La tenista ucraniana Elina Svitolina sorprendió recientemente al mundo al compartir imágenes en sus redes sociales vestida con uniforme militar, armada con un lanzacohetes y una metralleta. Svitolina, que ocupa el número 23 del ranking de la WTA, ha aprovechado el final de la temporada de WTA para regresar a su hogar y lanzar un poderoso mensaje en apoyo a su país, Ucrania, inmerso en un conflicto bélico con Rusia.

La ciudad de Kharkiv, de donde es oriunda Svitolina, tiene un significado profundo para la tenista, ya que fue en sus calles donde comenzó su ilustre carrera profesional a la temprana edad de 12 años. “Kharkiv tiene un lugar especial en mi corazón”, afirmó Svitolina. Para ella, esta ciudad no solo es un escenario de buenos recuerdos personales y profesionales, sino también un símbolo de resistencia y esperanza en medio de la adversidad.

Desde el comienzo de las hostilidades, Svitolina ha mantenido una postura clara y vocal en defensa de su nación. La decisión de intercambiar la raqueta por las armas, aunque simbólica, refleja su firme solidaridad y su empeño por inspirar a sus seguidores y concienciar al mundo sobre la situación que atraviesa Ucrania. A través de sus publicaciones, la atleta busca subrayar la determinación y el coraje de sus compatriotas, quienes, a pesar del conflicto, continúan luchando por su hogar y su identidad.

Este gesto, aunque audaz, no es sorpresivo para quienes han seguido la carrera de Svitolina. Reconocida no solo por sus habilidades en la pista, sino también por su integridad y compromiso, la ucraniana ha sabido utilizar su plataforma para causas más allá del deporte. En varias ocasiones, ha señalado que su motivación en cada partido proviene de la valentía que observa en sus compatriotas: “Si me preguntas, ¿dónde encuentro la motivación para luchar en las arenas deportivas? Este es mi país, mi gente, mi Kharkiv y nuestros héroes”, declaró recientemente.