Uma Thurman decidió poner fin a su silencio y dio a conocer indignantes situaciones que vivió junto a Quentin Tarantino y el cuestionado productor Harvey Weinstein, quien ya ha sido sindicado por decenas de mujeres como un abusador sexual.
Fue el NY Times quien dio a conocer la versión de la actriz, quien confesó que tras el éxito obtenido con Pulp Fiction en 1994 tanto ella como Weinstein se encontraban en una suite en el Hotel Savoy de Londres cuando “me empujó. Intentó ponerse sobre mí… Hizo todo tipo de cosas desagradables. Pero en realidad, no logró colocarse sobre mí y forzarme. Te vuelves como un animal escabulléndote, como un lagarto”.
Al día siguiente, y como un gesto de disculpas, Harvey le envió un ramo de flores con una nota que decía “Tienes grandes instintos”. Pero Thurman fue clara con él: “Si haces a otras personas lo que me hiciste a mí, perderás tu carrera, tu reputación y tu familia, te lo prometo“.
Pero no solo de esto habló Uma. En el mismo artículo, se refirió a Tarantino, con quien trabajo en innumerables producciones, siendo una de ellas la aclamada Kill Bill.
Thurman acusó, a quien fuera uno de sus grandes amigos, de intento de asesinato por obligarla a conducir un automóvil con un desperfecto para una de las escenas de la cinta en un camino de tierra y sin protección alguna. Hasta que la convenció y le dijo: “Alcanza las 40 millas por hora porque si no tu cabello no va a volar de la manera adecuada y te haré hacerlo de nuevo”.
“Quentin vino a mi trailer y no quería escuchar. Estaba furioso porque estaba costándole mucho tiempo, pero yo estaba asustada. Me dijo ‘Te prometo que el carro está bien. Es una carretera recta. Tienes que alcanzar los 65 kilómetros por hora porque sino tu pelo no ondeará como debe y te haré repetirlo’… Era una trampa mortal. El asiento no estaba sujeto como debía, no era una carretera recta y estaba llena de arena”, afirmó.
El mismo medio estadounidense dio a conocer un registro de aquella grabación que terminó con Uma chocando contra un árbol, viéndose evidentemente afectada. “Sentí ese dolor intenso y pensé: ‘Dios mío, nunca volveré a caminar'”, dijo.
“Cuando volví del hospital con un collar especial en mi cuello, con mis rodillas dañadas y un gran huevo en mi cabeza y una conmoción cerebral, quise ver el carro y quedé muy molesta”, relató.
“Quentin y yo tuvimos una seria pelea y lo acusé de haber intentado matarme”, agregó.