El ex alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, (exRN) fue protagonista de una nueva querella en su contra de parte de la empresa detrás del restaurant Club 54 BordeRío que acusó al edil de una serie de delitos durante su administración.
La acción fue ingresada por la empresa que operaba en el centro BordeRío, acusando, entre la lista de faltas, de asociación ilícita a la exautoridad. La querella, ingresada el pasado 2 de marzo, apunta a la cuestionada figura política de diversas faltas durante su gestión.
De este modo, realizan una lista de diversas acusaciones, que se admitieron a querella por la justicia chilena. Entre ellas se encuentran cinco acusaciones principales: falsificación de documentos públicos, asociación ilícita, fraude procesal, obstrucción a la investigación y prevaricación administrativa.
Entre los detalles de la querella del restaurant se acusa que “Torrealba no podía menos que saber,
además de propiciar y encubrir con los imputados y querellados” de una causa en específica en contra de diversas figuras al interior de la Municipalidad de Vitacura.
Y es que, como detalla el local, estas personas “según la teoría del caso de esta parte; planificaron y ejecutaron la clausura de forma perpetua a la sociedad “Club 54 BordeRío”, solamente para dar protección en ése entonces al local comercial denominado “Bar Monseñor”, sociedad que desempeñaba una actividad comercial similar a mi representada”, según apuntó el abogado.
Se trata de diversos apuntados como Sebastián Gardeweg, Jorge Soto, Erick Carillo y Daniel Santander.
Por otro lado, las acusaciones del restaurant ante la justicia apuntan a que los funcionarios de Vitacura habrían “ocultado información a mi representada”. Asimismo, señalan presunta adulteración “y declaraciones falsas en tres actas de fiscalización distintas”.
Por otro lado, también los acusan de “mentir, presentar dictámenes de Contraloría General de la República que fueron reconsiderados, y ocultar información a los tribunales de justicia, tanto en sus escritos como en los alegatos ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones y la Corte Suprema. Logrando de esta manera dar una apariencia de legalidad a sus actos, logrando confundir a la justicia para obtener fallos a su favor. Abusando de la presunción de legalidad”.