El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que no prevé contactos directos con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, quien ha pedido una mejora de las relaciones tras la tensión con la Casa Blanca de Donald Trump.
“Ciertamente no esperamos ningún contacto con Maduro en el corto plazo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, llamándolo “dictador”.
Price dijo que Biden y la vicepresidenta Kamala Harris continuarán con la política de Trump de reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, en su calidad de jefe de la Asamblea Nacional democráticamente electa en 2015.
“Maduro es un dictador. Su represión, corrupción y mala gestión han generado una de las crisis humanitarias más espantosas que ha visto este hemisferio”, dijo.
Otrora una potencia petrolera, Venezuela vive una debacle económica agudizada desde la llegada al poder de Maduro en 2013, una situación que según la ONU ha provocado la salida del país de más de 5,4 millones de personas.
“El objetivo primordial del gobierno Biden-Harris es apoyar una transición democrática y pacífica en Venezuela a través de elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas y ayudar al pueblo venezolano a reconstruir sus vidas y su país”, señaló el vocero del Departamento de Estado.
“En cuanto a cómo vamos a hacer eso, ciertamente no espero que esta administración dialogue directamente con Maduro”, apuntó.
Dijo que la diplomacia estadounidense se enfocará en trabajar con sus aliados en la región y en Europa -así como a través de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y el Grupo de Lima, un bloque de países latinoamericanos y Canadá que promueve una transición pacífica en Venezuela-, “y no directamente con el régimen”.
Maduro, quien rompió relaciones con Washington hace dos años, se declaró días atrás dispuesto a “pasar la página” y establecer “un nuevo camino” con el gobierno de Biden “sobre la base del respeto mutuo, el diálogo, la comunicación y el entendimiento”.
En enero de 2019, Trump declaró a Maduro ilegítimo y dijo que debía irse, un planteo respaldado por más de medio centenar de países, la mayoría latinoamericanos y europeos.
Pero a pesar de la fuerte presión diplomática y una batería de sanciones de Estados Unidos, Maduro ha permanecido en el poder con apoyo de los militares, Rusia, China, Cuba e Irán.
TPS y “censura”
Entre los principios rectores de la política de Biden hacia Venezuela, Price mencionó el compromiso de otorgar el Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés) a los ciudadanos de Venezuela que se encuentren en Estados Unidos por la crisis en su país, lo cual les permitirá residir y trabajar legalmente.
Al menos 200.000 venezolanos viven en Estados Unidos bajo amenaza de detención y deportación, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
A pesar de su retórica belicosa hacia Maduro y sus insinuaciones de una posible intervención militar para forzar su salida, Trump fue reacio a conceder este estatuto migratorio a los venezolanos, temiendo que se volviera un camino a la ciudadanía para muchos indocumentados.
Pero horas antes de dejar la Casa Blanca, Trump les otorgó por 18 meses el beneficio de la Salida Forzosa Diferida (DED en inglés), un gesto visto como un regalo de último minuto al electorado de origen venezolano de Florida que le ayudó a ganar ese crucial estado en las presidenciales de noviembre.
Biden prometió durante la campaña electoral otorgarles el TPS a los venezolanos, acusando a Trump de fallarles y deportarlos “sin piedad”.
Price destacó durante la rueda de prensa la presencia de la periodista venezolana Gaby Perozo de VPITV, un canal digital de noticias con sede en Miami que el 10 de enero anunció el cese de sus operaciones en Venezuela tras la confiscación por parte del gobierno de sus equipos de transmisión, cámaras y computadoras.
“Maduro y quienes lo apoyan han tratado de silenciar a los periodistas como usted que informan la verdad”, dijo el portavoz del Departamento de Estado.
“Condenamos la censura, condenamos el bloqueo, el hostigamiento y otras tácticas para reprimir las voces de los medios independientes, incluido el reciente cierre de VPITV y el acoso de otros seis medios independientes venezolanos”, añadió.