El lunes pasado se conoció el IMACEC de febrero de 4,5%, se esperaban buenos números después de conocer los indicadores de producción industrial del INE; pero el Gobierno ni el Ministerio de Hacienda fueron capaces de instalarlo comunicacionalmente y difundirlo adecuadamente en la conversación de la agenda pública, ya que ese día el tema fue una mujer disparando en Lo Valledor.
Incluso el Banco Central en su IPOM del miércoles ajustó sus proyecciones de crecimiento económico para 2024 subiéndola al rango 2%-3%, que revela que la economía post ajuste empezaba a volver a crecer, de manera modesta, pero con números azules.
Transversalmente le han pedido por meses al gobierno que se centre en una agenda pro crecimiento, que estimule el desarrollo de las actividades económicas; además las encuestas ponen a la seguridad y el crecimiento económico y la recuperación de empleos como prioridades ciudadanas; y ahora que podía mostrar buenas noticias, no logro instalarlo en la agenda pública.
Ahora insiste en el Consejo de Gabinete llamando a sus ministros a difundir estos logros económicos.
Pero es difícil que lo haga ministro Grau que en la crisis del acero en Huachipato, que se está convirtiendo en crisis regional producto del agotamiento del modelo industrial en Bío Bío, no tiene plan alternativo para fomentar el desarrollo industrial en la región y sólo apuesta a que la Comisión Anti distorsiones eleve la sobre tasa como lo piden las empresas afectadas.
También es difícil que lo haga ministra de Minería ya que CODELCO sigue cayendo en su producción de cobre y en 2023 cerró produciendo sólo 1.300 millones de toneladas cuando en 2017 producía 1.700 millones. Es urgente que CODELCO implemente un plan de recuperación de su producción, que implemente los nuevos proyectos estructurales que han tenido una larga demora -que explica esta caída productiva-. Además, cuando se tienen buenos precios como los US$ 4,19 de esta semana, esta caída de producción significa perder importantes recursos fiscales que podrían financiar mejores programas sociales.
También es difícil esa tarea para las ministras Orellana y Jara que esta semana tuvieron una fuerte derrota en el Senado ya que los senadores rechazaron su decisión de perseverar un mal proyecto de sala cuna; a pesar de las advertencias de varias senadoras y las dirigentes sociales de JUNJI, Integra y VTF de que ese proyecto de la administración Piñera carecía de perspectiva educativa e iba a precarizar la formación inicial de las hijas/os de las mujeres que ingresaban al mercado laboral y que quedaban a cargo de un débil sistema de cuidados que propone ese proyecto de ley.
Esas ministras -influenciadas tal vez por Comunidad Mujer- promovieron estos meses la tramitación del proyecto Piñera y no escucharon a las senadoras y dirigentes sociales y su proyecto fue aprobado sólo por los parlamentarios de “las derechas” y no tuvo ningún voto del sector progresista.
Ese fracaso político en el Senado, acentuó las criticas en torno al mal manejo de los ministros políticos en la elección de nueva mesa del Senado y el senador Araya anticipó que si se pierde elección de la presidencia de la Cámara de Diputados -como probablemente ocurrirá porque el o la candidato/a del PC no tiene la mayoría y ganaría la candidatura la parlamentaria de Demócratas.
Y varios dirigentes y parlamentarios han señalado que si pierden esa presidencia "el Gobierno tiene que dar por perdidas las reformas de pensiones y tributaria”. Y agregan que si el oficialismo se queda sin la mesa de la Cámara, “el Presidente debiera evaluar la continuidad del comité político”.