Oh I'm just counting

Graves denuncias de apremios ilegítimos contra fiscal Eugenio Campos, el “delfín de Abbott”

Por Mario López M.

El cuestionado Fiscal Nacional, Jorge Abbott, en distintas causas de su absoluta confianza o, que le atañen, como la seguida en contra del fiscal Emiliano Arias, ha designado al persecutor a cargo de la Fiscalía Regional de Magallanes, Eugenio Campos, para que lo represente. Pero, ¿quién es este fiscal favorito de Abbott?

De persecutor a querellado

Eugenio Campos no era ajeno a las “fiscalías”, antes de entrar al Ministerio Público, su pasado se remonta a su paso por las fiscalías militares, donde era conocido como un tipo “rudo”, según fuentes castrenses. Hoy, la carta de Abbott, pasó de ser inquisidor a imputado y, nada menos, por graves denuncias de apremios ilegítimos, catalogados de torturas, en contra de funcionarios del mismo Ministerio Público.

Un reciente reportaje de La Red, a cargo del periodista Gustavo Manén, dio cuenta que el Fiscal Eugenio Campos, se encuentra sometido a una querella en su contra por delitos de apremios ilegítimos y malos tratos en interrogatorios, proceso que lleva adelante el Fiscal Regional de Atacama Alexis Rogat.

Las víctimas, sus propios subalternos, cansados de los acosos, denunciaron los hechos que hoy se encuentran bajo investigación judicial. El reportaje dirigido por Manén, da cuenta que los “gritos y duros términos son parte de lo que quienes trabajan con él señalan como pan de cada día. ‘Así es el fiscal’”, contestó un gendarme a una de las víctimas tras ser agredida, según su relato, en un interrogatorio a cargo de Campos.

El exfiscal militar favorito de Abbott

Abbott se la jugó por el más duro de los duros, para tratar de hundir al Fiscal Emiliano Arias, quien, en reiteradas oportunidades, tal como lo reporteó Cambio21. había denunciado presiones y malos manejos del Fiscal Nacional en causas de corrupción política y dineros empresariales.  

Como denunciara nuestro medio, no dando puntada sin hilo, el Fiscal Nacional fue removiendo a todo el equipo de persecutores que destaparon los casos de financiamiento ilegal de la política y lograron encarcelar delincuentes de “cuello y corbata”, entre ellos, el exfiscal Carlos Gajardo, que renunció al Ministerio Público, hastiado de la impunidad.

Emiliano Arias, también fue víctima de la pública “quitada de piso” mientras dirigía el caso Corpesca e investigaba además a otras pesqueras que hubieran “hecho donaciones a políticos”. Arias no se guardó nada para denunciar la “movida” de Abbott y eso le valió sentir la mano del poder, siendo sometido a diversas acciones administrativas y judiciales en su contra. El hombre a cargo, fue nada menos que el ex fiscal militar y actual fiscal de Magallanes, Eugenio Campos.

Apremios ilegítimos y abusos

Una a una se han ido cayendo las acusaciones en contra de Arias, y la persecución se ha transformado en un verdadero boomerang en contra de Campos, pues reflotó la querella en su contra por los apremios ilegítimos, según da cuenta La Red. El persecutor a cargo, el Fiscal Regional de Atacama, Alexis Rogat, busca probar que los procedimientos utilizados por Campos para interrogar a varios de los testigos durante la causa en contra de Emiliano Arias, constituyeron delitos de apremios ilegítimos. La mencionada querella también apunta a Jorge Abbott y a quienes resulten responsables de ser autores, cómplices o encubridores de los ilícitos descritos en esta.

“En el marco de la investigación en contra de Arias, se registraron graves acusaciones en contra de Eugenio Campos, que, si se prueban, pueden ser de las más graves a las que se ha visto expuesto un persecutor público: apremios ilegítimos y abuso en contra de dos funcionarias del Ministerio Público, que fueron citadas a declarar como testigos en esa indagatoria”, asegura Gustavo Manén.

Dos funcionarias del Ministerio Público y que trabajaban en el entorno de Arias, optaron por denunciar ante la Asociación de Funcionarios del Ministerio Público las conductas que en su contra habría asumido Campos en sus interrogatorios. Las funcionarias que acusan apremios ilegítimos son Macarena Bustos Romero, abogada asistente de la Fiscalía de Alta Complejidad de la Región de O’Higgins, quien “pese a presentarse en reiteradas ocasiones a prestar declaración en forma voluntaria y a colaborar en todo lo que se le solicitó, fue objeto de malos tratos, coacciones y apremios ilegítimos”, señala la querella que diera a conocer La red. A ella, se suma la de Carolina Contreras Villanueva, funcionaria de la Fiscalía Regional de O´Higgins y entonces secretaria del Fiscal Regional Emiliano Arias. 

Gritos y maltratos

Desde la Asociación, denuncian que Jorge Abbott, por medio de la Resolución FN/MP N°2036/2019 de fecha 2 de octubre de 2019, argumentó que, “el Consejo General de Ministerio Público decidió desestimar que se tratare de una denuncia respecto de hechos constitutivos de delitos, además de rechazar las solicitudes de instruir investigación administrativa en contra del Fiscales Regional Eugenio Campos Lucero”.

La denuncia de la abogada Macarena Bustos asegura que se la intentó vincular sentimentalmente con Arias: “En su primera pregunta el Sr. Campos me consulta acerca de con quién mantengo una relación sentimental dentro del Ministerio Público (…) Luego, en forma directa y sobrepasando cualquier límite profesional, me preguntó si el Fiscal Regional Emiliano Arias era la causa del término de mi relación sentimental con un funcionario del Ministerio Público. Ante mi solicitud de aclaración, me consultó directamente si había terminado mi relación debido a que tengo un vínculo amoroso o sexual con el Fiscal Regional, lo que negué tajantemente”, da cuenta el reportaje de Gustavo Manén.

Y agrega: “Él insistió en este tema, consultándome si alguna vez el Fiscal Regional Emiliano Arias se había propasado conmigo o había tenido insinuaciones íntimas hacía mí, lo que volví a descartar de plano, ya que la relación siempre fue netamente laboral. Luego me preguntó si había una relación más allá de lo laboral entre el Fiscal Regional Emiliano Arias y su secretaria Carolina Contreras lo que también negué, pues nunca vi nada que me hiciera pensar aquello.” 

Según Bustos, durante el extenuante interrogatorio de más de 8 horas, fue presionada indebidamente: “Debo señalar que en las casi 8 horas que duró la toma de declaración, y dado los malos tratos que recibí por parte de un Fiscal Regional, miembro de la misma institución, lloré prácticamente todo el tiempo. Quiero recalcar que yo no merecía un trato diferente por mi calidad de testigo (o de funcionaria), pues esto implicaría interpretar que se puede tratar mal a un imputado. Lloré porque me sentí humillada como persona, como mujer y como profesional, por las preguntas, tono y presiones en que incurrió el Fiscal Campos. Mi aflicción no fue por tener que declarar o participar del proceso, estoy segura, e insisto, que estas preguntas no se las hubieran hecho a un hombre.”, consignó Manén en su reportaje.

Abbott protege a su delfín

Por su parte, la otra denunciante, Carolina Contreras Villanueva, asegura “que el Fiscal Campos, tras leer su declaración, que había sido tomada por la policía, la increpó”. De acuerdo a la querella, “habría comenzado a gritarle luego de leer su declaración preguntándole en qué momento el Fiscal Regional don Emiliano Arias la había llamado para recibir instrucciones…” lo que no era efectivo.

Eso no fue todo, él siguió gritándole por considerar ambigua su declaración, “amenazándola –entre gritos– que le leería sus derechos pues estaba mintiéndole. Enfadado, el Fiscal Regional don Eugenio Campos sale de la sala mientras ella quedó completamente estupefacta pues en sus catorce años en la institución –señala– jamás había vivido o visto algo así”. Las amenazas, directas y veladas, no habrían estado ausentes, según la denunciante: “mientras el oficial ordenaba la declaración me decía [Fiscal Campos] que recuerde que tiene que declarar lo mismo cuando se le cite en el sumario, en mi estado tal de angustia, decía ¿por qué me advierte tanto?, me pregunta si yo tenía una hija, le digo que sí, ¿por qué? Sentí que me estaba advirtiendo algo. Como puede ser posible recibir este tipo de tortura, haciéndome sentir aún más vulnerable.”

Las acusaciones han sido desestimadas por Abbott, por considerar que no “se estuviera ante una denuncia de hechos constitutivos de delitos” y tampoco le parecen que sean “susceptibles de ser sancionados administrativamente.