Oh I'm just counting

Los siete candidatos presidenciales ya están en la cancha: Esta semana comenzó la campaña. Por Alfredo Múñoz, cientista politico

Siete candidaturas a la Presidencia de la República competirán de aquí al 21 de noviembre y probablemente habrá segunda vuelta y esta carrera a La Moneda se definirá en diciembre.

La única mujer candidata a la Presidencia será la senadora Yasna Provoste, lo que de por sí da un signo de cambio y renovación en una campaña dominada por los clásicos candidatos de la élite masculina.

Ella logró instalar a la centroizquierda en la carrera presidencial con un sello de transformaciones sociales y económicas, con una mirada desde las regiones –refrendada con la celebración de su triunfo electoral del 21 de agosto desde su
ciudad Vallenar- mientras el resto de las candidaturas da puras señales centralista, como representante de los pueblos originarios y de la plurinacionalidad que se viene.

Además, apelará a su experiencia para gobernar, conducir equipos para un proceso de transformaciones con diálogo y capacidad de gobernabilidad, necesario en estos tiempos complejos.

Por su parte la derecha tiene dos opciones. Sebastián Sichel como candidato oficial del continuismo piñerista y de los partidos de derecha como UDI, RN, Evopoli que tratará de mostrar una imagen de independiente que no es tal ya que participó activamente en este mal gobierno de Piñera como vicepresidente de CORFO donde destruyó los programas de diversificación productiva que apuntaba a desarrollar nuevas industrias como programa de valor agregado para litio.

Después pasó a Ministro de Desarrollo Social donde en 2020 instaló el miserable IFE de $65.000 como ayuda social a las familias vulnerables para la pandemia y terminó como Vicepresidente del Banco Estado donde –según sus defensores-
otorgó 160.000 créditos FOGAPE a pequeñas empresas, pero estos ocultan que el crédito otorgado fue de 180 UF que es otra ayuda miserable para pequeñas empresas que debieron sobrevivir 15 a 18 meses.

Claramente Sichel es la nueva cara de la derecha conservadora y pro mercado y que tendrá el apoyo comunicacional de la televisión y prensa dominada por el mundo empresarial que intenta mostrarlo como independiente que lidera la
campaña presidencial.

Desde la derecha dura está José Antonio Kast que –imitando el camino de Vox español- apelará a ese electorado nostálgico del orden y la mano dura, muy crítico a la dupla Piñera/Sichel y así aspirar a representar a la derecha que añora la mano dura de Pinochet.

Desde la cultura anti partidos y el individualismo cultural emerge por segunda vez Franco Parisi, respaldado por un partido de la Gente construido desde las redes sociales y sustentando en experiencias orgánicas como Felices y Forrados que mezclan el sueño aspiracional, los negocios y el que llamaron capitalismo popular.

Esta candidatura no es menor ya que vía redes sociales han ido armando comunidades digitales que se movilizan por cuestiones individualistas y economicistas como los cambios de Fondos de inversión, los retiros de los ahorros previsionales y han mostrado un fuerte activismo digital.

MEO emergió en los últimos días con una inexplicable candidatura presidencial ya que su partido era miembro de la coalición de centroizquierda que eligió a Yasna Provoste como opción presidencial y generó una fractura en su organización que prefiere apoyar esa candidatura que emergió de una consulta ciudadana.

A la izquierda se ubica la candidatura PC/FA de Gabriel Boric que emergió de la primaria legal derrotando al alcalde Jadue, donde el bloque movilizó a 1,7 millones de electores, que lo ubica en una expectante posición. En ese proceso electoral -donde estuvo ausente la centroizquierda- Boric se benefició del voto anti PC, pero la duda de cara a noviembre es si mantendrá esa adhesión o esa votación vuelve a la centroizquierda.

En la extrema izquierda se inscribió Eduardo Artés, presidente del partido Unión Patriótica donde su discurso en este sector buscará mostrar que “Provoste, MEO y Boric son socialdemócratas y que él es la única candidatura de izquierda”.

Estas 7 candidaturas se disputarán la votación de los 8,0 millones de electores que se estiman van a ir a votar en esta elección presidencial, parlamentaria y de CORES.

Tema aparte es el fraude de la candidatura de la Lista del Pueblo y Diego Ancalao donde generaron una competencia feroz para conseguir patrocinio de firmas que significó que 23.000 firmas que fueran visadas por un notario que ya había fallecido y que fueran cuestionadas por SERVEL y que este episodio coloque a la lista del Pueblo como de lo más corrupto y delictual que la política chilena ha visto desde el final de la dictadura.

Pero lo más relevante es que ahora comenzó la carrera presidencial y de aquí al 21 de noviembre veremos quienes lograron movilizar más electores para pasar a segunda vuelta.