Oh I'm just counting

Seis ciudades chilenas entre las 20 más contaminadas de América

Coyhaique presenta los mayores índices de polución de América, y junto a las ciudades de Padre las Casas, Osorno, Temuco, Andacollo y Rancagua, se sitúa dentro de las 20 más contaminadas del continente. Además, es la 139° ciudad más contamidad del mundo, si se considera solo el PM2,5.
 
Así lo indica el último reporte de calidad de aire urbano dado a conocer ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que analiza los datos de 4.357 ciudades de 108 países, desde 2010 hasta 2016.
 
Se trata del banco de datos más actual e importante sobre contaminación del aire, y considera un sistema que compara las partículas finas de contaminantes PM10 y las más finas, PM2,5. Estas últimas son las partículas en suspensión de menos de 2,5 micrómetros (100 veces más delgadas que un cabello humano) y es uno de los mejores indicadores de la contaminación urbana. A su vez, es el más riesgoso para la salud, ya que penetran en el sistema cardiovascular o en los pulmones elementos como sulfato, nitrato o carbón.
 
Las recomendaciones de la OMS son reducir la concentración de PM2,5 a 10 mg/m3 al año. Cifra muy lejos de los altos índices de las ciudades chilenas: Coyhaique tiene un promedio anual de 64 mg/m3, Padre las Casas y Osorno llegan a 35 mg/m3, Temuco y Andacollo a 31 mg/m3 y Rancagua, a 30.
 
Factor estacional

La contaminación atmosférica de la Región Metropolitana es el caso más icónico del país. Pero sus niveles anuales de PM2,5 alcanzan 29 mg/m3, cifra que es superada por muchas ciudades en el país.

Es lo que ocurre con Coyhaique, que además se sitúa como la más contaminada de América, sobre urbes como Lima (Perú), con índices de 48 mg/mk3, y a La Paz (Bolivia) con 44 mg/m3.

El experto en contaminación ambiental de la U. de Santiago, Ernesto Gramsch, destaca que se trata de una contaminación que no es pareja, es decir, en invierno los niveles aumentan y en verano descienden. “La cifra OMS es un promedio, y lo que ocurre en ciudades chicas como esta y Andacollo es que en invierno hay poco viento e inversión térmica fuerte”.

Destacan dentro del panorama regional, pero tiene niveles inferiores a ciudades como Gwalior (India), que alcanza cifras de 176 mg/m3 o El Cairo, con 117 mg/m3, dice Patricio Pérez, experto en modelos de pronóstico de contaminación atmosférica y ambiental de la U. de Santiago. La diferencia es que la capital de la Región de Aysén tiene un factor estacional con más contaminación en invierno, porque la principal fuente de polución es la calefacción. “Si la contaminación fuera todo el año, las cifras serían mayores, nos salva que se concentra entre mayo y septiembre”, dice Pérez.

En Padre las Casas y Temuco ocurre algo similar. “Son zonas en las que basta que pare de llover un día e inmediatamente se intensifica el uso de calefacción y se dispara la contaminación”, aclara Pérez.

Pero, además, Coyhaique geográficamente está más encerrada que muchas otras ciudades, y el usar leña agrava esa condición. “Eso hace que su situación sea más extrema, porque Santiago también está encajonada, pero proporcionalmente menos gente usa leña”, explica Gramsch.

Lo que se está haciendo es mejorar los sistemas de calefacción para cambiar las estufas abiertas por estufas de doble cámara, lo que tiene un efecto pequeño de disminución en la contaminación, dice Gramsch, “pero en un plazo de 10 a 20 años debería cambiarse el sistema de calefacción y no usar leña”.

Lo mismo ocurre en el caso de Rancagua, pero el problema ahí, dice Gramsch, es por vehículos, y no solo en invierno, sino el año completo. “Eso a largo plazo la hace más crítica, porque es más difícil de controlar, porque hay mucha más gente involucrada y no hay muchas opciones al vehículo, en cambio en la calefacción sí hay alternativas”.

Panorama que no es exclusivo del sur. “En Andacollo también hay contaminación, y ahí la principal causa es la faena minera, que tiene un componente importante de levantamiento de polvo por el tránsito de camiones”.