Como cualquier adolescente de su edad, llevó un diario de vida donde registraba las cosas que le pasaban en su día a día. La única diferencia es que Ana Frank, y su familia, eran judíos y huían de la invasión nazi. Por esta razón es que sus memorias tienen lugar en las pequeñas salas de una empresa, donde vivían confinados para ocultarse.
Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, el padre publicó la bitácora de su hija, quien murió de tifus a los 15 años. "El diario de Ana Frank" se convirtió en símbolo de esperanza y ha llegado a cada rincón del mundo, traducido en numerosos idiomas.
La Fundación Anne Frank, en Ámsterdam, presentó un llamativo descubrimiento durante la jornada del lunes. Se trata de dos páginas inéditas de la bitácora, donde la joven escribe algunas bromas "sucias", sobre sexo, y explica en detalle el desarrollo sexual femenino, la anticoncepción y la prostitución.
Según los investigadores Teresa da Silva y Ronald Leopold, las páginas estuvieron todos estos años cubiertas por un papel color café; no queda claro si para ocultar su contenido o porque la autora se había arrepentido de lo escrito.
"Cualquiera que lea los pasajes que ahora han sido descubiertos será incapaz de reprimir una sonrisa", dijo a The Telegraph Frank van Vree, director del Instituto Holandés de Holocausto de Guerra y Estudios de Genocidio. "Las bromas 'sucias' son clásicas entre los niños en crecimiento. Dejan en claro que Anne, con todos sus dones, era sobre todo una niña normal".