo consumir, es el principal riesgo y cultivo de los fanatismos, en el que reina la ignorancia, cuya noticia parcial sirve para llenar bolsillos de grandes grupos económicos periodísticos dejando poco espacio al periodismo real y objetivo.
En su libro, muestra cómo el Estado Islámico logró expandirse en el norte de Siria. ¿Qué errores geopolíticos permitieron su auge?
A la guerra civil en Siria mantenida entre las fuerzas gubernamentales lideradas por el dictador Bashar al-Assad y la oposición Siria integrada por diversos grupos como el Consejo Nacional Sirio (SNC). Esta rivalidad dio el espacio necesario para que el Estado Islámico ingresara por el norte ante la desatención de las fronteras territoriales nacionales. Si bien, hubo intentos militares por contrarrestar el avance de ISIS, la atención estaba en la contención de las fuerzas opositoras al gobierno sin dimensionar la importancia armamentista de este grupo fundamentalista religioso.
Muchos analistas sostienen que la inestabilidad en la región fue en parte consecuencia de las intervenciones occidentales. ¿Comparte esa visión?
Lo que sucede es que las intervenciones occidentales ingresaron sin considerar los frágiles equilibrios religiosos y políticos que por siglos se construyeron en el Medio Oriente. Occidente arrasó con todo y después se retiró, dejando tras de si disputas ancestrales que revivían ante el desgobierno de la zona. Se hizo una intervención simplista e irresponsable bajo una mirada de occidente que milenariamente es bastante más novata que la historia de Oriente. Es imposible compartir tamaña irresponsabilidad cuyo único fundamento fue asegurar el abastecimiento económico del petróleo minimizando una solución efectiva y duradera para la zona. Es decir, el radicalismo religioso y político fue a consecuencia directa de la irresponsabilidad de occidente, en especial, de Estados Unidos.
¿Qué paralelismos ve entre la situación que describe en su novela y otros conflictos actuales en Medio Oriente?
Medio Oriente es una olla en ebullición permanente y con un dinamismo constante en donde las fuerzas dominantes cambian según el avance territorial y cambios de liderazgo. Sin ir más lejos, el líder militante sirio Abu Mohammed al-Jolani, actual gobernante del país tuvo sus inicios en el Estado Islámico, posteriormente en Al Qaeda, para finalmente liderar el grupo rebelde de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) con el cual conquistó el poder y dio el golpe de Estado en Siria. Por lo tanto, es imposible no relacionar sus orígenes yihadistas con lo que se plantea en mi novela que precisamente trata el actuar de este grupo bajo un contexto bastante más radical del que posteriormente se convirtió Abu Mohammed al-Jolani, a quien podríamos describir hoy como un líder moderado en comparación a sus inicios. Pero más allá de esta comparación actual dentro de Siria, no hay que olvidar lo que sigue sucediendo en Afganistán con los talibanes, quienes han restringido sistemáticamente los derechos humanos de mujeres y niñas a la vez que las han oprimido en todos los aspectos de sus vidas, según todos los informes de las Naciones Unidas, añadiendo que este trato que dispensan podría constituir un “apartheid de género”. Mucho de esto también ocurrió bajo el régimen del Estado Islámico tratado en la novela.
En el libro deja claro que el extremismo islámico es solo una parte de una cultura mucho más diversa. ¿se puede evitar la generación de una fobia al Islam en Occidente?
Es posible, pero para esto es necesario no continuar exhibiendo al mundo musulmán asociado solo ha noticias negativas y extremistas, ya que tal conducta construye historias muchas veces lejanas de la realidad y gran mayoría de este mundo religioso. La novela algo trata este aspecto, en especial la discriminación europea hacia el mundo musulmán, al punto de bloquear oportunidades de inserción social por el solo hecho de adscribir al Islam. Esto es ignorancia y miedo irreal creado a partir del sensacionalismo religioso que no da espacio a la inmensa mayoría musulmana que ha logrado insertarse socialmente en distintos países europeos y Norteamérica. Por lo tanto, para responder lo consultado volvemos a lo planteado anteriormente y la responsabilidad noticiosa que le cabe a la prensa y en especial a sus editores, quienes muchas veces construyen falsas realidades que son lo suficientemente creíbles o dañinas para despertar radicalismos nacionalistas que nos recuerdan tenebrosamente lo ocurrido en los orígenes de las guerras mundiales de principios del siglo anterior.
Su novela aborda la opresión con crudeza, pero también habla de esperanza. ¿Cree que Siria podrá reconstruirse tras años de conflicto y división?
Creo que sí, la historia de la humanidad es dinámica y está plaga de ejemplos en los que a partir de las ruinas se construye futuro. Si bien aún es pronto para afirmar que se viene un período estable, lo cierto es que al menos las primeras señales del grupo gobernante rebelde son de tolerancia y moderación. La razonable duda es hasta cuándo durará y en especial, si las promesas democráticas para elegir un gobierno mayoritario serán cumplidas. Sin embargo, después del fácil golpe de Estado queda la razonable duda si realmente Siria es un país dividido ate fuerzas irreconciliables, ya que lo que se suponía era un gobierno fuerte, los hechos demostraron todo lo contrario y el apoyo a Bashar al-Assad era casi inexistente cuya fuerza descansaba en el soporte extranjero de Rusia, pero no en fuerzas mayoritarias internas. Por lo tanto, creo firmemente que Siria puede reconstruirse en la medida de que deje de ser una marioneta utilizada por fuerzas foráneas y de espacio al pluralismo interno que siempre caracterizó a la cultura siria.
En la actualidad, miles de mujeres yazidíes aún buscan justicia tras haber sido esclavizadas por el Estado Islámico. ¿Cree que la comunidad internacional ha hecho lo suficiente por ellas?
Muy poco, son prácticamente ignoradas internacionalmente dejando su reconocimiento a organizaciones no gubernamentales que en silencio han trabajado incansablemente por salvar y rescatar física y sicológicamente a mujeres que logran escapar de la esclavitud. Falta un reconocimiento real, que no quede en simples simbolismos, sino en ayuda económica, médica y psicológica para reinsertar tanto a mujeres como muchísimos hijos nacidos en la esclavitud y que han quedado solos en la vida condenados a la orfandad. Actualmente existe un sin número de refugiados, personas como usted y como yo, que por razones que ni ellos logran explicarse, quedaron sin vivienda, sin familia y sin dignidad. Falta sentido de humanidad y generosidad para acoger y rescatar a personas que han sufrido lo indecible por apegarse a la vida.