Un estudio realizado por la ONG Activa, titulado "Del 1 al 10 cuánto me quieres", a personas casadas, unidas civilmente y que decidieron no comprometerse, sostiene que un porcentaje relevante de la población se siente presionada a formalizar algún vínculo.
De acuerdo al trabajo investigativo, el 12% de los evaluados declaró haber dado este paso por presiones externas de su círculo cercano o familia, después de muchos años de relación o debido a la edad.
Razones del resultado
La directora de la ONG, Gloria Requena, al analizar algunos de las razones sobre el retraso del compromiso dijo: "Piensen que somos una sociedad bastante más avanzada, y que las personas están decidiendo retrasar esa decisión para poder crecer en términos personales y profesionales".
"Los resultados apuntan a que existe una mayor conciencia de lo importante que es el desarrollo personal y la carrera profesional, antes que asumir nuevas responsabilidades que puedan terminar con esos proyectos", añadió.
El estudio determinó que aquellos que contrajeron matrimonio o unión civil lo decidieron por consolidar su relación (36%), tener hijos (20%) o por seguir con su proyecto de vida (15%), sostiene el trabajo de investigación.
Asimismo, la encuesta, aplicada a 180 personas, demostró que las parejas están aplazando cada vez más la edad para formalizar sus relaciones: 32 años las mujeres y 35 los hombres, en promedio.
Miradas
"Hay personas en la actualidad que están mucho más centradas en el proyecto personal y en su propia satisfacción, antes que el construir una realidad común”, dice la psicóloga Renata Ortega.
La profesional recuerda una predicción hecha por un investigador que decía que en unos años más el proyecto pareja va a tener que ver con otras características, distintas a las que uno está acostumbrado.
"Hay un tipo de personas que no busca una pareja por las necesidades afectivas, sino más bien con necesidades instrumentales como el hacerse compañía, el hacer equipo, por los proyectos económicos y como un referente", aseguró.
El estudio además indicó que las personas que postergan formalizar sus relaciones, lo están haciendo principalmente por su carrera profesional (19%), disfrutar más la soltería (15%) y por las proyecciones de sus estudios (12%).
Sobre el punto del compromiso forzado, la psicóloga y terapeuta de parejas, expresó que "probablemente empiezan su relación desde muy pequeños, tienen un círculo cercano donde se espera que concreten su relación, pero las personas cambian de gustos al crecer", comenta Renata Ortega.
Para la periodista Valeria Ortega, animadora de programas de entrevistas, el estudio refleja un estado actual de nuestra sociedad porque comenta que “estamos siendo más bombardeados de otros incentivos y de otras informaciones, no así las generaciones anteriores, donde la respuesta social se estructura según estos estímulos”, desarrolla la comunicadora.
Según Ortega algunas personas construyen su vida desde los valores familiares que se les han entregado, como lo son “estudiar en el colegio, luego en la universidad y después contraer matrimonio, casi sin pensarlo. Es el conducto regular del deber ser”, analiza.
Pero para ella, lo medular de todo es “lo que uno quiere hacer con su vida a través de todas las posibilidades que puedan presentarse. Yo personalmente he vivido estas presiones, pero considero que la presión se la pone uno, que los demás pregunten casi no importa”, finaliza la periodista.
Para el psicólogo Andrés Morales los cambios que ha evidenciado la sociedad confluyen para este tipo de “nuevas formas de ver y de vivir los compromisos y el desarrollo individual y en pareja”, explica.
El experto tiene claro que se podrían hacer comparaciones con cómo la sociedad ha cambiado “algo que vemos con las diferencias en los años que comprendía antiguamente la adolescencia, que hoy llega hasta los 24 años. Hoy vivimos una postergación de algunos de los proyectos personales en provecho de otro tipo de experiencias”, esgrime el psicólogo.
Para el experto en los últimos años se ha caído en una condición “algo hedonista”, donde se prioriza “la satisfacción personal, por eso hoy vemos que cada vez se postergan más los años de contraer matrimonio. Veo que esta generación, con una serie de defectos, que postergue los compromisos más importantes de la vida podría ser considerado como algo positivo, dado que no contarían con todas las herramientas para resolverlos”, concluyó el psicólogo.