Por Jacky Mercado
Muchos se sienten inhibidos al momento de tener una relación sexual y, como consecuencia, aparece la angustia que puede causar síntomas muy parecidos a los cardiológicos: dolor de pecho, sudoración, mareos y falta de aire.
La posibilidad de tener angina de pecho durante las relaciones sexuales representa menos del 5% del total de ataques anginosos sobre todo en individuos sedentarios que no hagan ningún tipo de ejercicio. Mientras que el riesgo relativo de padecer un infarto se incrementa 2,7 veces respecto a períodos de actividad no sexual y hasta en 4,4 veces si la persona es sedentaria. Es importante tener en cuenta que una relación sexual equivale a caminar enérgicamente o subir 2 pisos de escalera.
"Durante las relaciones aumentan la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, ambas de una manera muy leve durante los estímulos previos y el coito, con un mayor incremento durante el orgasmo. Luego de éste, tanto la tensión arterial como la frecuencia cardíaca vuelven a los niveles previos tanto en hombres como en mujeres".
Sin embargo, "en un corazón enfermo, esta respuesta puede estar atenuada por el deterioro de la función de bomba del corazón o por el uso de medicamentos". Existen muchos mitos alrededor de las personas con afección cardíaca y la sexualidad. Por ello, es fundamental que los cardiólogos habiliten al paciente a hablar sobre su sexualidad y respondan correctamente sus preguntas y las de su pareja.
Si bien no existen edades determinadas donde la actividad sexual se limite por enfermedades cardiovasculares, los adultos mayores pueden tener más dificultades para la excitación y el orgasmo por razones médicas y/o emocionales, lo cual implica un esfuerzo suprior con mayor demanda cardiovascular.
El corazón representa y simboliza en nuestra cultura occidental lo que tiene que ver con la vida y con el amor. "El impacto psicológico y emocional de tener una afección cardíaca es traumático, al punto de que el individuo se siente afectado profundamente. Luego de un evento o un diagnóstico cardiovascular, usualmente la persona pasa a ser un 'paciente cardiológico' para el sistema de salud y principalmente para él mismo".
El problema ocurre cuando las personas se sienten limitadas, inhibidos y como consecuencia aparecen síntomas psicológicos y angustia, habituales particularmente frente a la desinformación.
¿Podré volver a tener relaciones sexuales sin problemas?
Los miedos y ansiedades que surgen con más frecuencia respecto a la vida sexual se refieren al esfuerzo físico que la actividad requiere, ya que el paciente suele tener miedo a que el coito suponga un riesgo importante para su corazón. Para tranquilidad de los enfermos, hay que decir que parece demostrado que los gastos energéticos durante el acto sexual son similares a los que genera subir dos pisos de escaleras. La frecuencia cardiaca del coito es inferior a la que se produce durante otras actividades normales de la vida cotidiana, y el esfuerzo físico que precisa se podría calificar de moderado, lo que en principio no traería ninguna complicación.
¿Cuándo puedo volver a practicar sexo?
Es más recomendable reanudar las relaciones sexuales tras un entrenamiento físico y psicológico adecuado y progresivo. Gracias a esta planificación se aprende a detectar cuáles son las respuestas físicas del cuerpo después de un esfuerzo. Desde un punto de vista psicológico, el entrenamiento llevará al paciente a reconocer cuáles son sus relaciones emocionales nocivas y cómo controlar estas últimas a través de métodos de respiración y relajación.
¿Qué problemas puedo tener durante mis relaciones?
Lo más probable es que ninguno. Existen casos en que ocasionalmente puede aparecer una angina de pecho durante la actividad sexual lo que podría originar un estado de ansiedad importante. Lo más probable es que esto le suceda a aquella persona que tenga el mismo riesgo cuando realice cualquier otro esfuerzo físico moderado. Si esto llegase a suceder, es imprescindible que lo comunique al médico para su control. La prueba de esfuerzo que se realiza al enfermo cardiaco tras sufrir un infarto es una buena fórmula para medir el estado de su corazón, ya que el desgaste energético que ésta requiere es superior al de la práctica sexual.
¿Puedo morirme durante el acto sexual?
La ausencia de actividad sexual en la pareja tras un infarto de miocardio puede ser consecuencia del miedo a la muerte durante el coito. Sin embargo, los casos de fallecimiento durante el acto sexual ocurren en un porcentaje muy bajo. En un estudio sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, sólo 34 de ellos eran por motivos cardiológicos y se produjeron durante el coito. Es necesario destacar que en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual. Indudablemente, factores "externos" influyeron de forma significativa en el desenlace nerviosismo, mayor excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien.
¿Es normal que tenga problemas de erección? ¿Y de frigidez?
Un problema detectado frecuentemente son los estados de impotencia y de frigidez. Ambos pueden estar motivados por el tipo de tratamiento farmacológico o por la descompensación psicológica provocada por la enfermedad cardiaca. Cualquiera de las dos situaciones puede provocar síntomas de depresión susceptibles de ser tratadas por un psicólogo.