Oh I'm just counting

La gran diferencia en Chile entre ser "Pía González" y "Pía Correa"

Preguntarle a los chilenos sobre su idiosincrasia, es invitarlos a caer inmediatamente en lugares comunes. Que somos solidarios, respetuosos, tolerantes, que esto y que lo otro. Sin embargo, cuando nuestra imagen no calza con esa impresión, es porque algo anda mal.
 
Y aunque muchos lo nieguen, somos una sociedad discriminadora y aún no capaces de hablar y enfrentar aquellos temas que van creciendo y generalizando. Entre ellos podemos nombrar la homofobia, el machismo, el clasismo y el racismo.
 
Según el sociólogo de la Universidad Diego Portales, Ricardo Avendaño, “en la sociedad chilena desde siempre ha habido discriminación que ha tomado diversas características”, agregando que “establecemos una serie de definiciones como seres humanos respecto a los otros y se le genera una serie de atributos que, desde el punto de vista de nuestras jerarquías valóricas y culturales, son vistas como menores y por eso son objeto de discriminación".
 
El video que indigna
 
Uno de los mejores ejemplos del clasismo, quedó plasmado en un video que circula en la web y en las redes sociales, en el que se ve una grave situación que se llevó a cabo en un centro comercial, luego de que una vendedora se enfrascara en una discusión con una clienta, presuntamente, por no cambiarle un artículo, ya que esta no tenía en su poder la boleta para hacer efectivo el cambio, diciéndole a la vendedora que era "su obligación buscar la boleta de esa venta en sus registros".
 
Lo que sorprende, es la actitud con que la mujer agrede verbalmente a la trabajadora, haciéndole entender la diferencia de clases entre ambas, con calificativos como “ordinaria”, “rota”, entre otros.
 
“Tú tienes que aprender a atender a la gente… ¡Te callas ordinaria!… ¡Mírate la pinta que tienes!… ¡No eres igual a mí!“, le dijo la mujer, agregando que “eres una rota maleducada (…) Cállate rota, ordinaria… No deberías estar aquí, deberías estar en la calle gritando en la feria“, fueron algunas de las frases que le lanzó a la trabajadora.
 
La gran diferencia entre ser "Pía González" y "Pía Correa"
 
Santiago se divide socialmente en dos partes: de Plaza Italia para arriba y Plaza Italia para abajo. Y sin duda esto describe perfectamente la mayor característica que tenemos. En Chile las clases sociales están claramente diferenciadas, las cuales son agrupadas dependiendo del nivel social y económico. Están los ABC1, un grupo muy reducido y que conforma sólo el 5% de la población chilena -según diversos estudios-, mientras que el resto lo conforman los C2, C3, D y E.
 
Lo curioso es que quien pretenda lograr "movilidad social", entrar a algunos de los niveles superiores del segundo grupo clasificatorio es fácil. Mientras que para ingresar a los ABC1 lo requisitos abundan. Y es que los denominados "momios", "pijes", "futres" "jaibones", "paltones", "pitucos", "pirulos" o los ya conocidos "cuicos", que lo conforman no les gusta mezclarse con aquellos que no cuenten con sus mismos intereses o poder adquisitivo o procedencia social.
 
Frente a esto, nace el "clasismo", el cual pretende denostar a quien tenga en frente, siempre y cuando no pertenezca a su mismo círculo, con el fin de demostrar quién tiene el poder. Por ende, no basta con que una persona cumpla con las condiciones que las estadísticas fijan para ser ABC1 (ingreso económico, estudios, etc); hay un prerequisito que no figura, pero que se exige...ser socialmente aceptable, es decir estar vinculado al círculo de las mismas amistades, proceder de los mismos lugares, ser GCU (gente como uno).
 
En televisión también han hecho un trabajo con las diferencias sociales, transformándonos en un país clasista, que mientras los pobres son calificados de envidiosos al no asumir que hay otros que siempre van a tener más que ellos, los ricos se autodenominan como ingenuos al no saber que en Chile hay dos realidades muy distintas.
 
Si bien para muchos puede sonar clasista, es una realidad que hace muchos años ha ido tomando fuerza, sobre todo el de clasificar a las personas por su forma de vestir o de hablar.
 
Ante este tema, el sociólogo Pablo Huneeus nos planteó hace un tiempo que “en Chile se ha ido desarrollando una cultura media, que se denomina la “guachaca”, aquella cultura que no son huasos pero tampoco son cuicos, podríamos decir que es la llamada clase media”.
 
“Las clases sociales van cambiando, entonces el esquema tradicional ha variado, por ende nos encontramos con diversas clases sociales en nuestro país. Hoy en día tenemos una clase media  que tiende a tener contenidos cuicos pero también guachaca”, recalca el profesional doctorado en la Universidad de París.
 
A ello, Huneeus puntualizó a Cambio21 que “como chilenos, tenemos una tendencia a aparentar, y que lo hemos ido internacionalizando, esto, porque hablamos mezclando conceptos en inglés, además usamos poleras con letras, y todo ello sin saber ni siquiera lo que significa”.