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"Estaba aterrorizado": revelan detalles de la ejecución de Kenneth Smith con nitrógeno en EE.UU

“Estaba aterrorizado por la ejecución con nitrógeno”, afirmó el reverendo Jeff Hood, quien pasó los últimos meses acompañando a Smith como consejero espiritual.

Una enorme polémica generó la primera ejecución mediante este método en EEUU, la cual se llevó a cabo el pasado 25 de enero. Ese día, Smith fue ajusticiado por asesinar brutalmente el 18 de marzo de 1988 a Elizabeth Sennett en el condado de Colbert, Alabama.

Pero aunque las autoridades del estado afirmaron que este método permitiría una muerte más rápida e indolora, quienes presenciaron su ejecución afirmaron al The New York Times que Smith estuvo consciente varios minutos después del comienzo del procedimiento. Muchos lo describieron como “un evento profundamente perturbador”.

Se trata de un pequeño grupo de personas a los que “se les permitió observar cómo un hombre, atado a una camilla, luchaba durante los últimos minutos de su vida”.

La noche del jueves 25 de enero Smith fue llevado a la cámara de ejecución. Poco antes de que inhalara el gas mediante una mascarilla, un oficial le confidenció al reverendo que el acusado estaba “resistiendo”.

Hood contó que ungió la cabeza de Smith con aceite en su camilla tras lo cual fue sacado de la sala mientras a Smith le ajustaban la máscara.

“Entré nuevamente y tan pronto como entro, él intenta consolarme (…) Siguió hablando de su ‘fecha de liberación’, que hoy era su fecha de liberación, que estaba libre y que estaba fuera de allí”, mencionó Hood, quien comenzó a leerle pasajes de la biblia.

El reverendo relató que pocos minutos antes de la ejecución, Smith movía su cabeza como si estuviese escuchando música.

Kim Chandler es una de las pocas periodistas que pudo ver el procedimiento junto a familiares del reo así como de la mujer que asesinó en 1988.

Smith, vestido con un uniforme carcelario canela, estaba atado a la camilla y envuelto en una sábana blanca, narró Chandler, reportera de The Associated Press, añadiendo que una mascarilla respiratoria le cubría el rostro desde la frente hasta la barbilla.

Los presentes, quienes siguieron la ejecución detrás de una ventanilla, afirmaron que durante todo el tiempo que el personal penitenciario leyó la sentencia de muerte, Smith no quitó los ojos de quienes lo apoyaban ni de sus familiares.

El preso, quien estuvo en el corredor de la muerte por 30 años, miró los rostros de sus familiares uno por uno, sonriendo a cada uno de ellos. En más de una oportunidad hizo una señal con los dedos que significaba “te amo”.

Hasta que llegó el momento en que el gas comenzó a fluir.

Los testigos, incluyendo Marty Roney, reportero del The Montgomery Advertiser, dijeron que Smith permaneció consciente por “varios minutos”.

“Con toda esa lucha, sacudidas e intentos de bajarse de esa camilla… es algo que no quiero volver a ver nunca más”, precisó.

Luego que las cortinas de la sala de testigos de los medios se cerraran a las 20:15 de esa jornada, Sennett confidenció que había escrito algunas notas para un breve discurso. Sin embargo, dijo que le costaba leerlas.

Posteriormente conoció a uno de los hijos de Smith, con quién terminó abrazándose. “Tú eras un bebé en ese entonces. No tuviste nada que ver con esto. Tu familia no tuvo nada que ver con esto. No culpamos a ninguno de ustedes, culpamos a Kenneth Smith”, le dijo.

Deanna Smith, esposa de Smith -con quien se casó mientras él ya estaba en la cárcel- estuvo presente con una camiseta que decía “Nunca solo”.

“Esta noche vi a mi esposo sacudirse, convulsionar y luchar por respirar durante al menos 10 minutos”, puntualizó.

“Estuvo sin aliento durante cuatro minutos. Parecía estar consciente. Estaba convulsionando, se retorcía, la camilla temblaba notablemente”, contó.

John Hamm, comisionado del sistema penitenciario de Alabama, cree que Smith pudo haber tratado de contener la respiración cuando el nitrógeno comenzó a fluir, lo que podría haber prolongado el proceso. Esto, pese a que las autoridades norteamericanas afirmaban que sería una muerte sumamente rápida.

Mientras Smith seguía temblando, Mike Sennett, hijo de la mujer asesinada por el acusado, señaló: “¿Cuánto tiempo va a tomar esto?”.

“Nos dijeron que tomaría dos o tres respiraciones y se iría. Eso no es lo que pasó”, añadió el hombre, quien era un bebé cuando ocurrió el homicidio de su mamá. A su vez, dijo que el reo incluso hizo movimientos como si tratara de levantarse. Admitió que no ha podido quitarse de la cabeza los últimos momentos de Smith.