Oh I'm just counting

Incendios forestales: ¿Cuando aprenderemos? Por Jorge Gómez, Ingeniero Forestal

A raíz de la reciente catástrofe originada por los incendios forestales que afectan a varias regiones del país, generando irreparables pérdidas humanas, pérdidas de viviendas, bosques, siembras y ganado, además de daños ambientales que afectan incluso la salud de la población, sin distingos de clase social, pensamiento político, la reacción y conclusión más recurrente de algunas autoridades territoriales es mirar para el lado y culpar a los monocultivos forestales.

Otros, acusan a las empresas forestales de actuar sin sentido social y establecer sus plantaciones vecinas en las márgenes de los sectores poblacionales.
Al parecer estas autoridades piensan que el país nació ayer y no toman en cuenta que en el año 2017 vivimos una conflagración similar a la actual. Entonces cabe preguntarse:
¿Qué lecciones sacaron las autoridades de la experiencia anterior y de los muchos otros incendios de gran magnitud?

¿Qué medidas han adoptado los municipios involucrados referidas a mejorar la gestión en prevención de los incendios forestales?

¿Hay una gestión de inteligencia para desarticular la asociación ilícita evidente a la luz de los testimonios recogidos?

¿Estos incendios son atribuibles a las plantaciones o a la acción de mentes desquiciadas que no miden la consecuencia de sus actos? Hemos visto en la televisión cómo ardieron terrenos con rastrojos y cómo algunos les prendían fuego intencionalmente.

¿Han considerado la situación de cercanía con las plantaciones y sementeras las autoridades municipales al momento de aprobar una urbanización? En muchos casos no es el bosque el que ha llegado a orillas de los poblados, sino todo lo contrario. Son los poblados los que se han establecido imprudentemente cercanos a los bosques.

La prevención de los incendios forestales debe ser una gestión permanente dirigida por CONAF, que es el Servicio Forestal del Estado en estrecha coordinación con los municipios afectados. Y los profesionales encargados de estos asuntos deben ser funcionarios de carrera y no ser designados por el gobierno de turno. La importancia de la labor de CONAF requiere respeto por la carrera funcionaria.

Cualquier persona que recorra los territorios, como está tan de moda referirse hoy a los sectores rurales, notará que hay una falta absoluta de limpieza perimetral de parcelas y campos, con muchas malezas anuales a estas alturas secas y de altura para ser herbáceas y que son material preferente para la propagación del fuego.

El Estado de Chile promulgó con fecha 17 de octubre del año 1925 el Decreto Ley 656 de Agricultura. Entre otros aspectos, destaca la importancia de los bosques y su protección, “Que las irregularidades notadas en el clima del pais tienen una estrecha relacion con la despoblacion forestal en el centro y norte del territorio, observándose perjuicios que no son otra cosa que una consecuencia de la falta de órden en el uso de las selvas nacionales y de fomento de plantacion en los parajes en donde no hai vejetacion arbórea” (sic).

Lo que más llama la atención es que ya en aquel entonces, en su Artículo SEPTIMO, decía: “Se concede a los particulares que planten bosques en terrenos forestales y que se sometan a los reglamentos respectivos, un premio por hectárea de terreno embosquecido, de doscientos a cuatrocientos pesos de Coquimbo al norte; de cien a doscientos pesos, al sur del mismo rio. Este premio se pagará por una sola vez y tendrán derecho a él únicamente por las plantaciones que se ejecuten despues de la presente lei y cuenten más de tres años de edad. El monto total de estos premios no podrá exceder de la suma de doscientos mil pesos al año; pasando de esta cantidad, se distribuirá esta suma, a prorrata, entre
los interesados”(sic).

De lo anterior se deduce que el Estado de Chile detectó tempranamente en el siglo XX la importancia de los bosques y los beneficios asociados a la silvicultura. Lo que no se ha hecho hasta la fecha, es implementar las políticas públicas necesarias para la correcta prevención de los incendios forestales, llevándola en la práctica a los diferentes lugares y atendiendo a las realidades locales.

Hay detractores. Por cierto.

¿Han propuesto medidas concretas? ¿Han tomado en cuenta que el Estado de Chile a través del Ministerio de Tierras y Colonización entregó parcelas a un sinnúmero de colonos, quienes para establecerse en esos lugares y sobrevivir tuvieron que despoblar los terrenos de los bosques nativos existentes y que generaron incendios que ardieron
por años sin control?

Hay una larga historia detrás de los bosques actuales. Lo que se requiere es un diagnóstico objetivo, sin sesgos no ideologías y luego, llevar las propuestas a la práctica. Esperemos que en en unos años más no estemos lamentando nuevamente esta tragedia. Dejemos que los profesionales competentes de la CONAF desarrollen su trabajo y apoyémoslo como sociedad con el correspondiente presupuesto. Los costos de estas tragedias para las personas y el país son
incalculables.

El presente aviso finaliza en: 24 segundos.