Magallanes había goleado 3-0 a Colo Colo en el partido de ida jugado entre ambos en la idea de la final de la fase Centro Sur de la Copa Chile -con una actuación grandiosa en esa ocasión de Joaquín Larrivey- y en el encuentro de vuelta los albos en el Monumental necesitaban una actuación épica para dar vuelta la llave.
Y Colo Colo estuvo lejos, muy lejos de eso. Y por mérito de su rival, por cierto.
Los Albicelestes le plantearon desde el principio a los albos un partido de lucha en el mediocampo. Y eso incomodó a los locales porque ni Leonardo Gil ni Arturo Vidal pudieron superar las sólidas marcas de Javier Quiroz y Danilo Catalán, lo que redundó en que Marcos Bolados y Guillermo Paiva tuviesen que bajar permanentemente a intentar buscar la pelota y, así, quedaban muy lejos del arco rival.
Pero ese no fue el único mérito de los dirigidos por Ronald Fuentes puesto que el posicionamiento de Joaquín Larrivey por el sector izquierdo le dio espacios tanto a Cristóbal Jorquera como a Tomás Aránguiz para aparecer a las espaldas de Vicente Pizarro y obligar a los defensores albos a salir a la lucha cuerpo a cuerpo.
En la segunda fracción, el DT Jorge Almirón trató de dar un golpe de efecto con los ingresos de Esteban Pavez y Cristián Zavala para así equilibrar la pelea en el mediocampo, tener más variedad y aumentar el volumen de ataque.
No fue suficiente porque si bien los albos tuvieron el control de la pelota, les faltó claridad para superar a la defensa de Magallanes.
Y eso fue apagando poco a poco los arrestos colocolinos que, en verdad, jamás intimidaron a un Magallanes que está prendido y con ganas de seguir haciendo historia en la Copa Chile.