Por Jackie Mercado
Los pacientes recuperados antes de ser positivos al Covid-19, habían tenido una vida sexual activa y ahora presentan dificultades en sus relaciones sexuales.
Sin embargo, un gran número de pacientes recuperados del virus, han expresado que a consecuencia de la enfermedad perdieron el deseo sexual y el placer durante el acto.
“Yo he visto reportes de anorgasmia, es decir, ausencia de orgasmos, de reducción del libido entre los pacientes"
“Seria importante identificar si se trata de un trastorno orgánico o bien psiquiátrico ya sea por depresión o por un temor de haber padecido la enfermedad“.
Las complicaciones neurológicas se dividen entre las que afectan al sistema nervioso central, las que afectan directamente al cerebro a través del sistema vascular y las neuropatías periféricas en las que se ven afectadas terminaciones nerviosas, entre estos, de los órganos sexuales.
Los especialistas afirman que aunque este problema está documentado como secuela del COVID-19 no se le ha dedicado la suficiente atención.
“Los nervios pudendos que se encuentran en la región pélvica son los que inervan o estimulan toda el área genital y si hay alguna neuropatía periférica, obviamente que no va a haber ni sensación ni se tendrán toda la sensaciones normales de placer”.
Se ha identificado que el COVID-19 puede afectar terminaciones nerviosas, disminuyendo la sensibilidad al grado de no responder a estímulos sensoriales, no llegar a la excitación y, por lo tanto, al orgasmo genital, sobre todo en los pacientes con diabetes.
Otros de los síntomas entre los pacientes recuperados del nuevo coronavirus son el cansancio crónico y dificultad para dormir.
“Sufren del llamado síndrome de desgaste post viral caracterizado por ese cansancio crónico, falta de concentración, dificultad para conciliar el sueño. Son secuelas que pueden durar varios meses, aún no se ha definido el periodo de duración; no tenemos mucha información sobre cómo tratar a este tipo de pacientes”, explican especialistas.
El deseo sexual puede ser definido de distintas maneras conforme la cultura, historia, características biológicas o bien las experiencias sexuales, sin embargo recientemente se dieron a conocer que una secuela más del covid-19 en pacientes recuperados es la afectación del deseo sexual, particularmente la pérdida de orgasmos y del deseo sexual.
Un importante número de pacientes recuperados de coronavirus reconocen haber perdido el deseo y placer durante sus encuentros sexuales.
Además los profesionales de la salud precisan que las complicaciones neurológicas se dividen en tres: las que afectan al sistema nervioso central, las que afectan directamente al cerebro a través del sistema vascular y las neuropatías periféricas en las cuales son afectadas las terminaciones nerviosas que se encuentran en los órganos sexuales.
El coronavirus puede dañar las terminaciones nerviosas de lo cual disminuiría drásticamente sensibilidad y se perdería la capacidad de excitarse.
Lo que hasta el momento sí ha podido identificarse con mayor claridad es la capacidad que tiene el nuevo coronavirus para dañar las terminaciones nerviosas lo cual disminuye drásticamente la sensibilidad pues las personas son incapaces de responder a estímulos
sensoriales, no se excitan y, por lo tanto, tampoco logran el orgasmo genital.
Al respecto si la frecuencia con la que se requiere tener relaciones sexuales con la pareja disminuye puede causar preocupaciones y aflicción pues un menor deseo sexual puede afectar la relación de pareja o bien fortalecerla.
Dentro de los que se han nombrado grupos de riesgo para el Covid-19, se encuentran las personas con diabetes que por dicha enfermedad también pueden cursar pérdida de la sensibilidad (neuropatía diabética), aunque no se ha estudiado en detalle y lo único que se
tiene claro es que la enfermedad crónica no transmisible puede incrementar el riesgo de desarrollar covid grave.
