Oh I'm just counting

Tiene tema Carlos Pinto por cuerpo encontrado en Ñuñoa. Ni crimen organizado ni cadáver descuartizado: Monja ocultó cuerpo de otra religiosa en un pacto entre ellas y que falleció de muerte natural

Foto: La monja que hizo el pacto con la religiosa muerta. Se tapó la cara

 

Ni el periodista de TV Carlos Pinto, acostumbrado a conocer y mostrar en la televisión temas escabrosos, donde tienen como ingredientes los asesinatos y algunos crímenes, se imaginaba un guión para la próxima serie o programa.

Es el caso del cuerpo esqueletizado encontrado en una concurrida calle de la comuna de Ñuñoa en una bolsa o una maleta.

Al principio se habló de un asesinato de grupos del crimen organizado y que el cadáver estaba desmembrado. Ni uno ni lo otro.

Pacto entre monjas

La Policía de Investigaciones (PDI) y la Fiscalía entregó antecedentes de la monja interrogada respecto al hallazgo de una mujer muerta en Ñuñoa, descartando la existencia de un crimen y que todo consistió en un "pacto" entre religiosas.

Según explicó el fiscal Francisco Lanas de la Fiscalía Oriente, una religiosa de 80 años fue captada sacando dentro de una maleta el cadáver de la víctima, dejándolo en la vía pública y generando gran conmoción en la comuna.

No obstante, el avance de la investigación permitió aclarar lo sucedido: la monja tenía un "pacto" con la fallecida, consistente en que "si una de las dos moría no se avisaría a las autoridades".

Lanas explicó que "la señora de 80 años tenía una relación larga de amistad con otra religiosa perteneciente a las Laicas Consagradas, estableciéndose que una sufrió una enfermedad que nunca se trató".

"Ambas realizaron esta especie de pacto, donde se aislaron del mundo como monjas de claustro, para no dar cuenta a la autoridad y cuidarse entre ellas en caso de que una muriera", sostuvo.

Un año muerta en su casa

Lanas sostuvo que la religiosa falleció hace un año posiblemente por causas naturales, "descartando, a falta de exámenes más complejos, la intervención de terceras personas o que el cuerpo haya sido descuartizado". La religiosa fallecida murió en otro lugar, también en la comuna de Ñuñoa, la calle Súarez Mujica.

Fue en ese contexto que la aludida de 80 años llevó el cuerpo a su casa: "Ella iba durante varios meses a la casa de la fallecida", pero posteriormente "la trasladó hasta su domicilio para ocultarlo en una bodega".

La Fiscalía señaló que hace tres semanas regresó desde el extranjero la hija de la monja interrogada, hecho que habría motivado a la adulta mayor abandonar el cadáver en la vía pública.

"No explica por qué esperó un año para realizar su cometido" más allá del mecionado pacto, aludió el persecutor.

Sobre los delitos que habría cometido quien ocultó los restos, sentenció que "podría ser inhumación ilegal, pero para ello hay que enterrar un cuerpo y acá no pasó, sino ocultamiento. No se configuraría el ilícito. Hablamos de una mujer de avanzada edad con poco riesgo de fuga, pero de todas está en calidad de imputada".

Todo hace presumir que la religiosa de 80 años, está con sus facultades mentales perturbadas.