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Potencias futboleras se quedan sin Mundial: ¿llegó el momento de fundar una nueva FIFA paralela y sin mafia?

La pugna de Estados Unidos no solo es con Rusia por tratarse de la sede del próximo Mundial. Es contra la FIFA. Por lo tanto, se suman a esta corriente los demás países que han sido constantemente pasados a llevar por la autoridad, usualmente los pequeños y sin tradición, dentro de los que está Chile. Estamos en presencia del germen liberalizador de la FIFA.

Por Guillermo Arellano
 
Más allá de las idioteces que provienen de algunos periodistas deportivos respecto a jugar un campeonato entre todas las selecciones que no clasificaron al Mundial de 2018, algo así como un torneo de los “picados”, es el trasfondo político el que debe ser analizado por toda la familia del fútbol.
 
Teniendo como muestra la forma en que Argentina accedió a la cita de Rusia, con el presidente de la FIFA Gianni Infantino instalado en Ecuador y alabando a Messi y a la “albiceleste” en la antesala del 3 a 1 final en Quito y con un equipo local que de forma sospechosa no jugó para adelante, es claro que se necesita un ente rector del balompié que alguna vez en la vida entregue garantías de limpieza.
 
 
Es cosa de recordar cómo fue el sorteo en el anterior Mundial de Brasil 2014, donde hubo un ensayo previo que dejó mucho que desear y en el que los trasandinos terminaron jugando contra Irán, Bosnia y Nigeria, grandes potencias, mientras que en el mismo grupo quedaron España, Holanda y Chile. Descontamos los rivales del anfitrión, que por lo general deben ser accesibles.
 
Dentro de lo que fue una organización al menos conflictiva, a causa de los activistas brasileños que protestaron por la corrupción, la pobreza y los millones de dólares gastados en la construcción de nuevos estadios, Estados Unidos le avisó al planeta que iban por la conquista del fútbol.
 
Y de qué manera. Pasando por alto los resultados del mundial, el FBI capturó -fiel a su estilo hollywoodense- a siete altos dirigentes de la FIFA en un hotel de Zurich, Suiza, para posteriormente presentar cargos -a través de la Fiscalía General- en contra de 14 personas vinculadas a tramas mafiosas, fraude masivo y blanqueo de dinero para enriquecerse.
 
A tanto llegó el escándalo, que hasta un chileno, Sergio Jadue, expresidente de la ANFP, terminó involucrado en la sucia red que pasó por la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol.
 
El remezón en la “señora FIFA” trajo como resultado la llegada de Infantino, amigo de Maradona, lo que de por sí da miedo, en reemplazo de Joseph Blatter, y ¡oh sorpresa!, la eliminación de Estados Unidos por culpa de un gol fantasma que no existió y que le dio a Panamá el ticket al Mundial.
 
Desde la tierra del Tío Sam optaron por no reclamar, cosa contraria a lo que hicieron unos abogados chilenos en la denuncia por presunto arreglo en el partido entre Perú y Colombia, en la última jornada de las clasificatorias (donde “La Roja” cayó 3 a 0 ante Brasil).
 
Obvio, desde ese momento los norteamericanos comenzaron a cranear su venganza. Mientras acá en Chile los comentaristas solo piensan en pichanguear en el torneo de los picados, con el atractivo que implica jugar ante Italia, Holanda, Turquía y Camerún, el influyente medio USA Today habla a secas de un Mundial alternativo que se realice de forma paralela al de Rusia, en el verano de 2018.
 
Por cierto, manda el señor “don dinero”, dado que la cadena Fox Sports pagó mucho por los derechos del Mundial, pero sin EE.UU. en cancha los índices de rating serán para el olvido.
 
Otra cosa es realizar una “World Cup NIT (Copa del Mundo por invitación)”, que es lo hace el básquetbol de la NCAA (asociación de deporte universitario) con los equipos que no clasifiquen al torneo nacional de marzo, el cual reúne a los 68 mejores elencos de la nación. El trofeo se llama “NIT”, National Invitational Tournament.
 
Pues bien, además de Chile, Italia, Holanda y Camerún, los principales profesionales y reporteros del país gringo, ESPN incluido, mencionaron a Ghana, República Checa, Gales y al perdedor del repechaje Dinamarca-Irlanda como los participantes. Canchas hay y de sobra y la Copa Centenario que ganaron los nuestros frente a la pandilla de Messi y compañía fue un solapado ensayo general del más alto nivel.
 
Mucha atención: la pugna de Estados Unidos no solo es con Rusia por tratarse de la sede del próximo Mundial. Es contra la FIFA. Por lo tanto, se suman a esta corriente los demás países que han sido constantemente pasados a llevar por la autoridad, usualmente los pequeños y sin tradición, dentro de los que está Chile, estamos en presencia del germen liberalizador de la FIFA.
 
La misión a partir de ahora es abrir los ojos y dejar de pensar un rato en la mera pelotita, porque lo que está en juego es nada menos que una nueva FIFA.
 
 
Probablemente Italia no se sume, porque también ha sido favorecida, pero los demás al menos lo pensarán. Y un Mundial, por mucho que requiera de la presencia de favoritos, como Argentina, necesita de equipos chicos para adornar los grupos y así potenciar el turismo.
 
Para pensarlo, luego de los injustos castigos que recibimos por la conducta del público y que no sufrieron los demás países del continente sudamericano que se portaron peor que nosotros.