La noticia era la siguiente: una mujer llevaba dos días desaparecida en Estados Unidos. Su familia estaba preocupada y la policía del condado de Goochland, en Virginia, ya se encontraba en su búsqueda.
Paseo con mascotas
Bethany Lynn Stephens, en las fotos, había salido a caminar hacia el bosque para pasear a sus dos perros, unos enormes animales mezcla de pitbull con otras razas indeterminadas. Esto fue lo último que pudo indicar su padre.
Sobresaltado por la ausencia, el padre decidió salir en búsqueda de su hija y se adentró entre los árboles. Llamó a su hija y nada. Tras una par de minutos de caminata encontró a los perros y vio que custodiaban un cuerpo. Pensó que era un animal muerto pero al acercarse notó que era su hija, mordida y maltratada.
Esto fue lo que confirmó Jim Agnew, sheriff del condado de Goochland y quien encabezaba la investigación por la desaparición de la joven.
Autopsia
Los investigadores tras analizar el cuerpo de Bethany determinaron que falleció tras ser atacada por los canes. La mujer de 22 años sólo medía 1,55 metros y pesaba 45 kilos.
“En mis 40 años de servicio jamás he visto algo parecido. Espero no volver a ver algo así”, manifestó el policía. “Fue espeluznante lo que los perros hicieron”, agregó.
Según la policía, cuando llegaron a la escena tardaron al menos dos horas en tranquilizar a los animales. En el lugar encontraron sangre, ropa destruida y restos del cuerpo de la mujer. Aún no se logra determinar porqué los animales atacaron a su dueña, pero sí establecieron que la joven estaba viva mientras era devorada.
"Parece que la tiraron al suelo, perdió el conocimiento y los perros la devoraron hasta la muerte. No había marcas de estrangulación. La víctima tenía punciones en su cráneo, esto no fue un homicidio", aseguró la policía.
Posible vuelto policial
Según consignan algunos medios, después de ser ultimados los perros, se les efectuó una necropsia, donde se examinó sus heces. Este análisis determinó que en los excrementos habían rastros de cabellos "de color claro y ondulado", muy parecido al de Bethany, pero que corresponde a otra persona.
Ante esto Tori Trent, quien era amiga de la joven y que además es entrenadora de canes, señaló en su cuenta de Facebook que cree que el ataque de los perros fue un montaje para encubrir al verdadero asesino.
"Las cosas no calzan de acuerdo con el comportamiento e instinto canino, sin mencionar que conozco personalmente a estos perros desde el día en que nacieron", sostuvo.
"Hay más en este caso, incluyendo una posible amenaza de muerte contra Bethany solo unos días antes. ¡Exigimos una verdadera investigación sobre lo que sucedió!", remató.
En ese sentido, la policía ya tenía dudas debido a que el cadáver de la joven fue encontrado desnudo y precisaron que sabían de la existencia de una amenaza en contra de Stephens, aunque aclararon que dicha persona que realizó el amedrentamiento "no encaja con esta narrativa particular".
¿Violencia animal?
Para la adiestradora y experta en conducta canina Carolyn Menteith, muchas mordeduras de perro se producen durante la temporada de vacaciones y no suele ser su dueño a quien atacan.
“Una casa llena de invitados, niños alborotando alrededor todo el día y paseos más cortos que de costumbre pueden hacer que los canes se aburran y confundan. Nosotros somos una especie muy verbal, así que cuando nos sentimos a disgusto, decimos algo”, comenta Menteith.
"Nuestros perros solo pueden hacerlo a través del lenguaje corporal", explicó.
Menteith indica que cuando un perro ataca a su propietario, este suele decir que mordió sin previo aviso, pero, a su modo, el animal habrá estado intentando decir algo durante meses.
"Ponemos perros en nuestras vidas, y entonces no los escuchamos como perros. Quizá haya crecido en un criadero en medio de la nada, en un sitio muy rural, y entonces alguien los compra por internet, los recoge en el área de servicio de una autopista y se los lleva al ambiente de una familia urbana que espera que entiendan el mundo en el que de repente ahora se encuentran", agrega.