Oh I'm just counting

Tareas de hoy y mañana. Por Luciano Valle, Cientista Político

Las recetas mágicas de bajar los impuestos para aumentar la recaudación, sin hablar nada de las eluciones y evasiones ((en torno 7 y 8% del PIB), de bajar los costos salariales para aumentar las contrataciones, y disminuir el gasto público para crecer, son, de acuerdo a diversos economistas, terraplanismo en economía.   

Esto no ha ocurrido en ninguna de las experiencias en que se impuesto el neoliberalismo, en tiempos del capitalismo monopolista.

Recortar el gasto público en 6 mil millones de dólares en 18 meses no ha sido respaldado por ninguna argumentación coherente o mínimamente seria. Tampoco existen demostraciones de formas plausibles respecto de cómo se expulsarían a 330 mil inmigrantes ilegales quienes además se financiarían sus pasajes. Suena circense.

Estos planteamientos, carentes de lógica, están envueltos en el humo de la demagogia y el cinismo que buscan respuestas fáciles, ante problemas existentes, como la seguridad, la inmigración, pero cuyas soluciones requieren de propuestas y planes de acción sólidos pues no se resuelven con afirmaciones irresponsables y cargadas de autoritarismo.   
Que Chile se cae a pedazos es una afirmación temeraria, insostenible, deshonesta y esencialmente irresponsable y anti chilena. A modo de ejemplo, Alemania tendrá en 2025 un crecimiento muy débil o, sencillamente estancamiento, con proyecciones que fluctúan entre el 0,0 al 0,2% del PIB. Chile, en cambio, de acuerdo a estimaciones de la OCDE, proyecta un crecimiento del 2,4% del PIB, impulsado por la inversión y el consumo. Según la misma OCDE y el BID, entre otras agencias, Chile ha clasificado entre los más altos niveles de eficiencia del gasto público en América Latina y en el mundo, situándose entre los primeros 6 lugares, hace ya varios años.  Se pueden sumar muchos más indicadores que desmienten la mala fe de afirmaciones como las de la extrema derecha.

Tenemos, por cierto, problemas, insuficiencias y carencias en diversas áreas como los de la seguridad, la desigualdad, la inmigración, la educación, la salud, la productividad. Nuestra obligación como sociedad es debatir con templanza, rigor genuino y reconocimiento del otro y sus argumentos, para encontrar, con actitud integradora, los enfoques comunes y las medidas para las mejoras, correcciones y soluciones.

En un marco de debates e intercambio discursivos, concentrado en dos propuestas, obviamente se elevan las exigencias de nitidez y consistencia de las razones y fundamentos de las propuestas y caminos para implementarlas. Se requiere algo más que afirmaciones oportunistas y supuestos mentirosos con objetivos de manipulación electoral.

La candidatura de Jara, tiene hoy una difícil tarea.  Entre otras, seguir explicando la correlación entre subtítulos programáticos y los impactos directos en las vidas de las personas y familias, humanizando la economía. En el delicado equilibrio entre continuidad y cambio tiene a su haber un conjunto de logros como las reformas de pensiones (aplaudida internacionalmente) y los millones de personas beneficiadas, los superiores aportes a las comunas más pobres producto del royaltie minero, aprobado durante este gobierno, que recauda sobre 1500 millones de dólares anuales para el estado de Chile. Suman el alza del salario de 350 mil pesos el 2022 a 539 mil actuales, la reducción de la jornada laboral a 40 horas.

Estos grandes avances, entre otros, deberán enlazarse con las propuestas de mejorar las condiciones de negociación laboral, la agilización burocrática estatal, el horizonte de un ingreso vital de 750 mil pesos, la inversión productiva, la competitividad, la corrección de las faltas y delitos tributarios.

Humanizar la economía y la política implica una concepción de la seguridad ciudadana que liga la acción institucional reforzada contra todo tipo de crímenes y delincuencia, incluyendo las rutas del dinero, con medidas concretas como las anunciadas, con fortalecer la acción de los municipios e incorporar la triada familia, vecindad y comunidad. En suma, asumirla integralmente como elemento esencial para condiciones socioeconómicas dignas.

El debate político debe superar los términos del desgastado recetario neoliberal y autoritario. En la brega actual, de acortar distancias y ganar, la centro izquierda tiene la tarea, presente y futura, de avanzar hacia un bloque político y programático donde converjan, asumiendo matices y enfoques diversos, las fuerzas del amplio espectro humanista, democrático, popular y nacional.  Ello es garantía para el futuro de Chile y su democracia.